Bahamas: bienvenidos al paraíso

“¿Su destino es Bahamas? Buen viaje al paraíso”. Ya desde Córdoba, la azafata me lo hizo saber.

Las nueve horas de vuelo, con escala en Panamá, valen la pena. Es que Bahamas se disfruta inclusive desde el avión. Centenares de islas y cayos sobre el océano Atlántico, un mar nítido lleno de verdes y turquesas.

Ver ese paisaje desde el aire… verdaderamente conmociona.

Al llegar a Nassau capital, en Nueva Providencia, la segunda isla más grande que tiene el territorio bahameño, los 28 grados de temperatura (casi habituales durante todo el año) dan un recibimiento cálido al turista.

Una banda de música local suena en el aeropuerto Lynden Pindling. Amabilidad a pleno y sencillez de pueblo grande. Sus poco más de 380.000 mil habitantes pareciera que se conocen, se saludan y viven un ritmo que escapa al vértigo de las grandes ciudades.

Ya de entrada -para los argentinos- sorprende la conducción por la izquierda, es que Bahamas (excolonia inglesa, independiente desde 1973) cumple con ciertos designios de la tradición anglosajona. En la Capital, las calles se ven prolijas, impecables. La historia de esta joven nación se entremezcla con su pasado inglés, sus aventuras de piratas, sus raíces africanas y su cercanía a los Estados Unidos.

Alegría a flor de piel

Tiene costumbres propias, como el Junkanoo, tradicional fiesta del 26 de diciembre, que por los designios del turismo se ha ido trasladando a distintas fechas del año. Una especie de carnaval bahameño creado por esclavos, donde los disfraces, el color, las batucadas y gritos de alegría liberan al dios protector de la sonrisa interminable que tienen estos habitantes.

Bahamas es todo eso: sol, playas, alegría e historia.

“Son 700 islas de las cuales unas 20 son habitadas. Acá se puede hacer de todo, desde aventuras extremas o comer un buen plato o simplemente descansar”, precisa Rachel Carey, de la Oficina de Turismo.

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Los colores del mar son literalmente asombrosos. Un verde esmeralda se va destiñendo hasta bañar suavemente las playas con agua transparente. Mar adentro, los azules pintan atardeceres irrepetibles.

Nuestro primer destino será el Hotel Meliá, un lujoso all inclusive, ubicado en Cable Beach sobre una franja de 300 metros de arena blanca. De ambiente familiar, con curvilíneas piscinas, una vista fantástica, cómodas habitaciones (cuenta con 694 y 32 suites) y una cocina de toque internacional.

Dependiendo de la época del año y los servicios, las tarifas rondan los 350 dólares por noche, 75 dólares extra para el nivel Level. En sus bares, son imperdibles los tragos con toques “caribeños”, como el tradicional Bahama Mama (piña, durazno, naranja y distintos tipos de ron).

En Bahamas hay alojamientos de todo tipo, desde cabañas, apartamentos, hostels y megainfraestructuras hoteleras. Se puede llegar vía marítima (hay cruceros económicos desde EEUU) o vía aérea, con la opción de Copa Airlines, a través de Panamá, con la cual no es necesario tener visa para ingresar.

Historia y algo más

La rica historia de Bahamas está signada por su antepasado inglés, su impronta afro y sus aventuras de piratas. Aún persisten las leyendas de tesoros escondidos y hazañas de corsarios. No es en vano que se hayan grabado allí escenas de Los Piratas del Caribe (Johnny Depp compró su propio cayo privado).

Originalmente habitadas por los lucayos, las Bahamas fueron el sitio donde los españoles arribaron en su primer viaje en 1492. Fueron colonizadas por los españoles hasta 1648, pero luego los ingleses se establecieron en la isla Eleuthera.

El nombre de Bahamas es una deformación de la palabra española “bajamar”.

Las principales islas, situadas cerca de la costa este de EEUU (Florida) y al norte de Cuba, eran un lugar estratégico para los conquistadores y bucaneros.

Bahamas fue la “capital de los piratas”. Entre los más conocidos aparecen Edward Teach (Barbanegra). También figuran Henry Morgan, Calico Jack Rackman y las mujeres piratas que se disfrazaban de hombres como Anne Bonny y Mary Read.

Nassau cuenta con un casco histórico, su pintoresca casa de Gobierno, la residencia del primer ministro, y hasta legendarios fuertes para recorrer como el mítico Charlotte.

También se puede visitar Fish Fry “Pescado frito” un punto icónico de la ciudad, lleno de bares y restaurantes para saborear platos naturales. Eso sí, no se vaya sin probar el exquisito Conch (caracol gigante) que en rodajas, preparado en ceviche, es ideal para ser acompañado por la espumosa cerveza local Kalic, de un agradable dejo amargo.

La Capital también guarda otros secretos, como la destilería de John Watling, cuyo ron vale la pena degustar por su producción de alta calidad. El mercado de paja y su feria de artesanos son otros de los puntos atractivos.

En Bahamas también se encuentran los míticos estudios Compass Point donde grabaron músicos de la talla de Bob Marley, Ringo Starr, U2, AC/DC, Julio Iglesias, Dire Straits, The Cure, Eric Clapton, James Brown, Duran Duran, entre tantos.

Los estudios fueron fundados en 1977 por Chris Blackwell, propietario del sello Island Records, y están situados frente a Compass Point, un resort de cabañas (con tarifas de hasta 220 dólares la noche).

Una mansión muy particular

Para observar la historia bahameña de cerca, no deje de visitar la mansión ubicada en West Hill Street, perteneciente a la familia Garzaroli. Se trata del hotel y restaurante Graycliff, donde también funciona Cigar Company (factoría de habanos) y una fábrica de chocolates. Al frente su ubica el museo Heritage.

Graycliff y su hotel son un viaje al pasado. Posee el único restaurante 5 estrellas en la zona del Caribe y el Atlántico. Allí se encuentra una de las mejores tres bodegas del mundo, con botellas antiquísimas -una data de 1727- vinos, espumantes,  champañas y todo lo que usted (ni) se imagina. La colección es una de las más valiosas del planeta.

Cenar en la cava puede costar hasta 1000 dólares por persona. Todo el sótano está refrigerado para mantener a decenas de miles de legendarios vinos a una temperatura ideal. Es un laberinto de botellas apiladas, acostadas, amuchadas, deseosas de no ser abiertas (casi) nunca.

Lo que hay que saber

• Cómo llegar.  En avión: desde Buenos Aires (U 1451 con impuestos incluidos) y desde Córdoba (U 1447) a través de Copa Airlines vía Panamá.
• Dónde dormir. Atlantis: habitaciones desde 300 dólares (acceso al parque acuático,  acuario y piscinas, entre otros servicios). Meliá: all inclusive desde 350 dólares.
• Isla Exuma: tour en lancha rápida desde 175 dólares.
• Snorkel: paseos en lancha con paradas para nadar, desde 100 dólares.
• Atención: Para ingresar a Bahamas se exige el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla.
• Más información. www.bahamasturismo.es

Guía de Bahamas 2015