Miramar de Ansenuza: qué hacer más allá de la laguna

Podría decirse que la segunda atracción más importante de Miramar de Ansenuza –después de la laguna Mar Chiquita– es el Museo Hotel Viena. Esta antigua construcción de la década del ’40, que funcionaba como hotel, guarda misterios y secretos indescifrables sobre su creación y mitos de fantasmas entre sus paredes. Desde el minuto uno, observar la fachada de este viejo edificio permite imaginar cómo fue en sus años de esplendor.

Las visitas guiadas comienzan en lo que fue el antiguo comedor de la clase media que se alojaba allí en ese momento, para luego recorrer sus pasillos y rincones llenos de misticismo y trasfondo político. Dentro, es inevitable inquietarse con la intervención artística de Jorge Martín, donde cámaras oscuras reflejan el paisaje real que se ve por la ventana. Si las sensaciones que se tienen frente al hotel forman un combo difícil de explicar; ingresar a la estructura deja sorprendido a más de uno. Por la mañana y por la tarde, los horarios de visita son cada una hora, todos los días.

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Decir con exactitud hasta cuándo existirá el edificio es un enigma. Esto se debe a que vive al ritmo del nivel del agua de la laguna Mar Chiquita, que actualmente transcurre el período de mayor caudal percibido cada diez años. Es así como los guías del lugar estiman que en 2024, por el paso de la crecida, podría llegar a desaparecer. Entrada general: $ 75 por persona; menores de 5 a 10 años: $ 20. Aquí, los miércoles de enero se desarrollan diversos shows musicales que culminarán el día 31 con la presentación de Raly Barrionuevo a las 22.

Desde dos perspectivas

Declarado de interés educativo provincial y uno de los más visitados de Córdoba, el museo científico de Ciencias Naturales se remonta a los orígenes de la laguna y descubre la razón de ser de las diversas fluctuaciones que experimenta con el correr del tiempo. Atravesando la exposición, se pueden encontrar referencias a la megafauna del cuaternario e información sobre los pueblos originarios y las diversas etnias que habitaron la zona de manera nómade y sedentaria. Llama la atención, apenas se ingresa, el panel de aves pintado por el ornitólogo Darío Yzurrieta, con un sistema de audio que permite al visitante disfrutar el sonido de los pájaros como si estuvieran allí mismo. Se cierra la visita con la proyección de un documental sobre la importancia de los humedales para la región. Abierto de lunes a lunes de 10.30 a 12.30 y de 20 a 22. Entrada general: $ 60; de 15 a 18 años: $ 30; menores de 15 años: gratis.

Para conocer este destino desde un punto de vista social, el museo Dante Marchetti de fotografía relata la historia de Miramar con cerca de 2.500 imágenes que van de 1900 hasta la actualidad, y filmaciones de su época de oro en los ’70. La resiliencia es la característica con la que el museo define a Miramar, luego de haber atravesado tres grandes inundaciones. Expone también el antes y el después de las demoliciones controladas y cómo el lugar se convirtió en una localidad turística luego de que se encontraran propiedades terapéuticas en la laguna. En verano abre de 10 a 13 y de 20 a 22. Entrada general: $ 60; menores de 6 años: $ 15.

Muestras y espacios religiosos

Otra parada interesante es la capilla San Antonio. Se trata de la primera capilla croata de la provincia y del país, edificada por franciscanos en los ’50 en torno a un refugio de niños huérfanos de la Segunda Guerra Mundial. El templo fue restaurado y es uno de los nuevos atractivos de la localidad para la temporada estival. Los horarios de visita, hasta el 4 de marzo, son todos los días de 10 a 13.

Finalmente, vale la pena darse una vuelta por la muestra itinerante del artista Fabián Villani. Está integrada por figuras de alambre, siluetas tridimensionales logradas con miles de puntos de soldadura con gran trabajo estético. Se encuentra en el hall central del Hotel Casino Spa Ansenuza, con entrada libre y gratuita, todos los días.