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Baños: entre aguas y volcanes

Se trata de una pequeña y apacible ciudad en un interminable manto verde que marca el comienzo de la Amazonia ecuatoriana. Regado por numerosos ríos, cascadas, aguas termales y hasta volcanes, es un destino ideal para descansar al ritmo de la naturaleza.

La psicología del color dice que el verde es tranquilizador y sedante, que evoca por excelencia la naturaleza y que se lo relaciona con la esperanza y la buena suerte. ¿Será por eso que Baños, rodeado de tupidas montañas verdes, brinda calma y descanso? Se habla también de la necesaria presencia del agua para que la energía fluya sin trabas. ¿Será por eso que Baños y sus ríos, cascadas y baños termales hacen que uno se sienta tan en sintonía?

Como sea, Baños de Agua Santa es una hermosa y turística ciudad que se encuentra en el centro, casi geométrico, de Ecuador. Emplazada en un valle y rodeada de una frondosa vegetación de verde infinito, su propuesta incluye mucho descanso pero también una extensa oferta de deportes de aventura. Rafting, kayak, puenting, canopy y rapel son sólo algunas de las opciones disponibles para aquellos que busquen un poco de adrenalina.

Alquilar una bici siempre es una excelente idea para despeinarse un poco y conectarse con el entorno. La Ruta de las Cascadas es un hermoso y natural recorrido de unos 18 kilómetros, ideal para pedalear. El trayecto en su mayoría es en bajada y por un camino destinado sólo para bicicletas, donde se pueden visitar numerosos saltos de agua, cada uno con su personalidad y encanto.

Pero, sin lugar a dudas, la última cascada es la más impresionante. Se la conoce como el Pailón del Diablo, y el nombre no exagera. Interminables cantidades de agua caen al vacío con tal potencia e ímpetu que hay que gritar para que la persona que uno tiene al lado lo escuche.

Si lo que preocupa es el regreso por el mismo camino, que esta vez será cuesta arriba, el viajero puede pagar una módica suma y los colectivos destinados a tal fin lo llevarán de regreso a Baños con la bicicleta incluida. Para aquellos que no son amantes del ciclismo, es posible hacer el mismo circuito en buggy, en cuadriciclo o en combi.

DATOS. Información útil para disfrutar de Baños.

Un columpio hacia el vacío

Originalmente construida como parte de una estación de vigilancia sísmica, la Casa del Árbol, que parece sacada de un cuento de hadas, es uno de los destinos más visitados del país.

El columpio que cuelga de esta casa se balancea sobre un precipicio a más de 2.600 metros de altura, por lo que regala a los viajeros unas vistas realmente impresionantes de la quebrada, pero sobre todo de un furioso gigante de 5.023 metros sobre el nivel del mar. El imponente volcán Tungurahua, que se sitúa a menos de 3 kilómetros de la Casa del Árbol, aún permanece activo y representa una amenaza para toda la ciudad de Baños.

Su nombre en lengua quichua significa algo así como “garganta de fuego” y los que tienen el privilegio de poder ver semejante espectáculo de la naturaleza aseguran que es una denominación totalmente acertada.

La Casa del Árbol está en una inmejorable posición para el control del volcán, tarea que lleva a cabo con inmenso orgullo y dedicación el Sr. Carlos Sánchez hace cerca de 17 años. Acompañado por la Virgencita de Agua Santa y su incansable familia, Carlos vigila el comportamiento del volcán y avisa al Observatorio Vulcanológico Tungurahua del Instituto Geofísico en caso que el gigante dé algún tipo de alerta.

Como si fuese poco trabajo y responsabilidad, a Carlos también le gusta hablar con los turistas para contarles y enseñarles los acontecimientos más importantes que registró el volcán durante los últimos años. Una interesantísima historia para sentarse a tomar una infusión de hierbaluisa y escuchar atentamente los relatos del gigante.