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Gruta Nuestra Señora de Lourdes: un rosario de paisajes

En esta capilla se venera a la Virgen de Nuestra Señora de la Merced, patrona de Villa Giardino. (Gentileza: Susana Inés Boldo)
En esta capilla se venera a la Virgen de Nuestra Señora de la Merced, patrona de Villa Giardino. (Gentileza: Susana Inés Boldo)

Villa Giardino tiene muchos atractivos que vale la pena conocer. Algunos esconden la verdadera belleza del lugar, ofreciendo naturaleza, historia y tranquilidad.

Cada pueblo, en cualquier ciudad, provincia o país, tiene su propio encanto. Algo que ofrecer a los propios habitantes y, sobre todo, a los visitantes. Más allá de que se proyecten como zona turística, los lugares reflejan también el surgimiento, su origen y progreso, transmiten su historia.

Popularmente llamado El Jardín de Punilla, Villa Giardino cuenta su propia historia a través de sus sitios, paisajes y atractivos. Los que se exponen como imperdibles a la hora de visitar cualquier destino turístico, como éste, pero más aún aquellos que pasan casi inadvertidos para los visitantes y lugareños, son un valioso tesoro. La gruta es uno de ellos. Uno de los principales puntos panorámicos de la localidad que a muchos turistas se les puede pasar, pero que vale la pena conocer.

14 estaciones y una vista 360

Al pie de las sierras, donde hace tope la calle principal del pueblo y en la zona conocida como La Cañada, se erige majestuosa la capilla Nuestra Señora de la Merced, una construcción histórica de 1700 en forma de cruz, con muros de adobe, pisos de ladrillo y madera de algarrobo.

En esta capilla se venera a la Virgen de Nuestra Señora de la Merced, patrona de Villa Giardino. (Gentileza: Susana Inés Boldo)
En esta capilla se venera a la Virgen de Nuestra Señora de la Merced, patrona de Villa Giardino. (Gentileza: Susana Inés Boldo)

En su interior se conserva una imagen de la Virgen tallada en madera policromada y con cabello natural, originario del siglo 17, y un pesebre italiano de 1938.

Junto a la capilla se extiende un pequeño cementerio, el primero de los dos que hay en el pueblo, donde descansan los restos de los aborígenes que se acercaban al lugar religioso para aceptar su conversión.

Y detrás de esta pequeña iglesia asoma un cerro, como una especie de guardián que vigila todo el entorno. Es el punto de partida de un sendero zigzagueante que conduce, a lo alto, hacia la gruta Nuestra Señora de Lourdes y la cruz.

En la base de la cruz se encuentra un mirador panorámico, desde el cual se puede apreciar toda la localidad y las ciudades vecinas. (Gentileza: Susana Inés Boldo)
En la base de la cruz se encuentra un mirador panorámico, desde el cual se puede apreciar toda la localidad y las ciudades vecinas. (Gentileza: Susana Inés Boldo)

Todo el camino, en su ascenso, representa el Vía Crucis, el recorrido de Jesucristo cargando la cruz para llegar al monte del Calvario, antes de ser crucificado. Claramente están representadas las 14 estaciones de la pasión de Cristo. En cada una hay un banco de piedra y un llano para poder descansar, rezar o simplemente apreciar el rosario de paisajes que ofrece este lugar.

A lo largo del camino se encuentran las 14 estaciones, el recorrido de Jesucristo cargando la cruz para llegar al monte del Calvario antes de ser crucificado. (Gentileza: Susana Inés Boldo)
A lo largo del camino se encuentran las 14 estaciones, el recorrido de Jesucristo cargando la cruz para llegar al monte del Calvario antes de ser crucificado. (Gentileza: Susana Inés Boldo)

El ascenso es rápido, son 500 metros en zigzag y demanda alrededor de 20 minutos, según el grado de intensidad y las paradas que se hagan. Es de dificultad media a baja y lo pueden realizar tanto adultos como niños. Una caminata ideal para hacer en familia o con amigos y recibir la ofrenda imperdible de la naturaleza. También, por qué no, para ir solo en plan de entrenamiento o retiro. El lugar es seguro y transitado, porque los mismos habitantes lo recorren diariamente.

Después de la última estación, un puñado de escalones de piedra conduce a la gruta, emplazada en un llano limpio y cuidado. Un semicírculo enrejado hace las veces de coraza de la imagen de la Virgen, rodeada de ofrendas, placas, cartas y flores. El espacio está custodiado por árboles y transmite mucha paz. Allí se respira aire puro.

En la cima del cerro se encuentra la gruta de Nuestra Señora de Lourdes, en un altar con un semicírculo de rejas. (Gentileza: Susana Inés Boldo)
En la cima del cerro se encuentra la gruta de Nuestra Señora de Lourdes, en un altar con un semicírculo de rejas. (Gentileza: Susana Inés Boldo)

La gruta fue construida en 1942, gracias al aporte de doña Juana Micono y Ugolino Giardino, los fundadores de esta villa.

La cosa no termina ahí. Unos metros cuesta arriba, sobre la gruta, se impone la cruz y el mirador panorámico. Desde allí es posible apreciar una vista en 360 grados de Villa Giardino y más. A lo lejos, incluso, se pueden vislumbrar las localidades vecinas de La Falda y Huerta Grande, a la izquierda; y La Cumbre, a la derecha. Es más, de noche hasta es posible divisar las luces de Villa Carlos Paz.

Desde lo alto del cerro se puede apreciar una vista 360 grados del Valle de Punilla. (Gentileza: Susana Inés Boldo)
Desde lo alto del cerro se puede apreciar una vista 360 grados del Valle de Punilla. (Gentileza: Susana Inés Boldo)

Datos útiles

Cómo llegar. Si se viaja desde Córdoba, al llegar a Villa Giardino hay que tomar la avenida San Martín, la arteria principal de esa localidad. Continuar por asfalto hasta que el camino se vuelve de tierra. Continuar hacia la montaña y llegar al cementerio.

Ascenso a la gruta. Se hace a pie y se puede realizar en cualquier época del año. Lo ideal es hacerlo de día para mayor seguridad. El acceso es gratuito.

Qué visitar en Villa Giardino. La reserva ecológica El Portocelo y el arroyo Los Quimbaletes son sus principales atractivos naturales. Se suma Alto San Pedro, con actividades al aire libre. Otras postas únicas son sus capillas, el Molino de Thea, el reloj floral y el viñedo Nébula. Un infaltable, el Camino de los Artesanos.