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Lujo y actividad paranormal en el Hotel Viena

Este edificio abandonado en Miramar hospeda mitos y leyendas. Supuestos vínculos con el nazismo y fantasmas forman parte de su pasado y su presente.

Corrían los años ’30 y la localidad de Miramar, en el nordeste de la provincia de Córdoba, era visitada por turistas de todo el mundo, atraídos por las propiedades curativas de las aguas de la laguna Mar Chiquita para enfermedades de la piel y articulaciones. Entre ellos, llegaron Máximo Pahlke y su esposa Melitta, buscando un alivio para el asma que ella padecía y la psoriasis de uno de sus dos hijos.

Luego de pasar una larga temporada en Miramar, la familia Pahlke se sintió tan cómoda que tomó la decisión de echar raíces en la localidad. Y fue así como nació el Gran Hotel Viena; cuyo nombre se inspiró en la capital de Austria, lugar de origen de Melitta.

NATURALEZA. Miramar, el mediterráneo cordobés.

El hotel llegó a convertirse en el más grande de Miramar y alcanzó su apogeo en el año 1944. Además de 84 habitaciones, en sus instalaciones se podía encontrar una biblioteca, una sucursal bancaria, una cava de vinos, paredes forradas en mármol de Carrara y arañas de bronce con estalactitas de cristal. Sin dudas, todo un cinco estrellas.

Presencias

En el año 1946, los Palkhe decidieron cerrar el establecimiento y trasladarse a Buenos Aires. Actualmente, puede ser visitado junto con los mitos y fantasmas que pasean entre sus ruinas.

Una de las leyendas más fuertes habla del estrecho vínculo del hotel con los nazis y de que su construcción habría sido financiada por ellos. Sin embargo, los descendientes de los dueños desmienten esos comentarios y descartan la relación con el nazismo.

Otro de los mitos favoritos incluye actividad paranormal en la habitación 106, donde algunos afirman haber visto a una niña y, en otras oportunidades, a un hombre de avanzada edad que asumen que podría ser Martín Kruegger, un alemán de estrecha confianza de la familia Palhke que se encargó del hotel. Más info.