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En bici: un paseo alrededor del embalse de Río Tercero

En tres horas de pedaleo se pueden visitar La Cruz, Villa Amancay, Amboy y Villa de Dique.

Íbamos a salir a las 9 de la avenida principal de Embalse, pero el café y las facturas calentitas demoraron la partida. El plan era recorrer 51 kilómetros hasta Villa del Dique, aunque no por el camino más fácil, sino trazando un “círculo” que rodeara el embalse de Río Tercero y pasara por La Cruz, Villa Amancay, Amboy y Villa de Dique. A las 12 llegaríamos a destino si pedaleábamos a buen ritmo.

La largada

El círculo envuelve al embalse casi de manera perfecta. Desde Embalse hasta La Cruz son 16 kilómetros por la ruta E61; de La Cruz a Villa Amancay hay 21 y sólo dos kilómetros separan a esa villa de Amboy. Pasando este pueblo, restan 14 kilómetros hasta Villa del Dique.

Pedaleamos por la avenida Gral. Pistarini hasta los hoteles de Embalse. El primer desvío ocurrió a minutos de comenzar: teníamos que visitar los hoteles y nos encontramos con dos lindas sorpresas. Una era un museo, que por fortuna estaba abierto, y otra un surtidor de YPF que brindó servicio en el hotel y hoy es una pieza de museo. Sacarse una foto con él parecía obligatorio.

DATOS ÚTILES. Información útil para una bicicleteada imperdible.

El Museo Nacional Eva Perón guarda la historia del complejo y de la década del ’40 y tiene entrada libre y gratuita. Para los mayores es una oportunidad de volver a ver objetos de la época, y para los más jóvenes, de conocer cómo fueron esos años a través de las piezas expuestas.

Había que seguir. Cuando el frío de la mañana aún se sentía, aparecieron en el camino dos clubes náuticos –ambos habían elegido una muy buena ubicación para establecerse–.

La siguiente parada fue en la Central Nuclear de Embalse. Comenzó a funcionar en 1984 después de diez años de construcción no exentos de polémica, que aún se mantiene por motivos ecológicos. Vale decir que los últimos trabajos efectuados sobre este lugar extendieron su vida útil por un período de 30 años.

Monumentos, murallas y ríos

Con el viento en contra llegamos a La Cruz. A la entrada hay un homenaje a los caídos y veteranos de Malvinas, pero se debe ingresar al pueblo y atravesar el río La Cruz si se quiere conocer el monumento que le da nombre al lugar.

Luego de visitarlo, volvimos para tomar la ruta 23 con destino al río Quillinzo. Al llegar, hay un camino a la derecha que conduce a la pequeña villa homónima, pero dejamos ese paseo para la próxima.

Diez minutos después nos topamos con el contraembalse arroyo Corto, que se muestra a la izquierda de la ruta como una gran muralla que contiene el agua. Es posible circular por él, y debajo se observa un caserío y el río Grande. Cuando el sol ya estaba calentado suavemente, decidimos descender. Al hacerlo, la muralla quedaba a nuestras espaldas, y alguien se animó a preguntar lo que todos pensábamos: “¿Y si se rompe?”. Esa “adrenalina” nos hizo pedalear con gusto para volver al murallón y encarar para Villa Amancay.

Quienes quieran tomar un segundo desayuno o almorzar, en Amancay encontrarán opciones. También hay cabañas. La localidad está bordeada por el río Amboy, y para verlo hay que internarse en la villa unas pocas cuadras. Este curso de agua vale totalmente la pena.

Pueblo antiguo

Llegar a Amboy es un encanto. Se trata de uno de los pueblos más antiguos de Córdoba, y sus calles de tierra y sus casas parecen haberse congelado en el tiempo. En 1800 nació aquí el prestigioso abogado Dalmacio Vélez Sarsfield, a quien se le rinde homenaje con un museo y un monolito. La iglesia local, por su parte, también data de comienzos del siglo XIX.

Amboy es de esos lugares de los que uno no se quiere ir, porque se respira paz en cada esquina. De todas formas, arrancamos el pedaleo hasta el destino final y, al superar el río Santa Rosa, volvimos a la ruta 5 que nos dejaría en Villa del Dique. Sin dudas, la travesía por esta zona de Calamuchita fue superándose kilómetro a kilómetro.