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Río, caminatas y tranquilidad: una escapada de verano a Agua de Oro

El río San Cristóbal (o Chavascate) tiene sectores con pequeñas ollas ideales para los más chicos. (Juan Manuel Pairone)
El río San Cristóbal (o Chavascate) tiene sectores con pequeñas ollas ideales para los más chicos. (Juan Manuel Pairone)

A una hora de Córdoba, este pueblo de las Sierras Chicas se impone como un pulmón verde ideal para pasar el calor.

Es tan simple como armar una mochila pequeña, contemplar algunas provisiones y agarrar el auto o ir a la parada de colectivo. Así de sencillo y espontáneo es para los residentes en Córdoba cranear un plan con destino a las Sierras Chicas. A sólo 44 kilómetros de la Capital, Agua de Oro espera con su frescura, sus árboles y, por supuesto, su río. Ir hacia allá es casi exclusivamente una cuestión de decisión, apta para bolsillos de todas las posibilidades.

Para llegar a la localidad del departamento Colón se puede ir en vehículo propio por la E-53 o se puede utilizar el transporte interurbano. Actualmente, un servicio de la empresa Fonobus tiene un costo de $ 175 por tramo (ingresa a Río Ceballos), mientras que un trayecto directo a cargo de la empresa Eder asciende a $ 195. Los buses se pueden tomar en la terminal de ómnibus, en el Mercado Sud y en paradas a lo largo del recorrido (Av. Colón, Av. Santa Fe, Av. Castro Barros y Av. Monseñor Pablo Cabrera hacia ruta E-53).

Desde la terminal de Agua de Oro, a sólo 600 metros se puede acceder directamente al río San Cristóbal (o Chavascate), curso de agua que tiene tramos de arroyo y sectores con pequeñas ollas ideales para los más chicos. Árboles y grandes piedras ofrecen sectores de sombra natural y espacios para instalarse a sólo unos metros de la orilla.

Durante diciembre, más aún en días de semana, este paraje permanece como un secreto compartido entre lugareños, que no distinguen entre un sábado, un domingo o un martes para acercarse al río a disfrutar de la tranquilidad y la naturaleza en un entorno poblado pero en armonía con el ambiente. Los carteles indicadores y los tachos de basura que se observan en los alrededores dan cuenta del cuidado comunal para con este auténtico paraíso serrano.

Caminatas y algo más

A la vera del San Cristóbal, su costanera de tierra invita a recorrer las márgenes del río para adentrarse en los recovecos característicos del pueblo. Entre subidas y bajadas, aparecen también algunas opciones gastronómicas y de alojamiento que dan cuenta del crecimiento que ha tenido la zona en materia turística.

La Estancia Agua de Oro –antigua posta del Camino Real en tiempos de la colonia española–; el hotel San Leonardo –que fue construido por César Ferrari, el mismo arquitecto de la Iglesia de los Capuchinos, y también es una reconocida casa de té–; la posada Altos de Oro; o el restaurante El Búho son algunos de sus atractivos. Además, la capilla de Candonga, a orillas del mismo río San Cristóbal, se encuentra a unos 10 kilómetros del centro del pueblo.

Todos estos atributos han ayudado a agrandar el nombre de Agua de Oro más allá de los clásicos visitantes cordobeses y del resto del país. No es casual que, en enero de 2020, distintos usuarios del sitio Couchsurfing estén organizando el evento International Summer Invasion, donde se convoca a usuarios de la plataforma de alojamiento desinteresado a compartir un fin de semana en carpa en este punto ineludible de las Sierras Chicas.