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Una capilla museo que deslumbra en Miramar de Ansenuza

Se trata de la primera iglesia croata en la provincia de Córdoba. Hoy, restaurada como museo, se suma a otras atracciones dentro de esta localidad cordobesa. 

Miramar de Ansenuza tiene entre sus atractivos una reliquia histórica que guarda una historia muy particular. Este lugar formó parte de lo que fue un hogar de niños huérfanos de la Segunda Guerra Mundial y hoy, restaurada, llama la atención de los visitantes como uno de los museos para conocer en una escapada por la región.

¿Qué la hace especial? Tanto la capilla como el sector donde está ubicada son importantes en la historia de la localidad. Se trata de la primera iglesia croata de la provincia, y la segunda en el país.

La historia se remonta a los años ’50, cuando el inmigrante croata Martin Hum, dueño del hotel Córdoba de Miramar, donó su propiedad con la idea de transformarla en un hogar de niños, convocando a los franciscanos para que llevaran adelante su labor pastoral. En 1957 levantaron, con la ayuda de los vecinos, esta capilla a la que denominan “San Antonio” para acompañar la formación de los residentes. Los franciscanos estuvieron en Miramar hasta mediados de los ’70.

Con el aporte de la Cooperativa Eléctrica y de Servicios Públicos de la localidad, la puesta en valor de esta capilla –una de las tantas construcciones afectadas por la inundación de 1977 tras el avance de la laguna Mar Chiquita– permite contar parte de la historia de la inmigración croata en Argentina y en esta zona del nordeste cordobés.

Así, la restauración la convierte en un nuevo punto de atracción cultural y turística de Miramar. Se puede visitar sábados y domingos recorriendo el predio y el interior restaurado de 15 a 18.

Más sobre este destino: Miramar de Ansenuza de punta a punta.

Una combinación perfecta

El paseo hacia la capilla croata se puede complementar con la visita a otros museos de igual importancia. El Museo Fotográfico Dante Marchetti, por ejemplo, muestra en imágenes la historia de Miramar desde el 1900 hasta la actualidad, relatando las tres grandes inundaciones que atravesó la localidad, las demoliciones controladas y cómo se convirtió en una región turística.

Como segunda opción, el Museo de Ciencias Naturales permite conocer los orígenes de la laguna y su flora y fauna autóctona, y obtener mayor información de los pueblos originarios y etnias que habitaron en la zona.

Y, como broche de oro, uno de los más visitados es el Museo Hotel Viena (LINK: https://museogranhotelviena.org/). La antigua construcción de la década del ’40 funcionaba como hotel y guarda misterios y leyendas sobre la zona. Aquí se proyecta una serie de videos acompañados por una charla informativa centrada en la historia de este hotel, y luego se hace una visita guiada por las diversas instalaciones y espacios que conforman el establecimiento.