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Villa Alpina, el paraíso de los montañistas

El paraje es una de las puertas de entrada al cerro Champaquí. Actividades como cabalgatas, parapente y “mountain bike” son un plus de adrenalina en la travesía.

Entre cerros y arroyos del Valle de Calamuchita se encuentra el hermoso paraje de Villa Alpina. Se lo conoce como el umbral para el ascenso peatonal al cerro Champaquí, el más alto de la provincia de Córdoba, y es un sueño hecho realidad para los aventureros, que pueden elegir entre actividades como caminatas, cabalgatas, pesca de truchas, parapente y excursiones en mountain bike.

El desafío comienza en el mismo camino hacia la villa, en un marco natural salpicado de pinares, al superar curvas y subidas pronunciadas que permiten ascender a 1.340 msnm y al pie norte del cerro La Mesilla. El río Los Reartes abraza al poblado con sus aguas frías, propias de su origen, que significan un alivio ante el calor estival.

DATOS ÚTILES. Información útil para una escapada a Villa Alpina.

Una vez que se arriba a Villa Alpina, conviene descansar para tomar impulso y conquistar la montaña. Será necesario tener buen estado físico para superar largas caminatas con desniveles importantes, ya que se recorren senderos, pastizales de altura y algunos cruces de arroyos. Desde allí se puede elegir entre los cerros Champaquí (2.790 msnm), Totora (2.620), Negro (2.250) o La Mesilla (2.007), entre otros.

Al pie del cerro

“Cuando conocí Villa Alpina, en el año 1983, fue amor a primera vista”, comenta Antonio Novello, un lugareño. Remarca que hoy en día, a pesar de las limitaciones –ya que no cuenta con luz eléctrica y el camino es de difícil acceso–, es su lugar en el mundo.

Desde allí, se tardan seis horas para llegar caminando a la base del cerro Champaquí, un desafío elegido por miles de montañistas cada año. Para subirlo, es necesario registrarse previamente en un puesto de control (que atiende de 8 a 16) y avisar una vez que se vuelve. Llegar a la cima requiere entre dos y tres días de excursión. Es preferible no confiarse y contratar a un guía de montaña porque, cuando las nubes se adueñan del lugar, es muy común extraviarse.

Con una mochila con las provisiones suficientes, donde no debe faltar el abrigo, el ascenso al cerro permite disfrutar de vegetación autóctona de altura como el coco o el tabaquillo, además de aves como la bandurria, el pecho colorado y el benteveo, entre muchas otras. La primera parada es en el refugio de base, a 2.600 metros. Al día siguiente, se recorren otros seis kilómetros (en unas dos horas y media) hasta alcanzar la cumbre, a 2.790 metros. Una vez en la cima, la vista panorámica de las sierras, pampas, bosques, valles y lagos deja sin aliento a los visitantes.

Elegir el camino

Este pequeño poblado es muy similar a los de los Alpes europeos y cuenta con casas dispersas donde los lugareños como Novello promueven el turismo ecológico. Es, también, el punto de partida para realizar caminatas de diversa dificultad.

Por un camino empinado con viejos pinares, y tras tres horas de recorrido, se puede llegar al puesto de Osvaldo González, para luego encarar hacia la cumbre del cerro La Mesilla. Este lugar es elegido por los visitantes para volar en parapente, y desde la cima se puede observar todo el Valle de Calamuchita.

Otra opción es llegar al puesto de don Moisés López, tanto a pie como a caballo. El circuito dura también tres horas y se debe pasar por varios arroyos, pero bien vale la pena llegar al puesto y recibir la cálida bienvenida de sus dueños, descansar y degustar comidas regionales.

Para finalizar la estadía, la propuesta es visitar el Pozo Verde. Tras una caminata de sólo una hora y media desde Villa Alpina, se llega al nacimiento del río Los Reartes, un sitio de montaña con agua de vertiente y deshielo. Es un lugar de ensueño con aguas profundas y cristalinas, que permiten despedirse de las sierras con un refrescante chapuzón.