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Luyaba, un placer para los sentidos

Entre hierbas aromáticas y olivos, este rincón ubicado en el Valle de Traslasierra es un ticket asegurado a la tranquilidad. 

Luyaba atrapa cada vez más a los visitantes con sus arroyos y balnearios, un microclima especial durante todo el año, bosques autóctonos y plantaciones de olivos y hierbas medicinales aromáticas.

Este pequeño poblado se ubica casi en el límite sur del Valle de Traslasierra, a unos 800 msnm. Específicamente, está entre San Javier y La Paz por el Camino de la Costa, una ruta fotográfica que bordea el cordón serrano y culmina en Merlo (San Luis).

Circuito de aromáticas y rincón del olivo

Al llegar hay que permitir que los sentidos afloren para apreciar el olor a hierbas naturales nativas, los sabores regionales y el paisaje que cambia según la hora del día.

¿Cuáles son los principales atractivos de Luyaba? Un plan es recorrer los diversos puntos de producción y cultivo de hierbas medicinales y aromáticas, recomendadas por sus propiedades terapéuticas. Con ellas se elaboran cosméticos, medicinas y remedios naturales, y bebidas como el amargo serrano, tan popular.

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A la vez, el poblado es reconocido por la calidad de sus aceites de oliva. Se pueden visitar distintas fincas que cuentan con sus propias fábricas olivícolas, para extasiarse con la degustación de blends y recorrer las instalaciones y plantaciones.

Verde y más verde

A unos cinco kilómetros del pueblo está el balneario comunal, un refugio de quietud. La clave aquí es el ecoturismo: cuenta con un arroyo, que es la apuesta para los que buscan conectarse con lo natural, el sonido del agua, las piedras y el verde. Se puede caminar cuesta arriba, por senderos delimitados, para encontrar paisajes encantadores.

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A unos 200 metros del balneario, la Reserva Regional Los Barrancos busca proteger la flora y la fauna autóctonas: sacha cabra, zorro, puma, gato montés, lagarto, iguana y gran variedad de aves, por un lado; y algarrobo, quebracho, molle y tabaquillo, por el otro. Cuenta con 1.200 hectáreas protegidas por la Fundación Vida Silvestre.

El contacto con la naturaleza se logra también a través de paseos de trekking, cabalgatas y recorridos en bici; actividades al aire libre que se anexan a las visitas a los artesanos de la zona.

Para resaltar

Entre las opciones gastronómicas regionales, se destaca una parrilla que trabaja la especialidad de chivo serrano al horno de barro y dos comedores, uno con las mejores pastas y otro con empanadas serranas. Para alojarse hay algunas cabañas y lugares para acampar.

¿Cómo llegar? En colectivo se puede ir desde Córdoba con las empresas Panaholma o Coata, entre otras, hasta Villa Dolores, en cuatro horas de viaje a 380 pesos el pasaje. Luego, el servicio de colectivos internos Sarmiento se dirige hasta la localidad con un boleto a 69 pesos.