buscar

El “Champa”, espíritu de la montaña

La aventura de ascender al cerro más alto de Córdoba combina dosis de adrenalina con la posibilidad de encontrarnos con especies endémicas en paisajes majestuosos.

De relatos que van surgiendo de las visitas a diferentes puntos de las Sierras Grandes, percibo como en un sueño la presencia del cerro Champaquí, el punto más alto de Córdoba. Mate de por medio, comienzo a indagar sobre la personalidad de este gigante.

Baqueanos me cuentan las leyendas del toro con cuernos de oro y del hada de la laguna. Los guías relatan experiencias, donde los turistas quedan imbuidos de adrenalina al encontrarse a merced del caprichoso clima. Biólogos y guardaparques me enseñan a reconocer la destreza con la que la naturaleza siempre encuentra la forma de trascender, como en la coexistencia del espíritu mapuche en el maitén y el espíritu inca en el tabaquillo, formando una de las más bellas postales de quebradas boscosas de nuestra provincia.

DATOS. Información útil para conocer el Cerro Champaquí.

Motivaciones en alza

En una charla de reencuentro con Lucas Gomes -técnico superior en Turismo y guía de trekking- le pregunto qué es lo que él, como guía de montaña con años de experiencia, puede decir de la motivación de un caminante para recorrer durante tres días senderos agrestes con un clima caprichoso.

De manera pausada y calma, Lucas comenta que nuestro “Champa” es uno de los cerros más visitados de Argentina y que él, como guía, ha comprendido que los motivos para visitarlo son muchos y variados. “He conocido personas con motivaciones espirituales, donde lo que más se valora no son los kilómetros recorridos si no la resistencia para cargar las mochilas emocionales de la vida. Muchas personas ascienden impulsadas por el mandato de educar para conservar valores biológicos que se recuperan con gran esfuerzo. También la recreación y el deporte están presentes en quienes planean este tipo de travesías. Yo siento que cada ascensión es tan nueva y gratificante como la primera”, señala Lucas.

[video:https://www.youtube.com/watch?v=kVJnJ-IzDTI]

La ruta hacia la cima

Para subir los 2.790 metros sobre el nivel del mar del Champaquí el sendero más tradicional va desde Villa Alpina hasta la base del cerro, donde se encuentran los refugios. Se trata de un recorrido de ascenso paulatino y con dificultad media. Lo podemos hacer tranquilos, en familia, apreciando el cambio del paisaje del valle de Calamuchita por el de quebradas y pastizales típicos del macizo de Achala.

Este primer tramo resulta atractivo porque se sube la sierra desde el este y cuando se llega al filo, se puede ver la extensión y el ancho del sistema montañoso. Si observamos hacia el extremo opuesto, veremos el cerro Champaquí a la distancia.

Al llegar a la base, conviene pasar la noche en algunos de los puestos. Según Lucas, los puesteros son serranos que han ido de a poco agrandando su alojamiento, mejorando los servicios para los visitantes. “Uno de los primeros puestos fueron los de doña Nena y el de Ramón González, que hoy concesiona don Ariel Bustos –afirma el guía- Cada uno tiene distintas capacidades de alojamiento: algunos de hasta 200 personas, duchas, comedores. Cada habitación posee entre 15 a 20 camas con colchón y es muy confortable. El día de regreso de la cima, los puestos más grandes se caracterizan por hacer una gran comida con baile y músicos en vivo. En otros puestos podemos realizar el cierre de la visita rodeados de acordes con guitarras paisanas”.

La calidez del serrano se nota. Lejos de ser empresarios, estos puesteros han mejorado sus servicios. “Por eso, quienes hemos podido apreciar su desarrollo y crecimiento nos sentimos felices de ver que no han perdido esa esencia típica del serrano”, asegura Lucas mientras la brisa de las sierras Grandes se hace notar.