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Por las postas cordobesas del Camino Real

Las postas fueron testigo del paso de gobernadores, virreyes y comerciantes. Foto: Provincia de Córdoba
Las postas fueron testigo del paso de gobernadores, virreyes y comerciantes. Foto: Provincia de Córdoba

Durante la época colonial, el norte de la provincia formaba parte de la principal vía de comunicación, transporte y comercio del Virreinato del Río de la Plata y el Alto Perú. Hoy, esta región ofrece un interesante itinerario turístico unido por sus principales postas.

El Camino Real que abarca Córdoba comprende un total de 146 kilómetros a partir de la localidad de Colonia Caroya hasta el límite con la provincia de Santiago del Estero.

Cada trayecto está cargado de gran valor histórico: por estos caminos transitaron en mula, a caballo, en carreta o diligencia, funcionarios españoles, gobernadores, virreyes, misioneros y comerciantes. Durante el período de Independencia, pasaron también por aquí los ejércitos de San Martín y Belgrano.

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Algunas paradas recomendadas

- Posta de Sinsacate: aquí estuvo San Martín antes de marcharse para hacerse cargo del Ejército del Norte. En la capilla antigua de esta posta, además, fueron velados los restos de Facundo Quiroga, quien fue asesinado junto con su comitiva en una emboscada cerca de allí, en Barranca Yaco, durante febrero de 1835.

- Villa Tulumba: si bien no estuvo vinculada con el Camino Real, Villa Tulumba fue lugar de crianza e invernada de mulas y estuvo estrechamente ligada al comercio con el Alto Perú. Fue fundada en 1675 por Antonio de Ataide, un cordobés de origen portugués. El dato: la piedra basal de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario fue bendecida por Fray Mamerto Esquiú.

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- Posta Las Piedritas: en este punto fue apresado el virrey Liniers, quien era considerado héroe de la Reconquista de Buenos Aires y conspirador y organizador de la contrarrevolución de mayo. Liniers se encontraba recorriendo el camino en busca de partidarios para derrocar a la Junta de Mayo, pero su suerte lo abandonó en Las Piedritas.

- Posta de Santa Cruz: la diferencia de esta posta respecto del resto es que aquí mucho de los soldados se convertían en desertores, excusándose por las malas condiciones climáticas. Se conservan relatos de viajes que destacan las atenciones del maestro de postas: menú a base de cabritos asados, pan casero y quesos propios.

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- Posta Pozo del Tigre: Su nombre responde al tigre americano que poblaba la zona, que tenía a maltraer a la hacienda y a los hacendados. Esta era una de las últimas construcciones antes de cruzar a Santiago del Estero. Aquí el coronel Antonio González Balcarce escribió el comunicado oficial dirigido al coronel Ortiz de Ocampo, en el que informaba que el exvirrey Liniers había sido detenido en la posta de Las Piedritas.