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Postal cordobesa, perfil alpino

Fisonomía habitual de La Cumbrecita para esta época del año. La pintoresca población espera la nieve ante las anunciadas olas polares.
Fisonomía habitual de La Cumbrecita para esta época del año. La pintoresca población espera la nieve ante las anunciadas olas polares.

La Cumbrecita, el primer pueblo peatonal, donde no entran motores, escapes ni bocinas; paisajes de ensueño, con postales “de otro lado”; comidas con sabores propios y europeos, y aventuras sin tiempo.

Cada estación del año tiene su magia particular en La Cumbrecita. Pero llega el invierno, comienza julio y el pueblo de características únicas en Córdoba cobra la magnitud de diferenciarse para ser el destino elegido.

Una estadía en medio del bosque es el pensamiento que se apropia de quien quiera hacer realidad un sueño. En compañía, concretando lo imaginado, habrá una habitación de amplios ventanales donde la naturaleza parece poder tocarse. El hogar encendido y la tranquilidad se transformarán en un mimo.

Así, como si se tratara de un caleidoscopio La Cumbrecita va modificando su entorno a medida que transcurren las horas.

Las sensaciones, los colores, los sonidos y las actividades giran y se transforman en torno al paisaje. Por eso, cada momento del día merece ser disfrutado y vivido a pleno.

A quienes madruguen los espera un desayuno contundente, panes y mermeladas caseros, variedad de tortas artesanales, frutas y exquisito café. Serán los privilegiados de escuchar en el silencio matinal de una caminata, los sonidos que senderos y bosques regalan a primera hora.

Las montañas y cerros, expectantes esperan a los lectores que buscan en la paz de los “sin tiempos” la aventura de un libro pendiente. Y al alzar la vista, no sólo penetran cientos de colores que ofrece la vegetación del lugar, sino que además se aprecia la danza sublime de cóndores y águilas.

La estadía asegura estar enmarcada en un pintoresco rincón de arquitectura alpina, que combina callecitas empedradas en el ingreso - lo convierten en pueblo peatonal- y el cuidado extremo de su entorno natural - denominado reserva natural de Uso Múltiple -.

Los bares y restaurantes abren sus puertas para ofrecer un plato centroeuropeo o la exquisita comida criolla, y los cafecitos con una torta moka, por ejemplo, endulza la tarde con la calidez de la atención.

Si es necesario, el servicio wi-fi permitirá conectarse a la distancia.

Serán las razones más que oportunas para haberse convertido en el protagonista de la postal de contornos alpinos.

Descubrir la villa a pie

El ansiado descanso se combina con la curiosidad que genera recorrer cada rincón de La Cumbrecita. Y vendrá el momento de recorrer las cascadas que se precipitan hacia las quebradas, conocer el circuito histórico que evidencia que ya los fundadores y pioneros proyectaron la arquitectura de un pueblo turístico.

Los múltiples senderos para incursionar, presentan dificultades para distintos niveles de exigencia física, recorriéndolos con guías especializados se accede a sitios desconocidos por el común de la gente. También las cabalgatas ofrecen la oportunidad de disfrutar de vistas panorámicas sobre la principal cadena de las Sierras Grandes y el cerro Champaquí. El atardecer transformará la fisonomía montañosa en imágenes dentadas que vislumbrarán las siluetas alpinas.

Otra alternativa será llegar hasta el bosque de abedules o alcanzar la cima del Cerro Wank cruzando por una pequeña pasarela de madera que atraviesa el arroyo Almbach. El sendero conducirá al corazón de un bosque y a medida que se asciende comenzarán a verse desde lo alto, los diferentes rincones del pueblo.

Desde la cima del cerro, a 1715 metros de altura, la vista panorámica descubre a las Sierras Grandes, con enormes extensiones de bosque y diferentes puntos del Valle de Calamuchita.

El contraste puede contemplarse en La Pampita, donde se une la gran extensión de un territorio casi sin vegetación con el inmenso cielo. Desde allí, se podrá observar la imponente mole de roca serrana, los pinares y si la ocasión lo permite, las sierras nevadas.

En promedio dos veces al año las cumbres se cubren de blanco, mientras nieva, las cimas de las sierras se ocultan detrás de la bruma y la temperatura desciende a grados bajo cero. Los arroyos se congelan como queriendo detener el tiempo y dar lugar al efecto mágico que se producirá a la mañana siguiente, cuando el sol alumbre el manto blanco de las Sierras Grandes.

A tan solo un par de horas de Córdoba capital, el invierno puede convertirse en la bienvenida que ofrece un soñado destino, de la mano de lo que será una estadía inolvidable.

Lo que hay que saber

Alojamiento

Hoteles desde $ 200 y $ 300, por persona con desayuno; suites con jacuzzi para dos y con desayuno, entre $ 500 y $ 700.

Lodge y spa por persona con pensión completa y uso del spa entre $ 600 y $ 800.

Gastronomía

Café desde, $ 10; capuccino $ 14; submarino $ 13; tortas caseras entre $ 18 y $ 25; cerveza artesanal desde, $ 18; vinos entre $ 30 y 50.

Platos típicos: goulash con spätzle $ 60; plato alemán, $ 70; trucha a la manteca, $ 75 y pastas caseras, desde $ 50.

Pasajes

De Córdoba a Villa General Belgrano: Buses Lep $ 65 (ida y vuelta pasaje abierto). De Villa General Belgrano a La Cumbrecita $ 27 (ida).

Estacionamiento por el día,  $ 40.

Turismo de aventura

Excursión “geo trek” (geología y fotografía), trekking de cinco horas y mediana exigencia, $ 65; rappel por pared natural de 20 metros desde, $ 60; cabalgatas, la hora desde $ 50; trekking (senderismo intermedio, largo o muy largo), desde $ 45.

Salidas especiales en grupo o individuales.

Arborismo (puentes colgantes y troncos suspendidos a varios metros de suelo) de complejidad media con prestadores habilitados desde, $ 80.

Tirolesa (deslizamiento colgante con arneses y roldanas a varios metros del suelo), desde $ 80.

*Precios estimativos.

Informes. Oficina Turismo La Cumbrecita teléfono (03546) 48-1088. E-mail: turismocumbrecita@hotmail.com  En Internet: www.lacumbrecita.gov.ar