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Ciudad amurallada en los Pirineos

Viaductos y puentes en la pintoresca villa medieval francesa.
Viaductos y puentes en la pintoresca villa medieval francesa.

Enmarcada en la categoría de “los pueblos más bonitos de Francia”, Villefranche de Conflent (en español, Vilafranca de Conflent) muestra el encanto de sus calles angostas y dos puertas, una hacia Francia y la otra que mira a España. 230 habitantes estables y miles de turistas.

Vilafranca de Conflent es una villa medieval francesa del siglo XI que se presenta de golpe al viajero, que transita por sinuosos caminos, plenos de vegetación, en el corazón de los Pirineos Orientales.

La hoy pequeña villa que atrae a miles de turistas tiene pequeños hoteles, bares, restaurantes, comercios regionales y de artesanías y se apoya en una fecunda historia que se remonta a su construcción, encarada por el conde de Cerdaña en 1092.

El lugar elegido para crearla fue la confluencia de los ríos Tet, Cady y Rotja, y al pie del monte Canigo, con el fin de protegerla de invasiones enemigas. Formó parte de Cataluña bajo los reinos de Mallorca, Aragón, y de España hasta que después de varias batallas en 1659 se firmó el Tratado de los Pirineos por el cual quedó del lado francés.

El por ese entonces célebre   ingeniero Sebastián Le Preste, marqués de Vauban, especialista en fortificaciones visitó la región en 1681 y construyó el Fuerte Liberia, situado por encima de la villa, en el monte Belloc, al cual se puede llegar por un túnel cavado en la montaña llamado de las 1000 escaleras. En realidad son 775 escalones en subida que conectan el pueblo y la fortaleza y que en la actualidad se mantienen y usan para llegar a la cima. De todas maneras otra alternativa para subir es por un sendero al cual se accede desde el puente románico St. Pierre, incluso en vehículos 4X4.

Estrechas callecitas

Al avanzar por las estrechas callecitas sobresale la iglesia Saint Jacques cuya plaza exterior se convirtió rápidamente en el centro de reunión de los parroquianos; allí se establecía el mercado en la Edad Media, y el templo formaba parte de un peregrinaje secundario hacia Santiago de Compostela.

Vilafranca de Conflent fue declarada por la Unesco Patrimonio Mundial de la Humanidad y además ostenta el galardón de ser uno de los 14 sitios construidos por el famoso marqués de Vauban.

Dentro de las murallas se encuentran nada menos que 14 pequeños restaurantes y bares, donde es posible saborear alguna exquisitez local y casera. Precisamente en la plaza de la iglesia, es oportuno detenerse para saborear una excelente comida bajo los árboles de un pintoresco patio o en el comedor de un restaurante con albergue.

Una de las experiencias gastronómicas comienza con milhojas secas de tomate a la mozzarella como entrada, pecho de pato grille con salsa de tomate y olivas, y crema de apio y gofre de manzanas con cebollas de plato principal y crema de miel y nata con frambuesa para redondear un costo de 29 euros que incluye además dos copas de vino.

A unos 300 metros de la villa hay tres grutas Canalettes, en un radio de aproximadamente 500 metros: Les Grandes Canalettes que lleva hasta una profundidad de 20 metros y se la considera el Versailles subterráneo de los Pirineos, por donde todavía circula el agua; la Cova Bastera, y Les Canalettes en las que durante los meses de verano se pueden presenciar magníficos espectáculos de luz y sonido a una temperatura estable de 14 grados.

Tren Amarillo

El Tren Amarillo es un paseo tradicional de los Pirineos que data de principios del siglo 20 y cumple un recorrido turístico que une la villa con Latour-de-Carol, a lo largo de 63 kilómetros por el valle del río Tet. Supera un desnivel de 1.200 metros para llegar a la estación de Bolquere, la más alta de Francia.

En el placentero viaje que dura tres horas se puede observar el Viaducto Sejourne construido a 65 metros del suelo y el puente Gisclard a 80 metros por encima de un precipicio. Cuesta alrededor de 15 euros, ida y vuelta.

Vilafranca de Conflent no es un destino difundido entre los argentinos que merece ser tenido en cuenta a la hora de organizar un viaje por Europa.

Lo que hay que saber

Cómo llegar. Desde Barcelona, 208 kilómetros por la AP 7 hasta Perpignan y luego 51 kilómetros por la nacional 116, depositan en Villafranca de Conflent.

Dónde comer. Auberge Saint Paul, en la Plaza de la Iglesia. Menú desde 19 euros.

Dónde alojarse. Tiene ocho hoteles y hostales con tarifas variadas según la época del año.