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Los cinco lugares de Córdoba que Gon Granja te recomienda conocer

"Como cordobeses es un flash mirar el paisaje y no ver sierras sino un horizonte llano como el mismísimo mar”, dice Gon sobre la laguna Mar Chiquita. (Gonzalo Granja)
"Como cordobeses es un flash mirar el paisaje y no ver sierras sino un horizonte llano como el mismísimo mar”, dice Gon sobre la laguna Mar Chiquita. (Gonzalo Granja)

El fotógrafo cordobés que la rompe en Instagram nos trae una selección de algunos destinos imperdibles de la provincia.

Las fotos de Gon Granja no dejan indiferente a nadie. Especializado en hacer imágenes de la naturaleza y de actividades al aire libre, este fotógrafo y realizador audiovisual nacido en Alta Gracia tiene una forma muy propia de mostrar el mundo que lo rodea.

En su primer libro, Maravillas de Córdoba, retrató algunos de los lugares más espectaculares de nuestra provincia. Ahora, en diálogo con Voy de Viaje, trae una selección de cinco destinos para no perderse. Algunos son muy populares y otros, menos conocidos. Todos valen un viaje.

1. Los mejores atardeceres

Para Gon, Mar Chiquita es uno de esos lugares que todo cordobés debería conocer. Destaca algunos datos puntuales, como el hecho de que es el cuarto lago salado endorreico más grande del mundo y que allí habitan más de 300 tipos de aves, o que lo visitan tres de las seis especies de flamencos que existen en el planeta. Pero también señala algo más intangible: que tiene los mejores atardeceres de la provincia. "Como cordobeses es un flash mirar el paisaje y no ver sierras sino un horizonte llano como el mismísimo mar", asegura.

2. Agua bajo tierra

Los ríos subterráneos del arroyo Wildbach, en La Cumbrecita, son otro de los sitios elegidos por el fotógrafo. Escuchó hablar por primera vez del lugar en un informe de los '90 y tuvo que hacer varias averiguaciones, porque no había mucha información en internet ni excursiones disponibles. "Cuando fui, antes de disparar con la cámara me di cuenta de que en Córdoba todavía hay mucho por descubrir. Es un museo natural: ver las paredes erosionadas por el paso constante del agua a través de muchísimos años hace que ese lugar pueda estar en cualquier parte del mundo, y me enorgullece saber que está en Córdoba", cuenta.

3. El techo de Córdoba

El otro destino popular de la lista es el cerro Champaquí. "Tendría que ser parte del documento de todo cordobés", dice Gon. Cree que es importante subir al menos una vez en la vida, no porque sea el pico más alto de la provincia sino por la perspectiva que otorga. "Poder ver valles de ambos lados -por un lado Calamuchita y por el otro, Traslasierra- y ver un montón de localidades cuando empieza a bajar la luz hace que dimensionemos el lugar en el que vivimos", indica. También resalta lo cambiante que puede ser el clima -con nieve, con vientos muy fuertes o sin viento- como una de las variables que hacen que cada visita sea diferente.

4. Un laberinto de piedra

El cordobés también sugiere ir a Los Gigantes, un macizo que hace 34 años es "un lugar de juego" para escaladores y amantes del trekking. "Es un laberinto de piedra y eso hace que cada vez que volvamos veamos algo que nunca habíamos visto antes", explica. Cuenta que fue unas 10 veces y que cada cambio en el camino brinda la posibilidad de encontrar una cascada, una cueva o un mogote nuevo. "Desde el momento en que entrás al macizo perdés toda señal de celular, te desconectás totalmente y te conectás con otras cosa", admite. Como hay que dejar el auto afuera y hacer un trekking para ingresar, parte del lugar sigue siendo una sorpresa.

5. Surrealista

Cuando se enteró de que en el norte de Córdoba había salinas, Gon buscó fotos en internet. Se dio con dos o tres imágenes viejas y pensó que había dos alternativas: o era sólo un poco de sal entre la tierra y por eso no había difusión, o era un sitio impresionante pero de acceso complicado. Por suerte, fue lo segundo. "Ver de repente uno o dos centímetros de agua sobre la sal, sin viento, al atardecer, hace cuestionar el lugar en el que vivimos, no solamente a nivel Córdoba, sino a nivel país y a nivel planeta. Es surreal", expresa, y agrega: "Ni hablar de las noches: sin contaminación lumínica sentís la Vía Láctea rozando la nariz".