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Quebrada de la Mermela: un paisaje imponente en las Sierras de Pocho

En una reserva natural con biodiversidad ejemplar, este rincón serrano invita a detenerse frente a vistas panorámicas excelentes.

Son cerca de 260 kilómetros al oeste de la ciudad de Córdoba los que se deben transitar para llegar al Parque Natural y Reserva Forestal Chancaní, en el departamento de Pocho. Se trata de una extensión de aproximadamente 5.000 hectáreas que alberga uno de los remanentes más importantes del bosque chaqueño occidental, que se distingue por la belleza escénica de sus paisajes y sus recorridos de interpretación ambiental. Para llegar, se puede acceder desde Mina Clavero o Cura Brochero hacia el norte, por la ruta provincial 51, y empalmar con la ruta provincial 28. Para visitar la zona con detalle deberá contar con tres o cuatro horas.

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Cuenta la tradición que los primeros conquistadores españoles, viniendo del Alto Perú en busca de la desembocadura del Carcarañá al río Paraná, se sorprendieron ante la imponencia del cordón montañoso –hoy las Sierras de Pocho– con una profunda quebrada que bautizaron “La Mermela”, el mismo nombre del río que recorre estos paisajes que combinan sierras con palmares.

El lugar reúne un combo imperdible: cientos de saltos de aguas cristalinas; remansos oscuros; algarrobos, quebrachos, talas, mistoles; yerbas medicinales perfumadas, peperina, poleo, carqueja, yerba buena, helechos y flores del aire. Se suma el revolotear de los cóndores de golilla blanca, calandrias y zorzales con su eterno planear danzante y el acecho del puma y el zorro gris sobre cuises y gatos del monte.

Los túneles

Paralelos a la quebrada, los cinco túneles de Taninga, sobre esta parte del oeste cordobés, comunican ese valle con la provincia de La Rioja y son el único testimonio del progreso en una zona de volcanes apagados, capillas del siglo XVIII y puentes colgantes que permiten apreciar nítidamente la belleza de los paisajes de los llanos riojanos.

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En el recorrido por estas pintorescas construcciones se destaca la vista privilegiada que brindan algunas curvas del camino: la cascada del Velo de la Novia sorprende con sus 12 saltos y el murmullo del agua a lo largo de sus 180 metros de caída. Este espectáculo natural, que se puede completar con el vuelo de los cóndores, forma parte de todo lo que implica la Quebrada de la Mermela.