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Champaquí, premio al desafío

Con sus 2.790 metros sobre el nivel del mar, el cerro Champaquí es el más alto de la provincia. Hacer cumbre en él es el mejor premio para quienes aceptan el reto, pero la visita a su cima demanda respeto y responsabilidad.

Como en muchas otras cosas -nombres incluidos- hay dos “bibliotecas” o vertientes para definir, con relativa certeza, el significado de Champaquí. Ambas le adjudican un origen acuoso, lo cual coincide con aquello de que el cerro y sus adyacencias son el “tanque de agua” de Córdoba, aunque últimamente esto sea también relativo.

La primera definición es “agua en la cumbre” y sugiere el encauzamiento de las aguas con “champas” (panes de pasto duro) porque, dicen, derivaría del término champay (con raíz quechua), que se traduce precisamente como “poner champas”.

Otros afirman que se traduce como “cumbre del agua que corre”, con el desagregado etimológico de qui (cumbre, cima); cha (agua), y ampa (agua que corre o arroyo).

Los cierto es que el Champaquí, con sus 2.790 metros sobre el nivel del mar, es el cerro más alto de la provincia y visitarlo es, además de una aventura inolvidable y un desafío, también una importante responsabilidad, pues los tesoros que guarda deben ser preservados.

Su impresionante presencia se eleva como un hito entre los dos valles, Traslasierra y Calamuchita, en el corazón del cordón de las Sierras Grandes. Hacer cumbre en él es una experiencia inolvidable, que deja sin habla al poder observar, desde un enorme balcón, las bellezas de ambos valles, con sus lagos, ríos, arroyos y bosques, algunos naturales y otros producto de la mano del hombre.

Lamentablemente, el accionar desaprensivo de algunos irresponsables y las condiciones climatológicas hacen que periódicamente los incendios arrasen con la flora, nativa y plantada y la fauna. Pero, al margen de esto, quienes acepten el desafío de escalar el Champaquí se encontrarán en el camino con pampas de altura, rocas redondeadas, paredes escarpadas, quebradas e infinidad de arroyos y vertientes.

Llegar a la cima tendrá su recompensa, con vistas increíbles y la incomparable sensación de haber superado el desafío.

Flora y fauna. Una de las maravillas naturales del Champaquí es que se trata de uno de los últimos refugios del tabaquillo, árbol autóctono de increíble belleza, cuyo nombre deriva de las finas láminas de color cobre rojizo, muy parecidas a las hojas de tabaco, que se descascaran de su corteza.

También abundan en el cerro las hierbas aromáticas y medicinales, como la barba de piedra, el pingo-pingo, la carqueja y el romerillo. Otras, más conocidas, son la peperina, tomillo, salvia, dedalillo, menta, berro, ortiga de la sierra y la cola de quirquincho, a quien los serranos le adjudican efectos energizantes, a punto tal que lo ofrecen como el “viagra natural”. No faltan los pastos de altura, una considerable variedad de helechos y las pajas duras, que se han extendido considerablemente en las pampas de altura del Champaquí, como la paja brava, paja india, paja de puerto y paja grande.

Entre las especies animales más destacadas, el visitante puede tener la suerte de poder observar el altivo vuelo de un cóndor, a la hora en que dejan sus nidos para salir a buscar alimentos. Además, es el hábitat natural del águila mora; el jote; distintas variedades de lagartijas; serpientes, como la yarará; cuises, y el puma, predador de la zona que por su costumbre de alimentarse con corderos y cabras, lo hace víctima de la caza indiscriminada y lo poner en peligro de extinción.

Cómo llegar. Para acceder a la cumbre del Champaquí hay dos vías: desde el valle de Traslasierra, por Villa de Las Rosas, Los Hornillos o San Javier, y desde Calamuchita, por Villa Alpina. También por el valle de Calamuchita, se puede ir en auto (se recomienda que sea 4X4 o de suficiente despegue del suelo, por las piedras) desde Santa Rosa hasta Yacanto (30 km de asfalto) y desde allí, por camino de tierra, hasta el cerro Los Linderos, vecino del Champaquí, al cual se accede con una trepada de mediano esfuerzo de alrededor de 40 minutos.

Por las vías de acceso de Traslasierra, el ascenso demanda entre 8 y 10 horas y puede hacerse a pie o a caballo (o mula), siempre en compañía de guías especializados. Si el clima lo permite, hacer la travesía de noche, a la luz de la luna y con el techo de estrellas, es una experiencia “de vida”.

Advertencia. Las montañas son un territorio lleno de bellezas naturales, con sus secretos a descubrir y preservar, pero también demandan respeto y cuidados. No son pocos los casos, y se reiteran todos los años, de personas que se pierden en la montaña, equivocan el camino de regreso o de pronto se ven envueltos en una densa niebla que no les permite ver.

Para evitar estos inconvenientes, lo más aconsejable es hacer la expedición siempre en días soleados, sin previsión de tormentas y con un guía experto y autorizado.

Para ello, lo mejor es consultar la página de la Agencia Córdoba Turismo (www.cordobaturismo.gov.ar/BusquedaPrestadores.aspx) donde encontrará la nómina de estos guías.

Lo que hay que saber

Datos: Altura, 2790 m.s.n.m. El cerro Champaquí es parte del Batolito de Achala, unidad geológica que pertenece a las Sierras Pampeanas de Córdoba. Está compuesto por rocas ígneas plutónicas graníticas, es decir rocas que se generan por la cristalización de un magma que no fue arrojado a la superficie, sino que permaneció dentro de la corteza que le dio origen.