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La ciudad que era un desastre ambiental y ahora es referente de la sostenibilidad ecológica

Singapur ostentó en el 2018 el mérito de ser la ciudad más verde del mundo. (123RF)
Singapur ostentó en el 2018 el mérito de ser la ciudad más verde del mundo. (123RF)

Singapur está en el centro de la vanguardia mundial en arquitectura “verde”.

Con más de 5,5 millones de habitantes, implementa a diario numerosas soluciones urbanas que la colocan entre las ciudades más sostenibles del mundo.

Su diseño urbanístico tiene un fuerte enfoque en la creación de edificios integrados con el paisaje natural. Los proyectos edilicios de los últimos años,  muestran cómo la nación está diseñando un nuevo modelo de vida citadina.

Casa del árbol

Para quien llega por primera vez a Singapur, lo primero que impresiona es la vegetación exuberante y muy bien cuidada que brota en las fachadas de los edificios. Esto es así, porque la edificación está regulada por normativas que establecen proporciones de construcción y naturaleza.

Por ejemplo, todo suelo edificado en planta baja se tiene que reponer con la misma superficie de espacio verde en terraza o intensificar dicho verde en las fachadas. Además los planes suelen incluir  tragaluces, líneas curvas y vidrio de color que simula la luz filtrada a través del follaje de los árboles.

La ciudad de los jardines

Entre sus muchos espacios arquitectónicos célebres, se cuentan los Jardines de la Bahía. Ubicados en un recinto de más de 100 hectáreas, forman un recorrido que representa a las diferentes culturas que residen en el país.

Desde su apertura en el 2012, los jardines conquistaron a locales y turistas, convirtiéndose en uno de los lugares más visitados de la metrópoli asiática.

Desastre ambiental irreversible

Pero esto no siempre fue así. En los 70 las Naciones Unidas determinaron que la ciudad era un “desastre ambiental irreversible”.  La contaminación era tal, que según se dice, en las cercanías de los ríos, había olores nauseabundos.

Las tareas para revertir la situación comenzaron a fines de los años 70, mediante campañas tendientes a hacer la ciudad más agradable y más limpia. Y lo lograron: Singapur ostentó en el 2018 el mérito de ser la ciudad más verde del mundo.