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Cómo conocer Chicago en un día

Uno de los puentes de Chicago, con el edificio de Trump de fondo. (Guillermo Puente)
Uno de los puentes de Chicago, con el edificio de Trump de fondo. (Guillermo Puente)

La emblemática ciudad estadounidense invita a caminarla por sus amplias y limpias calles, veredas y parques.

Chicago te atrapa y no te suelta más. Es una ciudad fascinante que vale la pena caminarla, recorrerla, por abajo, por arriba, por el agua, por el cielo. Si alguna vez fuiste, seguramente te quedó dando vueltas por la cabeza. Si tenés ganas de ir a conocerla, ni lo dudes. Vale la pena.

En un día podés conocer buena parte de la historia de esta ciudad de casi 3 millones de habitantes (8 millones si se toma en cuenta el Gran Chicago). Esta metrópoli de Estados Unidos está enclavada a orillas del lago Michigan, ese gran telón de fondo que está en cada postal, en cada foto, en cada pintura de esa urbe inolvidable.

En mi visita disponía justamente de un día libre, entonces me pregunté: “¿Qué puedo hacer para conocer lo más posible y sin gastar dinero?”. Lo primero que hice fue buscar en Facebook ayuda y encontré Argentinos en Chicago. Solicité ingresar al grupo de casi mil miembros y al poco tiempo me aceptaron. Realicé la pregunta y comenzaron los consejos, sugerencias e invitaciones.

De película: los rascacielos del Hombre Araña 

Allí conocí a Miguel Carboni, nacido en Roque Sáenz Peña (Chaco), quien hace 30 años vive en Chicago. Hace un tiempo largo, creó Chicago Gaucho Tour y es altamente recomendable. Conoce como pocos la ciudad y se adapta a las necesidades del turista. “En Gaucho Tour más que un guía turístico encontrarás un amigo”, dice Miguel.

Según el argentino, Chicago no está dotada de atractivos naturales como montañas o playas, pero tiene una particularidad que atrapa: la arquitectura. “Es única y valorada en el mundo. Además tiene un lago, el Michigan, que parece un mar y merece ser visitado”, cuenta con su tonada chaqueña que aún no pierde.

Y agrega, casi como si estuviera empezando el tour: “Chicago por ocho años consecutivos sacó el premio a la ciudad más amistosa de Estados Unidos. El turista está seguro, puede disfrutar de su gente. Además, tenemos la variedad más grande de restaurantes étnicos. Ni hablar de las pizzas, consideradas las mejores del país”.

El Muelle de la Armada tiene este panorama todos los días. (Guillermo Puente)
El Muelle de la Armada tiene este panorama todos los días. (Guillermo Puente)

Invita a mirar para todos lados

Hoy, sin lugar a dudas, el esplendor de la ciudad es su arquitectura. Uno no puede dejar de mirar hacia arriba para observar los imponentes rascacielos. No hay dos iguales, cada uno con su personalidad y su historia.

Su edificio más alto es la Torre Willis (hasta 2003 era conocida como la Sears Tower), de 442 metros. Se llamará así hasta 2024, cuando se evalúe un nuevo nombre según el mejor postor. Es el segundo más encumbrado de todo Estados Unidos, sólo superado por el One World Trade Center de Nueva York. La tercera edificación más elevada del país también está en Chicago y pertenece al actual presidente estadounidense: el Trump Internacional.

En el piso 103 del Willis se encuentra una atracción turística inigualable: el Skydeck. Se trata de un piso con una vista insuperable de Chicago, desde donde se puede observar toda la ciudad y el lago Michigan desde 412 metros de altura. Aseguran que los días de mucho viento se siente cómo oscila el edificio. No es apto para impresionables. Desde 2009 se abrieron al público (reciben más de un millón de visitas al año) los balcones vidriados. Son cubos de vidrios que permiten al turista caminar en el “aire” y observar todo alrededor, inclusive por debajo de sus pies. Una experiencia llena de adrenalina. El valor del ingreso al lugar es de 50 dólares.

No apto para cardíacos: un mirador fuera de lo común 

Si no querés pagar ese dinero, hay otra opción más económica y hasta gratis. En la Avenida Michigan al 900 está el edificio John Hancock Center, de 344 metros de altura. En el piso 95 está el restaurante Signature Room y en el 96 el bar. La entrada en gratuita y todo el piso está vidriado, con una vista incluso mucho mejor que la de la Torre Willis porque el edificio está pegado a la bahía. Si hay mucha gente, podés pasar inadvertido. Si los mozos te visualizan, a lo sumo te pedirán que consumas algo. Por ejemplo, una cerveza a 8 dólares. Pero la vista desde allí vale la pena.

El Signature Room del edificio Hancock Center. (Signature Room)
El Signature Room del edificio Hancock Center. (Signature Room)

Otro edificio que sirve para tener una gran foto, y sin pagar, es el London House, a metros del puente DuSable. En su último piso funciona un bar con una terraza hermosa. Uno puede ingresar a ver el paisaje y de paso consumir alguna bebida. Desde allí se pueden tomar increíbles fotos de los ríos que atraviesan la ciudad y desembocan en el famoso lago.

No parar de caminar

Ahora sí, caminar Chicago no tiene desperdicio. Hay que ponerse un buen par de zapatillas deportivas, cargar una botella de agua y a recorrerla. Desde cualquier punto de la ciudad se puede tomar el transporte público para hacer un recorrido completo. Aunque en el centro, los trenes van por arriba de las calles. Con más de 100 años de historia, los Metro son reconocidos por las películas que se filmaron en esa escenografía (como El Hombre Araña). El boleto, que se puede utilizar durante dos horas en cualquier medio de transporte público, tiene un valor de 3 dólares.

En la Avenida Michigan y Adamas comienza la Ruta 66, una vía que inspiró a muchos artistas para hacer grandes canciones y por la cual se recorre gran parte de Estados Unidos. En esa misma intersección está el Instituto de Arte de Chicago, donde se exponen obras de grandes artistas. Allí también está el imponente Parque Millennium (o Milenio). En él te podés perder por varias horas con los atractivos que hay para ver y conocer.

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A pocos metros se encuentra la Fuente Crown. Son dos torres de 15 metros de alto y de ladrillos de vidrio. En su interior hay leds que muestran rostros en movimiento, y en una época del año salen chorros de agua que forman una piscina de apenas unos centímetros.

Unos pasos más y aparece el lugar de la foto en Chicago: el Cloude Gate, o Las Puertas de las Nubes, o el Poroto... o tantos nombres más que recibe esta gran obra de arte de acero inoxidable construida en 2006. Es un gran espejo en forma de frijol que refleja de una manera diferente a la ciudad, con sus rascacielos doblados.

El emblemático Cloud Gate o Puerta de las Nubes o el poroto o frijol. (Daniel Benites)
El emblemático Cloud Gate o Puerta de las Nubes o el poroto o frijol. (Daniel Benites)

A metros de allí está el Pabellón de los Conciertos Jay Pritzker, al cual ingresan alrededor de siete mil personas por día. Más atrás se encuentra el Jardín Lurie. Y cruzando la calle Columbus se ubica un parque con juegos increíbles para los más pequeños.

El Muelle de la Armada, sobre la costanera, es otro lugar turístico emblemático de Chicago. Ideal para degustar riquísimos platos o para hacer compras. Y si de comprar se trata, sobre la Avenida Michigan, desde el Parque del Milenio hasta el 1000, están las tiendas más importantes del mundo.

“Chicago tiene el esplendor de la arquitectura. Su lago es un telón de fondo. No es invasiva con carteles. La ciudad más limpia y segura de Estados Unidos. Además, las cuatro estaciones son hermosas”, agrega Miguel Carboni al respecto.

Hermosa Chicago. Para caminarla, conocerla y dejarse atrapar.

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Datos útiles

CÓMO LLEGAR. Desde Córdoba, por United Airlines, vía Ezeiza a Houston y de allí a Chicago. El aeropuerto de Houston, recientemente renovado y dotado con la mejor tecnología para optimizar el tiempo de espera de los viajeros, permite ser un óptimo centro de conexiones tanto para viajes a EE.UU. como a otras partes del mundo. Precio estimado desde U 1187, dependiendo de la fecha y clase de vuelo. Más datos: www.united.com.

PASEOS. Un viaje en barco por el lago Michigan y el río Chicago, durante 90 minutos. Subirse a la Rueda de la Fortuna en el Navy Pier. Transporte público (ómnibus): 3 dólares.

GASTRONOMÍA. Hay de todo, para todos los gustos. Chicago tiene fama de ser la ciudad donde se consigue la mejor pizza de Estados Unidos. En Exchequer, sobre la calle Wabash al 200, una pizza familiar cuesta 16 dólares. Giordano’s, que desde 1974 elabora pizza rellena, proclamada durante varios años la mejor de la ciudad y del país. En el Restaurante Ñandú se consiguen las mejores carnes y empanadas argentinas.

ALOJAMIENTO. Hay desde grandes cadenas de hoteles hasta hostales más económicos.

MÁS DATOS. Sitio web oficial: www.choosechicago.com/es.