Cinco playas para que te enamores del sur de Brasil

Si vas al sur de Brasil este verano, tomá nota de las playas que no podés perderte en tu viaje.

1. Estaleiro, Balneario Camboriú

Mediante la avenida Interpraias se pueden conocer las playas menos transitadas de Balneario Camboriú. Una de ellas es Estaleiro, una playa prácticamente solitaria y amplia, de arena gruesa y agua cristalina. Si bien dispone de servicios, el entorno se mantiene natural. Es ideal para los amantes de las olas, ya que el mar es muy agitado, y para quienes disfruten de largas caminatas.

2. Isla de Campeche

Esta hermosa isla se destaca por su playa de arena blanca y suave y su mar cristalino, turquesa y lleno de peces. Como se trata de un área de preservación ambiental, hay controles para evitar el turismo masivo. Se accede en barco desde tres puntos de Florianópolis: playa Campeche (a menos de 10 minutos), Barra de Lagoa (una hora y media) y Playa de Armação (40 minutos).

3. Praia do Rosa, Imbituba

Ubicada en la localidad de Imbituba, Praia do Rosa es una de las mejores playas para hacer surf que tiene el sur de Brasil. Y si bien con los años la eligen cada vez más turistas, es un destino que no perdió el encanto que atrajo a los primeros visitantes, allá por los '60. Se trata de una bahía de menos de dos kilómetros rodeada de morros verdes y con dos lagunas: Lagoa do Meio y Lagoa do Canto.

4. Lagoinha, Florianópolis

Esta playita rodeada de morros tiene sólo 800 metros de extensión, arenas limpias y agua cálida y azul. Es un lugar ideal en Florianópolis para los que buscan tranquilidad, buenas olas y el alivio que da la ausencia de los puestos de venta. Tip: la visita a Lagoinha tiene que incluir el trekking a la cima del Morro das Coroas, que ofrece vistas únicas de toda la costa.

5. Tinguá, Governador Celso Ramos

Entre Florianópolis y el camino que va a Bombas y Bombinhas se encuentra Governador Celso Ramos, un municipio poco frecuentado por los viajeros de nuestro país. Uno de los secretos mejor guardados de este destino es la playa Tinguá, de arena fina y agua turquesa y sin olas, a la que sólo se llega caminando o en barco. Si bien durante la semana hay poca gente, los fines de semana se convierte en una fiesta flotante con yates de lujo.