Bin Lata está aquí

Sólo lo diferencia de un sin techo (homeless) su curioso vestuario: un pantalón de baño y sobre él, unas largas tiras con una especie de grandes monedas metálicas unidas como una túnica y unas polainas del mismo material. Nos cruzamos  pero él sigue imperturbable su camino.

Esa noche, me invitan a cenar a un pequeño y exclusivo lugar. Me llama la atención una araña que cuelga sobre la mesa principal y la ilumina. Está formada por aros que se entrelazan y contienen una lámpara cada uno. El material con el que están construidos tiene un brillo semi mate muy atractivo. Cerca de la piscina del lugar, una gran escultura del mismo material imita un gran pez.

Atenta a mi curiosidad, la camarera me informa que su autor es Olavo Torquato, conocido por todos como Bin Lata (foto), el mismo personaje que cruzamos en la playa. Bin Lata nació en el interior del estado de Ceará, en 1968, y fue adoptado a los 5 años por una familia que lo hizo trabajar picando piedras. Recién a los 17, conoció a su padre, un artesano, y a su madre. En 2005, trabajando de vendedor, viajaba en colectivo largas horas. En uno de esos viajes, cerca de Ouro Preto, comenzó a jugar con latitas de gaseosas vacías que otros tiraban y a crear objetos y formas. Desde esos días hasta hoy, fue perfeccionando su arte y sus piezas fueron usadas por importantes músicos de Brasil.

Lo volví a cruzar por las calles del pueblo y ahí sí, me atreví a hablarle. Olavo se define como "artista nómade de esculturas ambulantes". Es así que ya lleva recorridos desde la frontera con Argentina, más de 20 estados brasileños; pero su sueño es conocer el Amazonas y ese será su próximo destino. En contados segundos, improvisó un objeto partiendo de una lata y usando como herramienta sólo el anillo metálico que se usa para abrirla. Puro talento, Bin Lata considera que "crear es fácil, lo difícil es luchar contra el prejuicio de la gente al ver la forma en que me visto".