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Un paseo por Characato, entre la naturaleza y el descanso

En este rincón cordobés hay cielos libres de contaminación lumínica, un arroyo refrescante y una capilla rodeada de leyendas.

En Characato ya se pueden ver los frutales anticipando la primavera. En esta época, el destino invita a recorrer bajo el sol diferentes rincones, entre los que aparecen más de 150 aleros utilizados por los comechingones, antiguos pobladores de la zona.

Por este poblado, situado a unos 132 kilómetros de Córdoba capital y a unos 38 de La Falda, pasan ciclistas todo el tiempo, ya que los paisajes que regala son la mejor excusa para ponerse en movimiento.

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Además, el arroyo que corre por la cascada Las Bandurrias ofrece una olla refrescante para meter los pies después de una caminata. Está rodeada de piedras rojizas y es un buen lugar para tomar mate.

Otra de las características distintivas de Characato es la visibilidad que se logra del cielo. Con poca contaminación lumínica, las estrellas se observan con una definición extrema.

Y más allá de sus bondades naturales, una de las paradas más pintorescas del lugar es su capilla, que resulta a la vez sencilla y controversial, ya que está rodeada de historias y leyendas. Esta iglesia se erigió en honor a Nuestra Señora del Rosario del Milagro.

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En los alrededores

Cerca de Characato se puede disfrutar de la Cañada del Laurel, un rincón natural con fuentes de agua cristalinas y cientos de pájaros. ¿Otra opción? La Estancia Jesuítica La Candelaria, que se encuentra a sólo 25 kilómetros de distancia.

Para llegar a Characato en auto desde la ciudad de Córdoba hay que tomar la RN20, la RP73 y la RN 38 hacia el departamento de Cruz del Eje.