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Cerro Wank, un imperdible de La Cumbrecita

Su recorrido no implica más de dos horas a pie, ida y vuelta. El paseo promete una de las mejores vistas panorámicas del valle de Calamuchita y de ese pueblo con tintes centroeuropeos. 

La Cumbrecita fue protagonista de las primeras nevadas de otoño de este año. Para adentrarse en la gran cantidad de propuestas de turismo aventura y de naturaleza, uno de los paseos emblemáticos es el ascenso al cerro Wank. Llegar hasta su cima, a través de una pequeña pasarela de madera que atraviesa el arroyo Almbach, es uno de los trayectos preferidos para familias enteras, ya que no posee gran dificultad y se puede hacer con los más pequeños. En lo posible, se recomiendan paciencia y ciertos recaudos. Durante el trayecto, aparece la tradicional confitería Liesbeth, rincón de exquisitas chocolatadas calientes.

El ascenso

A través de senderos accesibles y de media exigencia, se comienza a “trepar” por un paisaje repleto de abedules que se asemeja al bosque del film “Alicia en el país de las maravillas”. Hongos de diferentes tamaños y colores bordean los caminos.

A medida que se va ganando altura, la vegetación abre paso a una observación perfecta de los distintos rincones del pueblo. Encontrarse con un monolito de piedra, en una meseta serena y acogedora, implica haber conquistado la meta: 1.715 metros de altura sobre el nivel del mar. Allí, el ascenso se convierte en el mejor binocular frente al entorno de las Sierras Grandes, el valle de Calamuchita y todo el contorno que rodea a este rincón serrano.

Otra de las opciones para conocerlo es a través de cabalgatas. Algunos tienen la suerte de encontrarse con un par de cóndores surcando el cielo. El paseo hasta la cima de este cerro es totalmente gratuito.

Precisiones y recomendaciones 

Si bien son alrededor de unos 40 minutos de subida y otros 40 de regreso, el tiempo de la travesía varía según la posibilidad de cada persona. Hay que prever el horario en que se decide emprender la caminata para contar con la cantidad de horas de luz de sol necesarias destinadas a esta actividad.

En cuanto a las indicaciones, hay carteles de madera, flechas, estacas y mojones de piedra. Si no se desea llegar a la cima, la primera parte del trayecto se realiza mediante sendas anchas y con menor inclinación. Este camino regala verdaderos paisajes para llevar adelante un safari fotográfico.

Desde la mitad del ascenso hacia arriba, el terreno es más rocoso y empinado, por lo que requiere un poco más de esfuerzo. En ese tramo, la vista que se obtiene resulta única. Como imprescindibles, es importante llevar comida, hidratación y hacer paradas con el fin de estirar las piernas. También es importante tomar algún que otro refrigerio para seguir con la excursión.

El plus: poder combinar este recorrido con otros paseos como Vallecito del Abedul, Cascada Escondida y el río subterráneo. Con la ilusión de una nevada o el encuentro de un día a pleno sol, la idea es disfrutar de este tour con tranquilidad y en compañía.