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Contenedores. Hotelería no tradicional, sustentable y con diseño único

La experiencia de El Tomillo se vive con todos los sentidos, y más. (Ivana Barujel)
La experiencia de El Tomillo se vive con todos los sentidos, y más. (Ivana Barujel)

Construido en 2018, en medio de una vieja finca aromática, un contenedor marítimo devenido en hotel da la bienvenida al ingreso de La Cumbre. 

Al oeste de la localidad de La Cumbre, con un rápido acceso desde la Ruta 38, una construcción poco tradicional irrumpe de manera armoniosa entre las sierras. El Tomillo es un hotel construido a partir de un contenedor de carga en medio de una vieja finca aromática. Un lugar que no solamente está en el detalle del diseño y en un ambiente rodeado de naturaleza, sino que ofrece vistas panorámicas únicas, incluyendo al Cerro Uritorco.

Un lugar ideal, en La Cumbre, para descansar y disfrutar. (Ivana Barujel)
Un lugar ideal, en La Cumbre, para descansar y disfrutar. (Ivana Barujel)

Un viaje por los seis sentidos

Olfato. El Tomillo es un proyecto familiar de personas que volaron con sus ideas. Buscando el concepto de “un lugar que nos una”, lograron que cada integrante de la familia se ocupara de algo: diseño, plantas, marketing. El nombre surgió del abuelo, por la notoria presencia de esta hierba autóctona de la zona. Cuando uno ingresa a este lugar se sorprende por el aroma fresco y característico presente en el aire. Este emplazamiento tiene la ladera de tomillo más grande de La Cumbre.

Tacto. El Tomillo es una casa creada a partir de un container marítimo, totalmente equipada y con diseño minimalista. Cuenta con dos baños, uno en suite, ventanas vidriadas con vista a las montañas, un living que invita a pasar horas leyendo, cocina y comedor completamente equipados y una galería para tomar mates y mirar el atardecer. Dato no menor: cuenta con dos aires acondicionados y una piscina descubierta. Los muebles fueron diseñados por el artista cordobés Santiago Darti y el nivel de detalle de Carlota Dartiguelongue va desde los jabones orgánicos, las flores, la picada de bienvenida, la buena selección de ropa blanca y la vajilla de alta gama. Se puede decir que hubo un tacto característico y bien definido para cada uno de los ambientes y servicios.

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Vista. Construir en contenedores marítimos es una tendencia mundial que llegó para quedarse. La reutilización del container para fines residenciales surgió en Holanda en 2001 y hoy triunfa en toda Europa, América del Norte y también en Argentina, caracterizándose más que nada por la construcción modular simple. Facundo Maso Dartiguelongue, dueño y encargado de ventas de El Tomillo, cuenta que construir en contenedores es más rápido y más barato. Un contenedor tiene 14 años de vida útil como como transporte de mercaderías, por lo que más de cuatro mil kilos de acero que antes se abandonaban en el puerto hoy se reutilizan para renovar la cara de la arquitectura. “Nuestro objetivo fue hacer algo que no obstruya el lugar y la vista, que no se estanque. Y que sea armonioso con las sierras, con el olor y las tonalidades, con un estilo muy simple pero con mucho diseño”, detalla.

El lugar cuenta con todas las comodidades y aire acondicionado. (Ivana Barujel)
El lugar cuenta con todas las comodidades y aire acondicionado. (Ivana Barujel)

Oído. El Tomillo es único por su ubicación. El hecho de no tener ninguna construcción alrededor permite disfrutar de la paz del entorno, el sonido del silencio y la naturaleza a flor de piel. Muchas veces nos genera miedos abandonar las ciudades, y terminamos acostumbrándonos al ruido constante, en La Cumbre ese silencio acompañado del viento genera que todo tenga un sentido y que la naturaleza nos hable.

Gusto. La oferta culinaria de La Cumbre es abundante, para todo tipo de paladar. Para quienes quieran desayunar fuera de la casa, la propuesta es disfrutar del desayuno incluido en Gracias por Venir. Su dueña, Mel, sirve esos cafecitos con scones, tostadas, tortas que son todo lo que hace falta para comenzar una mañana con la mejor energía. El  bar está ubicado en una galería histórica del centro de la ciudad.

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Experiencia. Es el sexto sentido propuesto por El tomillo. En enero próximo, Facundo junto a Pilar Porta inaugurarán un proyecto que continúa con el concepto de vivir una experiencia única e innovador. Es por esto que desarrollaron el glamping nómade. Un campamento con todas las comodidades y el glam de un hotel, pero en lugares de las sierras de Córdoba insólitos. En cada emplazamiento, el huésped podrá vivir una experiencia distinta de relajación, repleta de vida y naturaleza.

Ideal para desconectarse, a pocos kilómetros de la ciudad, en un entorno natural. (Ivana Barujel)
Ideal para desconectarse, a pocos kilómetros de la ciudad, en un entorno natural. (Ivana Barujel)

Datos útiles

Gastronomía. Dique si: empanada de cordero y hamburguesas gourmet, lo mejor la vista del Dique San Jerónimo  $ 700 por persona. Viñedo Nébula: Tacos y un vino rosado $ 1.800 para dos. El Búho: comida tradicional, pero ideal para llevarse una picada y cerveza artesanal. Pizzas y lomitos El fuerte. Hilando Fino: para tomar el té a la tarde, excelente vista, buena cafetería. Raphsody: carta variada de comida de todo tipo. Aeroposta La Cumbre: almuerzo o merienda con una vista al aeroclub. Carta sencilla pero rica, $ 600 por persona.

Tiny Houses. Viviendas que van desde los 10 a 35 metros cuadrados y que buscan poner énfasis en una vida más simple y sustentable. Una tiny house te obliga a ser creativo con el uso de los espacios.

El Tomillo. En Instagram, @eltomillo.lc. Reservas: 5493548439888.