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Colosal mundo maya

Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad, recibe en temporada alta de 600 a 1.000 personas diariamente.

La visita al Parque Nacional Tikal con partida desde la ciudad de Guatemala obliga a madrugar para aprovechar el día al máximo. A las 5 se parte rumbo al aeropuerto La Aurora y dos horas después se toma el avión que, tras un viaje de 50 minutos, aterriza en el aeropuerto internacional Mundo Maya en el pueblo de Flores, aldea Santa Elena.

El resto del trayecto es en camioneta y a poco de andar se adentra en la selva de Petén, en el departamento homónimo, el más grande del país. Esto es en la llamada Ruta Maya que une México, Guatemala y Honduras a través de yacimientos arqueológicos, testimonios de la cultura maya clásica, que sucumbió en el interregno de los siglos XIII y XIV.

Húmedo y vegetal, el camino a Tikal destaca dos lugares de importante desarrollo artesanal: el Remate y Piedra Zaida, esta última en la comunidad El Caoba. El primero de ellos, 20 años atrás acogía a una población de agricultores y cazadores. Hoy, merced a una intensa campaña de concientización ambiental, defiende a ultranza, la maravillosa naturaleza que los envuelve. La comunidad se autoabastece con excelente producción de trabajos, en madera de caoba y cedro, que complementan con la expansión de la industria turística.

En los alrededores del biotipo lago Petén Itzá se observa el  desarrollo inmobiliario de ese enclave apabullante. Las aguas cristalinas del espejo de agua dominan el horizonte y en el lecho acuoso una cadena montañosa irrumpe en la postal con el cerro Cahuí (cocodrilo) de notable semejanza con el reptil.

La región es un biotopo hogar de tucanes, monos y reserva natural de mariposas. A 32 kilómetros de Flores.

El derrotero atraviesa el pueblo Paxcamán que acerca la frontera que Guatemala comparte  con Belice, cuando restan aproximadamente 33 kilómetros para arribar a Tikal.

La región que circunda la selva de El Petén es conocida por el “chicozapote”, árbol para hacer chicle. Se trata de un polímero gomoso del que se extrae  de la savia del árbol. Un hallazgo después de una vida de mascar chicles.

También se aprovechan las bellotas del Ramón, cuyos ejemplares más notables alcanzan  hasta 40 metros de alto con cinturas de un metro de diámetro, de las que hacen una harina, tal cual usaban los mayas.

La historia desnuda. El Parque Nacional Tikal es parte del Área Núcleo de la Reserva de la Biosfera Maya y fue descubierto en 1848 y declarado Parque Nacional en 1955.

En 1979 fue declarado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la Unesco.
Un puesto de control franquea  la entrada luego de pagar 150 Q (equivalen a U 22) y entregan un mapa explicativo. Sin embargo, es aconsejable contratar  un guía que además de los sustanciosos relatos evitará extravíos por los distintos senderos que atraviesan el parque.

El Parque Nacional Tikal recibe anualmente 250 mil visitantes y en temporada alta 600 a mil personas por día.

La apertura es a las 6 y el cierre a las 18 y según los entendidos para recorrerlo a fondo se necesitan tres días. Para este caso hay hoteles y lodges de perfil ecológico dentro del complejo,  como la Posada de la Selva con una tarifa de U 90 la noche, y los hoteles Tikal Inn a U 60 y el Jaguar Inn a U 60, ambos precios en temporada baja.

De todas maneras, fuera del parque hay otros alojamientos muy recomendables, tal el caso del Hotel Villa Maya (cadena guatemalteca) que tiene una reserva de animales (tortugas, cocodrilos, peces y guacamayos).

Parque Tikal abarca 576 kilómetros cuadrados (¿20 mil hectáreas) donde se encuentran seis templos y 4.000 estructuras que representan el 40 por ciento del complejo aborigen. Aún resta recuperar un 30 por ciento de las construcciones que están cubiertas por la vegetación.

Se estima que esta comunidad llegó a contar con una población de 50 mil personas que hicieron de este complejo de templos, pirámides y palacios un gran centro ceremonial.

Entre los innumerables vestigios de la cultura maya dispersos en el área de bosque tropical, crecen generosas variedades de especies de flora y fauna. Por eso, en la caminata se observan (o el visitante se siente observado) por monos araña, monos aulladores, pizotes (aves parecidas al tucán), serpientes y muchos mosquitos que se mueven en  la mata vegetal.

“Los templos hacen grande a Tikal”, sentencia Max el guía, al ingresar al complejo que data desde el 900 antes de Cristo al 900 después de Cristo.

Lo de siempre. Distintos grupos de científicos arqueológicos trabajaron en la "recuperación" de Tikal. Así lo hicieron de la Universidad de Pensilvania y también hubo estudiosos europeos, cuyas tareas, en algunos casos, significó el despojo de importantes testimonios que fueron sacados y jamás devueltos a Guatemala.

Hoy controla y supervisa todos los trabajos el Instituto de Antropología e Historia (Idae).

Numerosos jóvenes extranjeros recorren el parque donde el clima húmedo y caluroso provoca siempre que en algún momento de la excursión llueva.

La lluvia trae  con ella bandadas de mosquitos y zancudos, por eso se recomienda llevar siempre un rompevientos impermeable y repelente.
En el parque hay silencio, sólo pájaros y aulladores se atreven a romperlo. El silencio casi reverencial respeta la colosal ciudad maya que encierra la cosmogonía que alcanzó esa cultura. Tan apabullante lo que se observa que hasta la naturaleza le rinde culto.

Lo que hay que saber

En Tikal se encuentran las siguientes construcciones:

Templo I. Se lo conoce como el Gran Jaguar y tiene 47 metros de alto. Consta de nueve cuerpos y fue construido en el 734 después de Cristo. Al sudeste del templo I hay un pequeño juego de pelota maya. No se permite el acceso al templo por razones de seguridad.

Templo II. Se encuentra al oeste de la Gran Plaza y se lo conoce como el Templo de los Mascarones. Tiene 38 metros de alto y fue construido en 700 después de Cristo.

Templo III. Está al oeste del Templo II y se lo conoce como el Templo del Gran Sacerdote Jaguar, por el dintel tallado en madera y cuyo personaje está cubierto por una piel de jaguar.

Mide 37 metros de alto.

Templo IV. Es el templo más alto (70 metros) y por seguridad se sube por escaleras de madera que dicen tienen 170 escalones que ponen en riesgo a los que sufren de vértigo.  Ofrece la mejor panorámica del complejo y la selva.

Templo V. Tiene 37 metros de alto y se cree fue construido entre el 550 y el 650 después de Cristo.

Templo VI. Se lo conoce como el Templo de las Inscripciones ya que presenta una serie de glifos. Mide 25 metros de altura.

Gran Plaza. Fue el centro de las actividades ceremoniales de la cultura maya.

Mundo Perdido. La Pirámide Mundo Perdido fue construida alrededor del 900 antes de Cristo. Fue centro de la astronomía maya.

Acrópolis Central. Se distribuye en siete patios internos que abarcan distintos palacios.

Complejo Q. Es el complejo de pirámides gemelas más grande de Tikal.