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Salida al mar cordobés

Naturaleza, cultura y gastronomía, sumadas a la posibilidad de disfrutar de variadas actividades náuticas, hacen de Miramar un destino único muy cerca de nuestra capital.

A poco menos de 200 kilómetros de Córdoba se encuentra Miramar, única localidad situada sobre la costa sur de la laguna Mar Chiquita o mar de Ansenuza. Si bien esta ubicación la condenó a que buena parte de su geografía quedara bajo el agua durante las inundaciones de 1977, hoy, totalmente repuesta, ofrece a los visitantes actividades e infraestructura para pasarla bien.

El ingreso se realiza por una ancha avenida poblada de palmeras que desemboca en la renovada costanera. Fuera de temporada, la actividad más intensa está en la costa. Hileras de pescadores desafían el frío viento matinal y el sol del mediodía, y muchos de ellos pasarán también la noche.

DATOS. Información útil para una escapada a Miramar.

MITOS. Lujo y actividad paranormal en el Hotel Viena.

Avistajes varios

Para los amantes de la naturaleza, el lugar es un paraíso para el avistaje de aves. Las colonias de flamencos rosados forman parte del paisaje, junto con más de 300 especies que encuentran en la laguna y los alrededores su hábitat perfecto.

Una opción muy recomendable es realizar la navegación hasta la desembocadura del río Xanaes. Allí no sólo se disfruta del contacto con la naturaleza y de la posibilidad de obtener las mejores fotografías, sino que, además, el paseo embarcado permite observar desde otra perspectiva lugares icónicos de la zona, como el hotel Viena.

Misterio frente al mar

El Gran Hotel Viena, construido en la década del cuarenta y hoy museo, encierra en su deteriorada estructura mitos y misterios que, lejos de resolverse, parecen agigantarse con el paso del tiempo. Si bien siempre se lo relacionó con un sitio de descanso para jerarcas nazis, incluso se especula con que el propio Adolf Hitler estuvo recuperándose allí de las heridas que sufrió en la fallida Operación Valkiria. Durante las visitas, la guía suma además la posibilidad de que Juan Domingo Perón se reuniera con el líder nazi. Mitos: nada de esto está comprobado.

Lo que sí está a la vista es la impresionante estructura en pie del hotel, que soportó las sucesivas inundaciones y que deja ver, a través de sus descascaradas paredes, los restos de lo que fue un edificio de lujo, con comodidades muy avanzadas para la época como el sistema de aire acondicionado y calefacción, los ascensores, el sistema de comunicación y los grandes generadores que permitían al complejo contar con una iluminación que opacaba la del resto de la localidad. Gran parte de estos accesorios fueron importados de Alemania, lo que alimenta aún más las leyendas. Como si fuera poco, hace unos años los cazadores de fantasmas de la TV estadounidense decretaron que este es el lugar que más actividad paranormal registra en toda Sudamérica.

Placeres “low cost”

Entrada la tarde, sin intermediarios ni guías, hay una actividad que sólo exige un requisito: portar reposera para disfrutar del espectacular atardecer. Todo parece detenerse y teñirse de naranja con la caída del sol, el mar interminable, el silencio y la silueta de los pescadores a contraluz que ofrecen la típica postal de Miramar. Algunos flamencos atrasados surcando el cielo completan el cuadro.

Ningún misterio

Perfectamente comprobada y para disfrutar, la gastronomía de Miramar. Distintos establecimientos ofrecen comidas de indudable factura casera. Pastas, pejerreyes, parrilladas y la especialidad de la zona: nutria, de carne tierna y sabrosa. A la parrilla, en escabeche o al vino, se ha transformado en un plato “obligado” a probar antes de volver a casa. Después de la cena, varios restaurantes ofrecen música en vivo y “pachanga” hasta altas horas. Otra opción antes del descanso: jugarse unas fichas en el casino.