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Maravillas fuera de los catálogos

A125 kilómetros de Córdoba Capital se encuentra San José de la Dormida, al pie de las sierras bajas de Ambargasta.

A125 kilómetros de Córdoba Capital se encuentra San José de la Dormida, al pie de las sierras bajas de Ambargasta. Su ubicación estratégica facilita la inclusión de la localidad en diferentes circuitos turísticos del norte cordobés. Se  accede desde Córdoba Capital a través de la ruta nacional 9.

El pueblo es cruzado por la avenida Juan D. Perón que es parte del trayecto original del antiguo Camino Real al Alto Perú. Allí provoca la admiración general el aguaribay histórico que ofreciera sombra y descanso a quienes se dirigían por el Antiguo Camino Real al Alto Perú.

Un conjunto de casas antiguas construidas entre 1850 y 1900 pertenecientes a las familias tradicionales integran un circuito arquitectónico. Muy cerca el Museo Sanavirón donde se exhiben elementos de la vida de los aborígenes, de la etapa gauchesca y de fines de 1800 y principios de 1900 merece visitarlo.

Villa de María del Río Seco. La localidad se levanta sobre la ruta nacional 9 a 187 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Fue asiento de la comandancia general de frontera del norte de la provincia y el marqués de Sobremonte la elevó a la categoría de Villa en 1796, junto a Quilino, Tulumba y San Francisco del Chañar. A mediados de siglo 20 se crearon las principales rutas nacionales, una de ellas la nacional 9, sobre el antiguo Camino Real.

Entre los atractivos turísticos se destaca el dique Azud Nivelador Villa de María que data de 1905 y tiene funciones de riego, recreación y pesca. Del mismo modo, el Museo Provincial y Biblioteca Pública Leopoldo Lugones en la que fue morada del polémico hombre de letras.

Caminiaga. Ubicada en el departamento Sobremonte, a 180 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Con una población de 300 habitantes mantiene el encanto de los pequeños pueblos plenos de provincianía. Una antigua capilla y un oratorio a cielo abierto forman parte de sus atractivos, al igual que el arroyo Los Tártagos que convoca a visitantes la pequeña y pintoresca villa.

San Francisco del Chañar. A 200 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba. La historia de este antiguo pueblo es una de las más interesantes ya que se vincula a personajes como Facundo Quiroga, Francisco "Pancho" Ramírez, Santiago de Liniers, Ramón J. Cárcano, el "Che" Guevara y Fernando Fader.

La parroquia San Francisco Solano es un templo que comenzó a construirse en 1894 y se terminó en 1900. A ocho kilómetros de San Francisco del Chañar en 1939 se inauguró el Sanatorio José J. Puente, dedicado al tratamiento de la lepra, donde en 1959, Ernesto “Che” Guevara, trabajó un breve tiempo.

Villa del Totoral. Ubicada a 80 kilómetros al norte de Córdoba y a la vera del Camino Real, Totoral muestra su ritmo pueblerino en la Plaza San Martín. Forma parte de su acervo el Museo Octavio Pinto, en honor al famoso pintor, hijo dilecto de Totoral, al igual que la Casa Natal.
Una serie de hermosas casonas integran un circuito histórico-arquitectónico, como la que perteneció a Rodolfo Aráoz Alfaro que ofreció como residencia temporal de Rafael Alberti y del poeta chileno Pablo Neruda.

Villa San Pedro Norte. Fundada en 1864, se encuentra a la vera del viejo Camino Real, a 185 kilómetros de la Ciudad de Córdoba. Sus orígenes se remontan a la merced de tierras de las que surgieron varias estancias como San Pedro, en cuyo predio se halla la antigua posta y la histórica capilla construidas entre 1650 y 1690. La Posta de San Pedro es un ícono de la historia y con 350 años de tradición, funciona hoy como hotel de campo con servicios dirigidos al público más exigente.

En ella se encuentra la capilla San Pedro Viejo, rodeada de palmares.

Villa Tulumba. El tiempo se adueñó de Tulumba. Casas y calles, testigos del devenir histórico muestran sus muros de adobe, angostas y altas veredas que rodean al Santuario Mariano Diocesano. La piedra fundamental del templo fue colocada por fray Mamerto Esquiú y el interior guarda importantes piezas de valor histórico y artístico como el tabernáculo.

La Casa de la Familia Reynafé atrae las miradas. Es que la antigua casona perteneció a la familia tulumbana, cuyos miembros tuvieran gran protagonismo en la historia de Córdoba.

En una vieja casona, de mediados del siglo XVIII, está la Secretaría de Cultura y Turismo, un centro artesanal y una sala de exposiciones permanentes.