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Para caminar la ciudad

El circuito Vía Córdoba visita la iglesia San Francisco, parte externa e interna, donde se pondrá en evidencia la iconografía de la Semana Santa.
El circuito Vía Córdoba visita la iglesia San Francisco, parte externa e interna, donde se pondrá en evidencia la iconografía de la Semana Santa.

El largo receso que propone este año la Semana Santa y el feriado del 2 de abril, preanuncian la llegada de muchos visitantes a la provincia, en general, y a la ciudad Capital. Tradiciones, historia y religiosidad se conjugan en amenos recorridos.

Para la Semana Santa, en cada rincón del mundo hay tradiciones y costumbres especiales, particularmente en América, marcadas por el mestizaje y la llegada de costumbres foráneas.

Para introducirse en la Semana Santa hay que remontarse al Carnaval, fiesta popular de mayor tradición en la historia de la humanidad, a la que le sigue la cuaresma con los preparativos para la que llamaban la Semana Mayor de la Iglesia.

De las costumbres coloniales se conserva muy poco, apenas el ramo de olivo que se lleva a la celebración de misa del Domingo de Ramos; el recorrido del Vía Crucis; la tradicional visita a los siete templos, y los lienzos color morado con que se ocultan las imágenes de los santos.

Un recorrido guiado por distintos sitios de la ciudad propone transitar el camino de aquella Córdoba de Semana Santa. La partida tendrá lugar en la iglesia San Francisco, que comenzó a erigirse en 1796 bajo proyecto del ingeniero Juan Manuel López, y demoró 17 años por falta de recursos económicos.

En el templo, diversas imágenes transportan a las tradiciones coloniales que la gente cumplía, en ese tiempo de reflexión y recogimiento que simbolizaba la Semana Mayor de la Iglesia.

Hasta hace una centuria atrás los cordobeses, a partir del Jueves Santo, se vestían de negro y evitaban el tránsito de rodados por delante de los templos, hasta el día de la Resurrección.

Loa estamentos sociales más bajos se sentían atraídos por la orden Mendicante, con la pobreza como rasgo diferencial, y en las procesiones del Santo Sepulcro, las noches del Viernes Santo, componían un conmovedor cuadro donde se portaba al Cristo yacente en andas y se lo acompañaba en el más absoluto silencio, por una muchedumbre ensimismada en una lúgubre caravana, guiados por la luz tambaleante de las candelas.

Las ventanas de las viviendas permanecían cerradas, porque el duelo conmovía a todos los hogares y los mayores hacían guardia en el atrio de San Francisco, donde se hacía el Sagrado Velatorio, para despertar en el Aleluya del Sábado de Gloria.

Pasada la austeridad del Viernes Santo, el sábado a la medianoche se daba rienda suelta a la alegría. En esos momentos salían a relucir las armas de fuego y se agotaban las municiones del arsenal casero. Petardos y tiros al aire causaban gran alboroto y en estas exteriorizaciones había excesos. que solían causar desgracias personales.

Siempre fue muy especial el almuerzo del Domingo de ­Pascua, con un cuidado menú en torno al cual se reunía la familia. El ya desaparecido escritor cordobés Azor Grimaut, en sus relatos costumbristas, remarcó que una de las comidas preferidas de las familias más modestas era el pavo al horno de barro, un manjar excepcional que sólo se daba para esas fechas.

Vía Crucis. Esta tradición se mantiene en Córdoba y convoca a numerosos fieles al Vía Crucis teatraliza­do. Según el ritual, la virgen visita­ba­ diariamente las estaciones ori­ginales. Se ignora cuándo sur­gieron las estaciones del Vía Crucis tal como se conocen hoy, aunque es probable que fuera responsabilidad de la orden franciscana porque en 1342 se les concedió la custodia de los lugares más preciados de Tierra Santa.

Tampoco hay claridad respecto a la dirección que se recorría ya que, según parece, hasta el siglo XV muchos lo comenzaban en el Monte Calvario y retrocedían hasta la casa de Pilato.

La lejanía de Tierra Santa y la falta de comunicaciones obligó a representar el camino al calvario en distintos lugares, para participar de la peregrinación. Fue el papa Inocente XI quien, en 1686, concedió a los franciscanos el derecho de erigir estaciones en sus iglesias.

Lo que hay que saber

Visita. Vía Córdoba.

Cuándo: jueves 28 a las 10 y sábado 30 a las 17.

Partida. Plazoleta San Francisco (Buenos Aires esquina Entre Ríos).

Recorrido. Tumba simbólica de los fundadores ; iglesia San Francisco (interior y exterior); iconografía de Semana Santa con características propias de la Contrarreforma; Plaza San Martín,  Cabildo y Catedral (Interior y exterior)

Visita. Vía Nueva.

Cuándo. Domingo 31 y lunes 1 de abril a las 17.

Partida: Paseo del Buen Pastor (entrada a la galería de arte).

Recorrido: Paseo del Buen Pastor; iglesia del Sagrado Corazón de Jesús; corredor y rambla de la avenida Hipólito Yrigoyen; Arzobispado de Córdoba;  Plazoleta Dalmacio Vélez Sársfield; Fuente del Perdón y  entorno.

Informes. Teléfonos (0351) 155-399595 y 152-236555.

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