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Ámsterdam: una ciudad de cuento

(fotografías de Elizabeth Zanni)
(fotografías de Elizabeth Zanni)

Mercados al aire libre, callejones de luces rojas y barrios hechos con materiales reciclados, donde la creatividad y el diseño se respiran en cada rincón. Cuatro lugares para conocer en Ámsterdam. 

Al caminar por la capital de los Países Bajos, sus casas de ladrillo a la vista nos maravillan a cada paso. Algunas de ellas están pintadas de blanco o negro, pero la mayoría se ven inclinadas en todas las direcciones y a lo largo de los canales, atravesados por cientos de puentes.

Todo parece salido de un cuento. Sus habitantes van en bici a todas partes, aunque llueva o nieve. Las casas dejan ver su interior y la vida cotidiana a través de enormes ventanas, con las cortinas abiertas de par en par y decoradas con objetos de un gusto exquisito y particular. Los botes circulan por los canales mientras miles de bicis, de todos los colores y tamaños, aparecen estacionadas en las barandas de los puentes, decorados con flores de colores.

(fotografías de Elizabeth Zanni)
(fotografías de Elizabeth Zanni)

Las casas-botes muestran sus terrazas, donde los propietarios se sientan a disfrutar del buen tiempo (si hay suerte) y de la compañía de amigos, mientras comparten una botella de vino.

Al final del día, toda esta belleza se transforma en algo más mágico aún, cuando la imagen de los miles de focos que delinean las arcadas de las estructuras de los puentes y de las ventanas de las casas se encienden con un cálido color ámbar, reflejándose en el agua de los canales.

Terrazas, parques y canales

Fundada en el siglo XII como pequeño pueblo pesquero a orillas del río Amstel –de allí su nombre, “Amstel”, por río, y “Dam”, por dique–, Ámsterdam fue creciendo alcanzando su época de oro en el siglo XVII, cuando se transformó en el puerto comercial más importante de Europa y construyó su sistema de cuatro canales semicirculares concéntricos.

(fotografías de Elizabeth Zanni)
(fotografías de Elizabeth Zanni)

A pesar del declive durante las Guerras Napoleónicas y la invasión alemana durante la Segunda Guerra Mundial, esta ciudad logró constituirse como la capital del país y uno de los destinos más visitados de Europa. A tres metros por debajo del nivel del mar, con sus 810.000 habitantes y casi la misma cantidad de bicicletas, 165 canales y más de 178 nacionalidades, se trata de una ciudad donde es fácil movernos a pie y aventurarnos por las calles, en las que sólo escuchamos el timbre de las bicis o las campanas del tranvía.

En barco

Ver la ciudad desde la perspectiva de los canales es otra forma de admirar la belleza de su arquitectura. Pasar por debajo de los puentes en forma de arco, nos permite entender la habilidad de los capitanes para maniobrar semejantes barcos en espacios tan reducidos. Además de los clásicos barcos turísticos, es posible alquilar un bote (con permiso de navegación) o un bote con un capitán a bordo.

En bici

Lo mejor es evitar las horas pico. Un recorrido por Ámsterdam con paradas estratégicas para disfrutar de un buen café o un dulce típico holandés: desde la Estación Central visitamos la casa de Anna Frank, Vondel Park, Rijksmuseum y hacemos una parada en De Carrousel Pannenkoeken para probar deliciosos poffertjes (minipanqueques). Seguimos por el río Amstel, el Barrio Rojo, el café Ámsterdam Roest y volvemos.

(fotografías de Elizabeth Zanni)
(fotografías de Elizabeth Zanni)

Recorrido: 17 kilómetros.

Tiempo: cuatro horas.

Dificultad: moderada

¿Para quiénes?

Los lugares sugeridos son ideales para quienes se quedan poco tiempo en Ámsterdam y tienen que seleccionar qué lugares ver, llevándose una impresión global de lo más clásico y lo más alternativo de la ciudad.

¿Por qué?

Llevarnos la mejor impresión de Ámsterdam no sólo por sus lugares más tradicionales sino también conociendo su lado alternativo, donde la creatividad se respira en cada rincón.

(fotografías de Elizabeth Zanni)
(fotografías de Elizabeth Zanni)

¿Para qué?

Conocer cafés y restaurantes alternativos, fuera del centro, como Pplek, que está hecho con contenedores apilados y es ideal para disfrutar de la puesta del sol al otro lado del Ij. Si el clima no acompaña, lo mejor es sentarnos adentro, junto a la chimenea. Noorderlicht, con su estructura de hierro oxidado en forma de medio cilindro, también es interesante.

¿Cómo?

El aéreo Córdoba -Ámsterdam en Lan Chile (ida-vuelta) cuesta 26 mil pesos. La moneda usada es el euro (un euro equivale a 17 pesos). Alojamiento: Airbnb (desde 75 euros). Precio por noche para dos personas, en departamento privado. Una buena fecha para viajar es el Día del Rey (27 de abril), cuando todo el mundo invade calles y canales, vestidos de naranja.

*Especial