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Ciudad de México, cautivante DF

(Fotomontaje de Javier Candellero).
(Fotomontaje de Javier Candellero).

La capital mejicana, más conocida como el Distrito Federal o simplemente el DF, es una metrópoli que despierta pasiones. Colorida, lujosa, cosmopolita, más segura y acogedora, invita a descubrirla en cada uno de sus íconos urbanos y en rincones desconocidos.

Me enamoré de la capital mejicana desde mi primera visita, hace unos años. Pero al regresar, una vez más, descubrí que la pasión y el encanto siguen inalterables, sobre todo ahora que la ciudad está mucho más seductora.

Los que sólo pasan por su aeropuerto ya sea camino a Cancún, la Riviera Maya o Los Cabos, no tienen idea de lo increíble que se pierden, porque así como ocurre en Nueva York, la Ciudad de México no para. Nunca.

Y no es hablar sólo del Zócalo, su apasionante ciudad vieja, justo en el centro del gigante DF. Claro que el Zócalo, con sus iglesias, museos, ruinas y su plaza principal, siempre tomada por conciertos u otras actividades gratuitas, es algo que uno no se puede perder.

Todo paseo por el Zócalo debe seguir adelante hasta terminar en el monumental Museo de Bellas Artes. Pero lo más divertido allí es descubrir sus partes más insider, menos turísticas, que son las más reveladoras de la esencia de los mejicanos.

Coyoacán, por ejemplo, que muchos conocen sólo por ser “el barrio del Museo de Frida Kahlo”, tiene mucho más que la Casa Azul de Frida o la casa museo de Trotsky o el estudio de Diego Rivera.

Como desde hace mucho, sigue siendo el barrio de los intelectuales, escritores, periodistas, poetas y artistas, con sus cafés llenos de historia, así como sus fascinantes librerías y galerías de arte entre sus callecitas de casas de colores.

Y, si Coyoacán no tiene las grandes tiendas y mall de otros barrios del DF, ofrece las más interesantes compras de regalos y productos típicos en su gigante y encantadora Feria de Artesanato, justo al lado de la plaza Coyoacán.

Si es domingo, el paseo más tradicional de los chilangos – como son conocidos los naturales de la ciudad – es seguir hasta los hermosos Bosques de Chapultepec y ahí pasar el día, entre caminatas, paseos en bicicleta, paradas para saborear tacos en la calle y, por supuesto, visitar el espectacular Museo de Antropología, quizás el más grande acervo sobre la cultura hispano-americana de todo el mundo.

Si se cuenta con tiempo, también vale la visita al bello Castillo de Chapultepec, que guarda importante parte de la historia mejicana. El ambiente tan agradable y placentero de los bosques, la historia del castillo y toda la información y conocimiento del museo, son el programa perfecto para todo un día.

Aunque el Zócalo, Coyoacán y Chapultepec sean las grandes zonas turísticas para los visitantes, la ciudad se revela mejor a una segunda mirada, más personal.

Llegada a otros barrios. Zona Rosa, Condesa y Colonia Roma, por ejemplo, son tres barrios vecinos que concentran algunos de los mejores restaurantes y bares de la ciudad, con una "movida increíble" por la noche.

Ahí también se ubica el más lujoso hotel de la ciudad: el Four Seasons México, justo en la mítica avenida Paseo de la Reforma, con restaurantes y spa que seguramente valen la visita incluso para aquellos que no son sus huéspedes.

Además de eso, los barrios vecinos son el sitio elegido por muchos jóvenes diseñadores para abrir sus oficinas y talleres. Allí se pueden encontrar no solamente ropas de diseños vanguardistas, personalizadas y únicas, sino también prendas exclusivas para el hogar, los amigos o la familia.