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Cinco destinos para conocer con el Tren de las Sierras

Viajar en tren es toda una experiencia y en nuestra provincia podemos vivirla subiendo a los vagones que atraviesan destacadas zonas del Valle de Punilla. 

Acompañado del sonido de una guitarra, que resuena en las manos de un turista, o con la sonrisa de algún niño asomado por encima de la butaca, el Tren de las Sierras es el medio preferido para realizar un recorrido lento y pausado por paisajes cordobeses.

La travesía se presenta como una propuesta interesante para conocer ciertos destinos a un costo mínimo: el valor del boleto para el público en general es de alrededor de 6,50 pesos hasta el destino más lejano.

Habitualmente su inicio es en la estación Alta Córdoba, pero por el momento se encuentra suspendido y el recorrido comienza en la estación Rodríguez del Busto. Las salidas son todos los días, inclusive los feriados, en dos horarios específicos: a las 8.44 o a las 10.59. Desde Cosquín, los horarios de regreso son a las 8 y a las 15, respectivamente.

En dos horas es posible llegar a la ciudad coscoína, aunque el trayecto pasa por once estaciones en total. Así, la mayoría de las personas que salen desde la Capital tienen la oportunidad de pasar el día en estas localidades; sobre todo, en cinco destinos con importantes atractivos:

La Calera, quinta parada del recorrido, ubicada a 18 km al noroeste del centro de la ciudad, amerita descender para conocer el balneario Laguna Azul, un espejo de agua ideal para realizar deportes náuticos y actividades recreativas. Para los que deseen un poco de historia, la tradicional Capilla Vieja, construida en 1727 por la Compañía de Jesús, propiedad de los jesuitas, es una gran alternativa para visitar.

San Roque, pasando las estaciones de Casa Bamba y Cassaffousth, convoca sin duda por el gran dique que bordea la localidad, uno de los sitios emblemáticos de la provincia de Córdoba. En él se encuentran playas agrestes y pintorescos complejos de cabañas a donde alojarse. Además, se puede practicar pesca y diferentes tipos de actividades en el agua, lo que implica un contacto directo con la naturaleza y el aire libre.

La parada siguiente a San Roque es Bialet Massé. Allí, el mirador El Despeñadero ofrece grandes vistas al río Cosquín, las Sierras Chicas y las llamativas Barrancas Coloradas, imanes de la zona que poseen una altura de cien metros y donde anidan distintas especies de aves que se pueden avistar. También es imprescindible entrar a la Gruta de la Virgen María Rosa Mística y a la iglesia San Plácido, que conjugan lo espiritual con una increíble arquitectura.

Santa María de Punilla, tierra de la tradicional Fiesta Provincial de la Avicultura, invita a bajarse de los vagones y dar un buen chapuzón en el balneario municipal. Además de disfrutar del agua y el sol, se puede conocer el antiguo Molino Hidráulico, el primero con este movimiento en la zona que producía harina de cereales en el siglo XVII.

Por último, el tren se detiene en Cosquín, sede nacional del folklore. En este rincón del Valle de Punilla uno puede relajarse en el río homónimo a lo largo de 14 kilómetros de playas, subir por aerosilla al cerro Pan de Azúcar o sacarse una fotografía con las esculturas de Atahualpa Yupanqui y Mercedes Sosa en la entrada de la plaza Próspero Molina.

En familia o con amigos, cualquiera de las paradas del Tren de las Sierras en las que se decida descender ofrecerá un buen destino para descubrir.