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Un espejo de agua para disfrutar cerca de Villa de Soto

El dique Pichanas se encuentra a unos kilómetros de esta tranquila localidad y es ideal para practicar actividades acuáticas sin motor y pescar.

A unos 25 kilómetros de Villa de Soto se ubica el dique Pichanas, formado por el río del mismo nombre que nace al oeste de las cumbres de Gaspar. Recoge las aguas de la vertiente oriental de las sierras de Guasapampa y Serrezuela; como también de los volcanes de Pocho, de la pampa homónima y del extremo noroeste de las Sierras Grandes, donde se originan sus nacientes. En tanto, al llegar a la localidad de Salsacate recibe la descarga de la laguna de Pocho por intermedio del río Cachimayo. A partir de ahí, cambia su nombre a río de Salsacate y luego, en su recorrido hacia el norte, desde La Higuera se lo conoce como río Pichanas. De esta manera, forma un espejo de agua que atrapa por su paisaje cambiante y agreste, y sus aguas cristalinas.

Con unas 440 hectáreas y un peculiar entorno serrano, es el lugar preferido de los pescadores litoraleños, acostumbrados a los espineles, los trasmallos y el constante movimiento de embarcaciones, donde encuentran la siempre esperada paz. Para acceder a este espejo de agua, hay que tomar la ruta nacional 38 rumbo a La Rioja y luego seguir alrededor de unos 10 kilómetros por el camino que lleva hacia el dique, donde también se pueden realizar actividades náuticas sin motor.

Parajes contiguos

Una buena decisión es elegir Villa de Soto, una comuna cordobesa que contagia serenidad, para hospedarse o pasar el día. Se pueden degustar exquisitos asados criollos y dar un paseo por su antigua iglesia, el balneario sobre el río Soto y las viejas iglesias jesuíticas. Por otra parte, se recomienda también conocer La Higuera, uno de los tantos poblados antiguos de esta zona. Otras paradas obligatorias son su capilla de 120 años, pintada de rosa y distinguible a la distancia entre el verdor serrano, y el museo popular de historia regional Macat Henen, otra perla en el noroeste cordobés.