En febrero recorré las siete maravillas naturales de Córdoba

Córdoba tiene una infinidad de sitios naturales que hacen a la belleza propia de una provincia que lo tiene todo: ríos, montañas, llanuras, quebradas, y una variedad de flora y fauna que enaltece cada lugar. Es por ello uno de los puntos turísticos más elegidos del país y visitado cada año por miles de viajeros de todo el mundo.

En los meses estivales experimentar la magia de sus festivales suele ser la opción, pero aquí te proponemos un viaje por la tranquilidad para apreciar la frescura de los paisajes que en el mes de febrero se muestran en todo su esplendor.

De una selección de lugares icónicos, lectores de La Voz eligieron en 2008 estas Siete Maravillas Naturales de Córdoba:

Laguna Mar Chiquita y bañados del Río Dulce

Se trata de la mayor cuenca cerrada de Latinoamérica, un espejo de agua salada, de unos 6.000 km² de extensión que es el hábitat del 25% de las aves que existen en el país.

Esta Área Natural Protegida posee una variada biodiversidad y el plus que aporta la presencia de miles de flamencos que embelleces el paisaje.

Además de actividades de ecoturismo como avistaje y fotografía de aves, se pueden realizar deportes náuticos, excursiones, paseos nocturnos y turismo salud.

Cerro Champaquí

Esta cumbre que alcanza los 2790 msnm es la más alta de la provincia y uno de los elegidos por los aventureros y amantes de la montaña, ya que hay varios caminos por los cuales llegar a la cima con variada intensidad. El más conocido es el ascenso por Villa Alpina que se hace en tres días, durmiendo en refugios y conectando con la naturaleza.

Tanto el Cerro Champaquí como el Macizo Los Gigantes y el Cerro Uritorco, son clasificados como zonas de riesgo que requieren completar un formulario de registro de acceso en los puestos ubicados en la base o inicio de las sendas (Información Agencia Córdoba Turismo).

Desde su cima se puede observar la flora nativa, arroyos y extensos valles de Traslasierra (oeste) y Calamuchita (este).

Quebrada del Condorito

Comprende 37.344 hectáreas donde se pueden realizar distintas actividades de ecoturismo y observar la más variada biodiversidad. Cuenta con espacios exclusivos para la observación de cóndores en los denominados Balcón Norte y Balcón Sur donde las aves instalan sus nidos y refugios.

Cerro Colorado

La Reserva Natural y Cultural conforma uno de los centros pictóricos de arte rupestre más destacados del país, además de ser un lugar ideal para el descanso. Rodeado de calma cuanta con representaciones de los pueblos Sanavirón y Comechingón que datan de más de 2mil años de antigüedad.

Se puede visitar el Museo Arqueológico Cerro Colorado, la Casa Museo de Atahualpa Yupanqui y la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe. Además el arroyo Los Molles y el río Los Tártagos ofrecen espacios para relajar y disfrutar las tardes de verano.

Cuevas de Ongamira

Esta zona de interés arqueológico se encuentra a unos 115 kilómetros de Córdoba en el norte del Valle de Punilla.

Es posible visitar el espacio de investigación donde trabajan arqueólogos y una serie de aleros con morteros de los pueblos originarios. El paisaje ofrece un hermoso contraste entre la arenisca roja y el verde serrano.

Cerro Uritorco

Ubicado en el Valle de Punilla, es el cerro más alto de las sierras chicas con una altura de 1980 metros. El ascenso puede realizarse en aproximadamente cuatros horas, además de otras actividades como acampada, astroturismo, trekking y cabalgatas.

Este lugar posee una mística especial y es considerado un importante centro energético.

La ciudad de Capilla del Monte ofrece un paseo con gran variedades de alojamiento y servicios gastronómicos, actividades nocturnas y ferias de artesanías, por lo que se puede hacer sede allí y aprovechar el día para el ascenso.

Cueva de los Pajaritos

Un lugar con una belleza única y la presencia de fauna autóctona es ideal para quienes gustan de la observación de aves y la fotografía, pero además la calma de un espacio contenido tan solo con el sonido de la naturaleza.

A unos 8 kilómetros de la localidad de Tanti en el Camino a Mallín (entre Tanti y Cosquín), es también recorrido diariamente por ciclistas que aprovechan el terreno para entrenar.