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Hábitat saludable: los posibles efectos positivos de la pandemia para el medioambiente

El parate de los humanos sin dudas favoreció al medioambiente. Sin embargo, nada aún está solucionado. (Sebastián Pacheco)
El parate de los humanos sin dudas favoreció al medioambiente. Sin embargo, nada aún está solucionado. (Sebastián Pacheco)

Del avistaje de animales sueltos en zonas urbanas a la presencia de algunas especies en parques, en rutas y en playas. Las posibles bondades de una cuarentena en la que la actividad humana disminuyó.

El pasado domingo 2 de agosto se cumplieron cuatro meses y medio de este asunto mundial que nos mantiene en situación de aislamiento social obligatorio. Al tratarse de una pandemia, parte de la información que circula sobre las nuevas percepciones en los modos de vida social tienen que ver con el cuidado de la salud y el medioambiente. De lo que trajo el virus, las evidencias muestran que no todas las noticias referidas a este presente son de índole apocalíptica. Desde las costas de Crimea, con delfines y perros jugando cerca de la orilla, a las plazas de Cataluña, pobladas de jabalíes, los beneficios del encierro humano saltaron a la vista.

Basta con dar una mirada al río Suquía, uno de los más contaminados de la provincia de Córdoba por la falta de tratamiento de los líquidos cloacales, y comprobar que el agua posee otro matiz: un alto número de bagres fueron registrados por las cámaras y viralizados por las redes. Y dentro de los paisajes del monte nativo, la corzuela (más conocida como el bambi cordobés) y los pumas, casi una especie en peligro de extinción, recorren sigilosos la zona del Valle de Punilla.

Por la disminución del tránsito marítimo, el sur argentino mostró lo suyo con la presencia de orcas en Ushuaia y el espectáculo de la ballena franca austral se hizo notar durante mayo y junio en Puerto Madryn. A causa del poco movimiento humano que hubo en las rutas, se vieron cuises y jabalíes en cercanía a la península Valdés. También en la autovía de Trelew cada tanto aparecen cantidades significativas de guanacos.

La fauna autóctona se reacomoda de esta manera en el escenario pandémico para recordarnos que es urgente preservar un hábitat saludable mediante nuevas conductas de cuidado y prevención. Sin embargo, casi sin darnos cuenta venimos atravesando un contexto de problemáticas de emergencia ambiental de larga data, incluso desde antes de la llegada del Covid-19.

A pesar de que la vida silvestre se vea más confiada en este panorama, en realidad se encuentra desfavorecida por el impacto ecológico que provocan los desmontes e incendios forestales y de residuos tóxicos, acciones que no se detuvieron durante el confinamiento social en las sierras chicas. Una de las tantas causas que inciden directamente en el ecosistema, y que da lugar al desplazamiento de la vida animal, tiene que ver con la instalación de basurales.

De hecho, desde la Coordinadora Ambiental de Sierras Chicas, una red de organizaciones comunitarias, sociales, ambientales y culturales, expresaron que las razones por las que los animales migran de territorio son consecuencia del deterioro ambiental que las decisiones humanas provocan sobre los entornos y recursos naturales.

La nueva normalidad: el foco puesto en el turismo rural 

Mejor prevenir que curar

En diferentes lugares del mundo se puede ver cada tanto ciertas especies en lugares más urbanizados. (Sebastián Pacheco)
En diferentes lugares del mundo se puede ver cada tanto ciertas especies en lugares más urbanizados. (Sebastián Pacheco)

Se sabe que biólogos, ambientalistas y vecinos autoconvocados se encuentran movilizados por estas problemáticas. Desde hace tiempo vienen exponiendo que la preservación de la reserva y otros pulmones verdes de Córdoba, como la reserva hídrica, recreativa y natural Villa Allende comprometida por la mega minería a cielo abierto, representa un asunto urgente para el medio ambiente. Antes y durante la emergencia sanitaria, las construcciones de grandes infraestructuras afectan directamente a la tierra, al agua y a la población animal.

En tiempos de coronavirus no podemos negar que existen numerosos factores que inciden en la transformación de esos hábitats, que la fauna y flora se encuentra amenazada por la degradación del ecosistema y el manejo inadecuado de los recursos naturales, por el fuego intencionado, la tala de árboles, el uso de agrotóxicos y la caza de animales, aunque esta sea una práctica que no está permitida en todo el territorio argentino.

Pospandemia: turismo ambiental 

En situación de crisis es preferible saber cómo deberíamos planificar los territorios a partir de ahora. Porque para quedarse en casa primero hay que tener una casa, dicen desde el Colectivo Territorial Re-habitar, quienes insisten en fomentar la conciencia hacia mejores modos de vivir, garantizando el derecho a un contexto propicio para la vida y el crecimiento en salud de la comunidad.

Ahora que podemos visualizar los errores del accionar humano, y repensar la conservación de los espacios naturales, tenemos la oportunidad de ser creativos con el uso de los recursos y permitir que la biodiversidad siga sorprendiendo con su belleza.

Datos útiles

El mayor acercamiento de los animales a las ciudades, un espectáculo aparte en esta cuarentena. (Sebastián Pacheco)
El mayor acercamiento de los animales a las ciudades, un espectáculo aparte en esta cuarentena. (Sebastián Pacheco)

CINCO AÑOS. Según especialistas en zoología, tendría que pasar al menos un lustro de aislamiento social para que la naturaleza se recupere. En realidad, la fauna no está cambiando de hábitat, sino que se despliega más por la ausencia de los humanos.

MÁS LIMPIO. La menos actividad humana en las ciudades disminuyó las emisiones de CO2 y contaminantes atmosféricos y redujo las concentraciones de NO2. A su vez, la calidad del aire mejoró y existe una menor contaminación auditiva. Sin embargo, los expertos advierten que estas mejoras son temporales y que cuando todo vuelva a la normalidad, esas mejoras van a desaparecer.

UN PARCHE. Desde las Naciones Unidas (ONU) advierten que esto es un alivio momentáneo para el planeta y que no resuelve la crisis climática existente.

LO POSITIVO. La prohibición temporal del comercio de fauna silvestre impuesta por China para combatir el coronavirus se convirtió en la salvación para muchos animales amenazados. En aquel país consumen animales exóticos, un alimentos considerado privilegio y manjar. En el Comité del Parlamento chino ya ingresó la iniciativa de ley para prohibir tanto el consumo como el tráfico de animales salvajes.