buscar

Acunados por el mar

Atardece en Cayo Ensenachos. Otra noche con tentadores programas se instala en ese archipiélago.
Atardece en Cayo Ensenachos. Otra noche con tentadores programas se instala en ese archipiélago.

A 390 kilómetros de La Habana, en la costa norte de Villa Clara, sobre el Atlántico, los cayos Santa María, Ensenachos y Las Brujas se mecen sobre la superficie del mar a aproximadamente 30 kilómetros de tierra firme. 

Muchos han escuchado hablar de los cayos, pero la gran mayoría ignora qué son. Se trata de pequeñas islas, rasas y arenosas, formadas sobre la superficie de un arrecife de coral. Son lugares idílicos, que en Cuba se encuentran sobre el océano Atlántico y también en el mar Caribe.

A 390 kilómetros de La Habana, en la costa norte de Villa Clara, sobre el Atlántico, los cayos Santa María, Ensenachos y Las Brujas se mecen sobre la superficie del mar a aproximadamente 30 kilómetros de tierra firme.

Los tres cayos están en la bahía Buenavista y el límite que tienen en su existencia de flotación es una gran barrera coralina. Son un destino turístico de lujo en cuyos perímetros sólo hay hoteles, al estilo villas, y carece de núcleos urbanos.

Al ser refugios naturales, las cadenas hoteleras, como la Iberostar, aplican una política de respeto a ese medio ambiente en el que numerosas especies de aves, mamíferos y reptiles conforman la preciada fauna que completa ese paraíso con más de 245 especies de flora.

El siglo 21 asombró con la descomunal obra de ingeniería del pedraplén (carretera sobre base de rocas del fondo marino). Tiene un largo de 48 kilómetros y une el pueblo de Caibarién con los cayos Santa María, Las Brujas y Ensenachos. Más de 40 puentes aseguran el flujo de aguas y fauna marina en la base.

Con la sensación de flotar sobre el mar, conforme se avanza por la lengüeta de tierra hacia ese horizonte infinito parece que el cielo se une a la superficie del océano.

Recibe cayo Las Brujas, con una marina y un centro de buceo con instructores certificados que enseñan las delicias de conocer el fondo marino. A continuación, está Ensenachos, el cayo menor del grupo, con una superficie de alrededor de dos kilómetros cuadrados. En ese acotado territorio se concentran las mejores playas del sector: Ensenachos y Los Médanos. Poco oleaje sobre el mar, que muestra franjas de tonos verdes y azules, en un paisaje apacible y tranquilo donde hasta el turista más ansioso termina por mimetizarse.

Semejante privilegio se disfruta desde el Hotel Iberostar Ensenachos (categoría Premium Gold), que realza la naturaleza con servicios exclusivos.

Cuidados senderos avanzan por la profusa vegetación y guardan sorpresas tales como iguanas, caracoles, mariposas y una gran diversidad de aves encargadas de despertar a los huéspedes cada mañana.

Una particularidad del lugar es que a pesar de alojar familias con niños, las áreas comunes mantienen un discreto movimiento y evitan las aglomeraciones de otros destinos. Esto, sin duda, es mérito del programa infantil que se basa en un parque acuático y exclusivo mini club, que concentra actividades de chicos de 4 a 12 años.

Cuando la exposición al sol y las incursiones en el mar piden sosiego, nada más oportuno que visitar el spa del resort que consta de un centro wellness con salón de belleza y masajes, cuyos beneficios se disfrutan en un relajado ambiente.

En la playa, un amplio abanico de propuestas deportivas tienta al más remiso. Desde vóley playero y actividades acuáticas (windsurf, snorkel, buceo y aerobics) hasta yoga y thai chi.

La noche cita en alguno de los restaurantes, preludio del espectáculo de alto nivel que convoca al teatro del hotel.

Truenos y relámpagos avecinan una tormenta caribeña. El carrito eléctrico conduce al módulo de la habitación y el acompasado croar de las ranas nos acompaña.

El último de los cayos es Santa María tiene 18 kilómetros cuadrados, de los cuales, 10 kilómetros son playas con algo más de oleaje.