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Intiyaco, la naturaleza de Córdoba en estado puro

En Intiyaco, el río Los Reartes combina ollas profundas con otros tramos de bajo caudal. Un escenario ideal para disfrutar de la naturaleza en estado puro. (Guillermo Marinone)
En Intiyaco, el río Los Reartes combina ollas profundas con otros tramos de bajo caudal. Un escenario ideal para disfrutar de la naturaleza en estado puro. (Guillermo Marinone)

Intiyaco, un pequeño paraje algo oculto en el Valle de Calamuchita, aparece en el camino con su paisaje salido de un cuento, entre pinares, playitas y un río cristalino.

Sin exagerar y sin conocerlas a todas, de las zonas grises que quedan en el territorio provincial, esta debe ser la más bella. Unos diez kilómetros antes de llegar a La Cumbrecita, vale la pena detenerse, y mucho más que unos minutos. Allí, Intiyaco emerge, casi oculto detrás del megapuente de la ruta que fue pavimentada hace unos años.

El pueblito se levanta entre pinares y se recuesta sobre el río Los Reartes, que serpentea en una curva pronunciada con ollas profundas y cristalinas y bancos de arena. Un rincón de las sierras, en el Valle de Calamuchita, donde la naturaleza se expande en estado puro.

Más casas que habitantes

De forma permanente, en este paraíso viven unas 30 personas. Es un caserío que no depende de ningún municipio ni comuna. Sus habitantes están organizados en una comisión de vecinos que se ocupa de tareas básicas, con el aporte de los mismos propietarios y algunos comerciantes. Mantienen las calles, colocan luminarias y cartelería de prevención, organizan cursos y analizan la calidad del agua del río, entre otras acciones. Se estima que hay medio centenar de casas de fin de semana en el lugar, muchas de las cuales se alquilan a turistas.

El paisaje que presenta el lugar es ideal para disfrutar de actividades al aire libre, como caminatas o ciclismo. (Guillermo Marinone)
El paisaje que presenta el lugar es ideal para disfrutar de actividades al aire libre, como caminatas o ciclismo. (Guillermo Marinone)

Para merendar: una casa de té salida de un cuento 

Guillermo Marinone pasó su vida entre Necochea, Mar del Plata y La Plata. Cuando decidió un cambio de timón, junto a su pareja, eligieron Intiyaco para radicarse. “Encontramos este hermoso lugar”, dice. Tiene una cabaña para alquilar, frente al río, e integra la Asociación de Fomento Vecinos de Intiyaco (AVI), que cuenta con personería jurídica.

Recuerda que La Cumbrecita, en sus orígenes, era parecido a Intiyaco, aunque en poco tiempo manifestó una marcada explosión turística. Asegura que los pobladores no quieren seguir ese camino y desean que este lugar se conserve como es: el sitio ideal para desenchufarse. “La gente acá busca conectar con la naturaleza y descansar y estamos interesados en que esto se siga manteniendo como un buen lugar para escuchar los pájaros y ver los zorros a la tardecita”, agrega.

La zona es considerada una reserva natural, por lo que es común cruzarse con animales autóctonos. (Guillermo Marinone)
La zona es considerada una reserva natural, por lo que es común cruzarse con animales autóctonos. (Guillermo Marinone)

Disfrutar del río, de caminatas, de la pesca de trucha con devolución, del avistaje de aves autóctonas, escalar montañas o andar en bicicleta. Son apenas algunas de las actividades que encuentran en allí el escenario ideal para desarrollarse. El río también ofrece pozos de agua cristalina para hacer buceo o snorkelling. Intiyaco, que en voz quechua significa “Aguas del sol”, es un Área Natural Protegida.

La pesca de trucha con devolución es una de las tantas actividades de turismo de aventura que se pueden realizar en la zona. (Guillermo Marinone)
La pesca de trucha con devolución es una de las tantas actividades de turismo de aventura que se pueden realizar en la zona. (Guillermo Marinone)

Importante: consejos para disfrutar del río con conciencia 

Al recorrer un camino montañoso, que bordea la ruta, los visitantes se topan con la playa Mimbre viejo, con una olla profunda y con el río encajonado por las piedras. Es una de las perlas que suele llenarse algunos días del verano.

Los vagones en la montaña

Intiyaco tiene dos casas de té y un restaurante, La estación, cuyo nombre refiere a los antiguos vagones que tiene esparcidos tanto en el establecimiento gastronómico como en las cabañas y la vivienda. Esos vagones fueron los que recorrieron los caminos serranos cuando aún eran de tierra, a paso lento de carretones. Pablo Cuba continúa el sueño que comenzó Jorge, su fallecido padre, más de dos décadas atrás, en otra historia de cambio de vida desde Buenos Aires al Valle de Calamuchita. En su caso, reside de forma permanente en Villa General Belgrano y se traslada a Intiyaco a atender su emprendimiento.

El curso de aguas cristalinas ofrece trayectos ideales para bañarse. (Guillermo Marinone)
El curso de aguas cristalinas ofrece trayectos ideales para bañarse. (Guillermo Marinone)

Primero en carpa

Alicia Cwirko es una docente jubilada de la ciudad de Córdoba, con una casa en Intiyaco desde hace unos 21 años que habita fines de semanas y veranos. Recuerda que, al principio, varias familias iban en carpa, y muchos luego lograron construir una vivienda. En esa época, solo había una hostería, luego se fueron sumando alternativas para alquilar.

“El clima es extremadamente frío en invierno, pero florece en verano”, advierte la mujer. El espíritu de colaboración con el que comenzaron a tejerse las relaciones en el lugar se afianzó con el tiempo. “Todos los vecinos tratamos de cortar el pasto un poco más de cada propiedad, para mantener el lugar entre todos”, explica. Y aclara que lo único bravo allá son las tormentas.

Intiyaco sigue siendo el paraíso que algunos pocos privilegiados disfrutan todo el año.

Datos útiles

CÓMO LLEGAR. Intiyaco está a 13 km de La Cumbrecita, a 27 de Villa General Belgrano y 110 de Córdoba.

DÓNDE ALOJARSE. De acuerdo a la ubicación y los servicios, una cabaña para cuatro personas puede costar, por día, entre 3.000 y 5.500 pesos. El paraje cuenta con unas 120 plazas, entre cabañas y casas de alquiler. También hay un camping.

QUÉ HACER. Desde allí se puede llegar a Villa Alpina, a 15 kilómetros de distancia, para escalar el cerro Champaquí, el más alto de Córdoba. Muy cerca también está La Cumbrecita, un pueblo peatonal que vale la pena conocer.