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Buzios ¿en posada u hotel?

A 180 kilómetros de Río de Janeiro, esta aldea de pescadores reluce con su impronta bohemia, rodeada de diversos tipos de alojamiento. ¿Cuál es la opción más conveniente para descansar, junto al mar?

La puesta en escena de sus trazados permite acceder sin problemas a todas partes. En Buzios, todo se transforma, simplemente, en una cuestión de gustos (y de bolsillo). En la porción céntrica y zonas aledañas está el fuerte de hospedajes. Sin embargo, en otros puntos, existen lugares para alojarse enclavados en la altura del morro, con bajadas al mar, que funcionan como balcones naturales.

"No hay demasiada diferencia entre las posadas de categoría y los hoteles, ya que éstos, en su mayoría, son de estilo boutique. Por eso, hasta los diseños externos resultan similares. Cuanto más pequeño, el trato es más familiar, cercano. Mientras que los más grandes pueden ofrecer un poco más de servicios, fundamentalmente para los que viajan con niños", explica Rubén, un argentino que trabaja como supervisor en un hotel y que llegó a Buzios por primera vez en 1976.

En Buzios, la construcción respetó los orígenes de la ciudad. Los arquitectos se inspiraron en las antiguas casas de los pescadores y ninguna de las incontables posadas supera los tres pisos. Desde el agua, se dibujan las ondulaciones cubiertas del verde vegetal intenso entremezclado con la predominante arquitectura de teja muslera.

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“Frente al mar, ambientes relajados y con mucho encanto”. Así describe Verónica, guía regional, a los alojamientos más atractivos. El debate en la elección se reduce a los pros y los contras que se alternan indistintamente entre una y otra opción, sin marcados contrastes.

La “Saint Tropez brasileña”, tal como le llaman a Buzios, recluye a unos seis mil argentinos. Y desde los años ´60, cuando la actriz francesa Brigitte Bardot visitó el lugar junto a su novio Bob Zagury y decidió desatarse el biquini, todo cambió. El impulso otorgado por Bardot fue tal que, después de Río de Janeiro, se convirtió en el destino costero con la mayor infraestructura turística de ese estado brasileño.

Atracción inolvidable

Saudade ("nostalgia"). Esa palabra con peso emocional propio es lo que genera la partida de Buzios. Por eso, muchos compatriotas y otros tantos la visitaron, se enamoraron y nunca más regresaron.

La antigua aldea también acoge a turistas que llegan desde todo el mundo, muchos en cruceros que anclan en sus costas durante el día.

No importa que no haya vuelos directos regulares, aún así, su encanto, teñido por aguas esmeraldas y vegetación selvática, supo imponerse y encontrar un aliado fundamental: el clima. Un promedio de 290 días de sol al año aseguran la ecuación para disfrutar con una caipi en la mano.

Céntrica y nocturna

Fiel a su alma de balneario, más allá de la calle de las Piedras, epicentro comercial, la ciudad se consagró como foco veraniego donde usar havaianas de diseño es una moda siempre vigente, que no encuentra restricciones ni en los restaurantes más

chic

.

Con cuadras angostas, adoquinadas, irregulares, regadas de comercios en todas sus variedades a los que se suman el reputado boliche Privilège y la tradicional crepería Chez Michou, la calle principal se expresa como una especie de

shopping

a cielo abierto en algo más de 600 metros.

Por su parte, la paralela Manoel Turibio de Farias también tiene lo suyo y conduce hasta la plaza Santos Dumont, donde funciona una feria artesanal nocturna. Orla Bardot -continuación de la calle de las Piedras- es la más linda y la mejor opción para una caminata, siguiendo la línea marítima. Un paseo de madera, con plantas y bancos para reposar y comerse con la vista los tintes anaranjados del atardecer, cerquita de la famosa estatua en bronce de la diva francesa que luce jeans, remera a rayas y cabello al viento, obra de la artista paulista Christina Motta.

Enfrente, de un lado, se ubican confortables lugares para sentarse a comer; del otro, los barquitos multicolores anclados custodian la inmortalización de los pescadores tirando las redes, símbolo de sus raíces.

DATOS.

Información útil para disfrutar de Buzios.

Varieté de arenas

Protegidas o expuestas, con o sin olas, con aguas más o menos cálidas, las diversas playas reciben las corrientes marítimas del Polo Sur o del Ecuador. Eso sí, en todos lados la brisa acaricia los cuerpos y le aporta una pincelada al lugar. En casi todas las playas se practica

stand up paddle boarding

(

surf

de remo). El

surf

, el

windsurf

y el

kitesurf

tienen sus enclaves.

Ferradura es una pileta natural que se enmarca en uno de los barrios más distinguidos. Su gran extensión de arena permite que se instalen muchas familias. En Brava mandan las olas y hay aires surfistas. Este lugar de jóvenes cuenta con un pasadizo semiescondido, que empieza en una esquina y conduce a Olho de Boi, sitio permitido para hacer nudismo. Algunos dicen que es el punto más soberbio para ver la Luna llena.

La mayoría de argentinos se diversifica en la costa norte de la península. La preferida es João Fernandes o su hermana menor, João Fernandinho. Pero también están Azeda, Azedinha (la mejor para ver la puesta solar) y la apacible Taratuga. En el extremo opuesto aparece Geribá, que ostenta más de dos kilómetros de arena codeados con el mar abierto.

[video:https://www.youtube.com/watch?v=gZqXxBYYVMI]