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Borneo salvaje

Un viaje a la sorprendente isla del sudeste asiático, que tiene entre sus tesoros uno de los mejores rincones del mundo para bucear y especies endémicas como orangutanes y monos narigudos.

Verde. Todo es verde en estas tierras milenarias. Borneo deslumbra por el color de lo salvaje. La isla dividida administrativamente entre Brunéi, Malasia e Indonesia es la tercera más grande del globo y alberga bosques tropicales antiquísimos, habitados por tribus legendarias y animales exóticos.

Borneo es un vergel de 74.500 kilómetros cuadrados, una imperfecta circunferencia que cuenta con 1.500 kilómetros de costas de arenas blancas, bañadas por los cálidos mares de Sulu y Célebes, al este, y el Mar del Sur de China, al oeste.

Datos.

Información Útil de Borneo

Sipadan, aguas celestiales

Jacques Cousteau definió a la minúscula isla de Sipadan como una “obra de arte intacta”. Sus aguas cristalinas y un riquísimo fondo marino, con más de tres mil especies de peces multicolores y otras cien variedades de corales, ubican a este lugar entre los cinco mejores destinos del mundo para bucear.

En 2004, el Gobierno malayo resolvió trasladar hacia el vecino islote de Mabul a todos los operadores de buceo, con el objetivo de obtener un equilibrio entre los ecosistemas marino y terrestre de Sipadan. Para llegar hasta Mabul, hay que navegar unos 45 minutos desde la ciudad de Samporna. Una vez en esta islita de pescadores, regada de palmeras y casas que parecen flotar a lo lejos, solo resta relajarse y bucear. Todo aquí gira en torno de esta actividad que, según afirman sus adeptos, genera adicción.

Aquellos que no lleguen decididos a sumergirse bajo el agua con un tanque de oxígeno se sentirán un tanto perdidos en estas playas. O al menos tendrán que animarse al esnórquel. De otra manera, nunca comprenderán la magia de Sipadan, un lugar privilegiado que atesora corales, tiburones de punta negra, tortugas gigantes, caballitos de mar, cardúmenes de barracudas, una increíble variedad de fauna macro y la Cueva de las Tortugas, una majestuosa caverna submarina.

El planeta de los simios

“Espera lo inesperado; esto es Borneo”, desafía Sue, una voluntaria inglesa del Centro de Rehabilitación de Orangutanes de Sepilok, en medio de un tremendo aguacero. Los orangutanes (palabra malaya que significa “hombres de la floresta”) sólo se encuentran en Borneo y en la cercana isla de Sumatra. A las 10 de la mañana, los exóticos primates son alimentados por los guías a base de bananas, leche y coco. Es la oportunidad para verlos cara a cara.

Ubicado a media hora de Sandakán antigua capital de Sabah en el noreste de Borneo, Sepilok es el centro de rehabilitación del orangután más grande del mundo. La reserva fue abierta en 1964 y hoy cuenta con más de cuarenta kilómetros cuadrados de selva protegida. Aquí se traen las crías abandonadas por sus madres y los ejemplares que son rescatados del tráfico y la caza ilegal, con el objetivo de reinsertarlos en la vida salvaje.

“Ahí está Víctor”, señala exaltada Sue. Las ramas se agitan, y enseguida aparece un primate, uno más de la centena que se desplaza libremente por la reserva. Mientras tanto, una pareja de suizos observa, fascinada, sus movimientos. “Hace 20 años que planeamos este viaje dice la mujer, encandilada. Estar acá es un sueño”.

Cultura y naturaleza: Para conocer la isla a fondo.

Los cazadores de cabezas

Para conocer la cultura de la etnia iban, hay que visitar las longhouse, sus viviendas típicas. Los hombres iban llevan muchos tatuajes y, según dicen, aquellos que no se tatúan no contraerán matrimonio. Como guerreros, fueron muy temidos en los viejos tiempos: para certificar su victoria en alguna batalla, debían volver a su aldea con el cráneo del enemigo.

Mercado nocturno

El Night Market de Kota Kinabalu, la capital de Sabah, se enciende todos los días al caer el sol. Es una mezcla de colores, sabores, olores, gentío y ruido. Hay comidas familiares y extrañas, jugos tropicales y brebajes exóticos, plantas y flores, artesanías y ropa. Los mercados representan, sin dudas, una de las más intensas y fascinantes experiencias del sudeste asiático.

Las mezquitas

El domo de la Mezquita del Estado en Kota Kinabalu es el más grande de todo el país, y la Mezquita de Kuching sorprende por tener un cementerio construido a su alrededor. No se puede ingresar a la hora de los rezos (cinco veces al día) y es obligatorio cubrirse hasta por debajo de las rodillas.

En busca de los narigudos

El Proboscis Lodge Buckit Melapi es un alojamiento en la jungla, a la vera del río Kinabatang. Desde allí parten travesías en busca de fauna autóctona, sobre todo de los monos proboscis o narigudos. La hora del poniente es la de mayor movimiento para estos primates, que se acercan a los árboles cercanos a la costa en busca de un lugar seguro donde pernoctar.

Diversidad concentrada

Manglares, cascadas, plantas carnívoras, monos, iguanas, chanchos salvajes y ardillas orientales se pueden observar en el Parque Nacional Bako, un pequeño espacio de 27 kilómetros cuadrados y una riqueza natural apabullante. Se llega navegando en piragua y se pueden hacer diversas caminatas. Ver nadar a los proboscis cuando sube la marea es asombroso.