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Brasilia, la magnífica olvidada

Vista del Eixo desde la Torre de la TV. (Gentileza: Pierre Dumas)
Vista del Eixo desde la Torre de la TV. (Gentileza: Pierre Dumas)

La capital federal de Brasil es un destino único en el mundo. Además de su arquitectura sin igual, se está potenciando como uno de los centros gastronómicos del continente y es también la puerta de entrada a un maravilloso mundo natural.

La Torre de la Televisión es el mejor punto de partida para empezar a visitar Brasilia y también para entenderla. Es una enorme estructura de hormigón armado que domina todo el Eixo Monumental, la avenida que estructura la organización de la ciudad. Antes de “leer” el panorama, los guías suelen explicar un poco cómo fue dibujada y pensada Brasilia, sobre el papel, antes de su construcción en medio de una meseta semidesértica en el centro del país, lejos de cualquier gran centro urbano y de las costas, donde se concentra todavía hoy la mayor parte de la población brasileña.

Fuente de agua y cartel de bienvenida en el Eixo. (Gentileza: Pierre Dumas)
Fuente de agua y cartel de bienvenida en el Eixo. (Gentileza: Pierre Dumas)

Algunos ven el plano de Brasilia como un avión, otros como una cruz y hasta hay quienes la consideran como un pájaro. Sea cual fuere la interpretación que se le dé, el diseño original del urbanista Lúcio Costa quería reinterpretar los espacios y las funciones de la ciudad sobre la base de las teorías del arquitecto franco-suizo Le Corbusier. Todas las funciones oficiales y los edificios administrativos están concentrados a lo largo de un eje de más de siete kilómetros de un extremo al otro. La Torre de la TV está en el medio y es el mejor apostadero para verlo todo a 360 grados. Sin hablar de las maravillosas puestas de sol, cada atardecer durante la temporada seca, cuando el cielo casi nunca está nublado.

El puente Kubitschek sobre el lago Paranoá, ubicado al borde de la ciudad. (Gentileza: Pierre Dumas)
El puente Kubitschek sobre el lago Paranoá, ubicado al borde de la ciudad. (Gentileza: Pierre Dumas)

Un decorado de Mad Men

Brasilia salió de la nada gracias a tres visionarios: el presidente Juscelino Kubitschek (aquel que prometió “50 años de progreso en cinco años”), Lúcio Costa y el arquitecto Oscar Niemeyer. Pero nació también gracias a decenas de miles de anónimos que realizaron esta obra faraónica en condiciones extremas: jornadas laborales de 18 horas, omnipotencia de la empresa constructora, prohibición de sindicatos, presiones policiales y reclamos solucionados por las armas en muchos casos. Brasilia no nació sobre un lecho de rosas y hubo que llevar todo desde las lejanas Río de Janeiro (a 1.100 kilómetros, aproximadamente) y San Pablo (1.000 kilómetros) para trabajar bajo el duro sol del trópico, en una región donde llueve sin parar durante seis meses y que vive una eterna sequía a lo largo de otros seis meses.

Plaza de los Tres Poderes, frente al palacio del Planalto. (Gentileza: Pierre Dumas)
Plaza de los Tres Poderes, frente al palacio del Planalto. (Gentileza: Pierre Dumas)

A pesar de todo esto, la obra atrajo a decenas de miles de obreros que fueron los primeros verdaderos habitantes de Brasilia. La capital fue inaugurada en 1960 por Kubitschek en persona y Brasilia ocupó entonces el lugar de Río de Janeiro. Lo que espera entonces a los viajeros de 2023 es una especie de viaje en el tiempo, una gigantesca cápsula de los años 50. Arquitectura, ciertos ideales urbanos, divisiones entre las esferas públicas y privadas e incluso objetos, como en el recientemente reabierto Brasilia Hotel Palace, amueblado y ambientado con vehículos y mobiliarios de los años 50. En este decorado de Mad Men a la brasileña se desdibujan las épocas.

Estilo retro kitsch de los años ‘50 en el lobby del Hotel Brasilia Palace. (Gentileza: Pierre Dumas)
Estilo retro kitsch de los años ‘50 en el lobby del Hotel Brasilia Palace. (Gentileza: Pierre Dumas)

Una capital gastronómica

Los clásicos de una visita de Brasilia incluyen la catedral y la plaza de los Tres Poderes, dos hitos del Eixo, pero también la Cuadra Modelo, un sector residencial en una de las alas (del avión o del pájaro) donde un especialista explica cómo se pobló la ciudad, a partir de su construcción, con los obreros primero y los funcionarios después. Este sector es muy interesante, porque permite abrir una ventana sobre la vida diaria en una ciudad tan atípica, en torno a las unidades residenciales, las vías de comunicación y la organización social y comercial de los barrios.

Igrejinha de la Cuadra Modelo, el primer edificio que se terminó de levantar para los obreros durante la construcción de la ciudad (Gentileza: Pierre Dumas)
Igrejinha de la Cuadra Modelo, el primer edificio que se terminó de levantar para los obreros durante la construcción de la ciudad (Gentileza: Pierre Dumas)

En esta Cuadra Modelo se encuentra también la pequeña capilla conocida como la Igrejinha. Fue uno de los primeros edificios terminados e inaugurados de Brasilia, una construcción de líneas muy sencillas proyectada por Niemeyer y cuyas paredes están cubiertas por azulejos del artista Athos Bulcão, que también marcó la ciudad con sus creaciones.

Los vitrales de la Catedral, ideados por el arquitecto Niemeyer para dar luz natural al conjunto, se extienden sobre dos mil metros cuadrados. (Gentileza: Pierre Dumas)
Los vitrales de la Catedral, ideados por el arquitecto Niemeyer para dar luz natural al conjunto, se extienden sobre dos mil metros cuadrados. (Gentileza: Pierre Dumas)

En torno a los clásicos de Brasilia surgen nuevos puntos de visita, como el Mané Mercado, que simboliza la renovación gastronómica. La capital brasileña quiere posicionarse como un polo de alta cocina para reforzar su atractivo y lo está logrando con iniciativas como este mercado gourmet de muy alto nivel, que incluye propuestas de chefs reconocidos de toda la ciudad y la región. En este mercado se pueden saborear tanto platos de cocina brasileña reinventados, como cafés de excelencia o los mejores brigadeiros “do mundo”. Otro hito de este posicionamiento es el restaurante de cocina de autor Conca, impulsado por los chefs Diego Badra e Igor Janiques. Reinventan recetas y reinterpretan ingredientes, con guiños a la cocina molecular, para proponer platos tan sorprendentes como un helado de cebolla o una versión propia del clásico pato no tucupi (pato cocido en caldo de mandioca).

El Mercado Mané de Brasilia ubicado en el Eixo Monumental, entre el Estádio Nacional Mané Garrincha y el Ginásio Nilson Nelson, es la experiencia gastronómica más nueva de la capital brasileña. (Gentileza: Pierre Dumas)
El Mercado Mané de Brasilia ubicado en el Eixo Monumental, entre el Estádio Nacional Mané Garrincha y el Ginásio Nilson Nelson, es la experiencia gastronómica más nueva de la capital brasileña. (Gentileza: Pierre Dumas)

Arte, arquitectura, alta gastronomía y cercanía: a estos atractivos, Brasilia le suma también naturaleza, con un hermoso lago que reemplaza las habituales opciones de sol y playa que uno espera siempre de Brasil. Y, sobre todo, excursiones atrapantes a pueblitos coloniales o parques nacionales de paisajes inolvidables, todo a menos de un par de horas de viaje.

En la Catedral funciona la sede arzobispal de la Arquidiócesis de Brasilia. (Gentileza: Pierre Dumas)
En la Catedral funciona la sede arzobispal de la Arquidiócesis de Brasilia. (Gentileza: Pierre Dumas)

Datos útiles:

Cómo llegar. Más de un tercio de los visitantes extranjeros que recibió Brasil durante el primer cuatrimestre de 2023 fueron argentinos. Muy pocos llegaron hasta Brasilia, a pesar de un vuelo directo de Aerolíneas Argentinas, varias veces por semana. A partir de U$S 350 en temporada baja (Skyscanner).

Consejo para alojarse. El renovado Brasilia Palace (cerrado durante muchos años luego de un incendio) es una opción ideal para profundizar la sensación de viaje en el tiempo que ofrece la ciudad. Su lobby está ambientado con objetos de los años 50. Está muy cerca de la Plaza de los Tres Poderes y del Palacio del Planalto, por lo que es posible cruzarse con visitantes internacionales de paso por la ciudad. Su restaurante, Óscar, es uno de los más renombrados en la actualidad. A partir de U$S 50 por noche.

Consejo de visita. En Brasilia las distancias son gigantescas, incluso a lo largo del Eixo. Además, es tan distinta a cualquier otra ciudad que es mejor visitarla con un servicio de guía. Rosa Fernández es española pero brasiliense por adopción, y organiza visitas interpretativas por el centro, la Cuadra Modelo y atractivos cercanos como el lago Paranoá. Contacto: rosanandez@gmail.com.

Un imperdible. La Torre de la TV domina todo el Eixo. Permite orientarse en la geografía de la ciudad, entender su disposición y descubrir su curioso mapa desde las alturas. Es ideal subir a fines de la tarde, para disfrutar de la puesta de sol y ver cómo Brasilia va encendiendo sus luces. Las subidas se hacen hasta las 17.45 y el precio es de U$S 2.

Para comer. El Mané Mercado abre todos los días del mediodía a la medianoche. Está a poca distancia del Eixo, en el ala norte, frente al estadio Mané Garrincha. Cuenta con más de 18 restaurantes y propuestas. Conca Cozinha Original está en CLN 413, bloco E, loja 57, del Asa Norte. Abre de martes a sábados, de 19 a 22.30. Platos a partir de U$S 9.

En Internet. Un tour virtual de Brasilia para preparar la visita en www.turismo.df.gov.br/brasilia-tour-virtual.