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El cerro cordobés que pasó de llamarse "felicidad" a "manto de sangre"

La cima del cerro Charalqueta, al amanecer. Foto: Agencia Córdoba Turismo
La cima del cerro Charalqueta, al amanecer. Foto: Agencia Córdoba Turismo

Se encuentra en el valle de Ongamira, y tiene una trágica historia para contar. Se puede vivir una experiencia en contacto con la naturaleza y con la historia de los comechingones.

En el valle de Ongamira, existía un hospital natural al que asistían los comechingones: el cerro Charalqueta, en el que los chamanes ofrecían pociones a los enfermos. También era el lugar elegido por muchos para dejar la vida.

Aquel lugar sanador, a 1.575 metros de altura, se convirtió en un escenario de cruentas batallas, cuando los conquistadores comenzaron a buscar oro en la zona y el cacique Onga resistía con su gente como podían.

Un recorrido hacia el cerro Charalqueta. Foto: Agencia Córdoba Turismo
Un recorrido hacia el cerro Charalqueta. Foto: Agencia Córdoba Turismo

1.800 mujeres, hombres, ancianos y niños perdieron la vida en el Charalqueta, que significaba "felicidad". Pasó a llamarse Colchiqui: "Manto de sangre".

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El cerro, no tan popular como otros de la provincia, es un lugar para conectar con una naturaleza soberbia, pero también con la historia de una enorme tragedia.

La Agencia Córdoba Turismo incluyó en su catálogo de experiencias turísticas un recorrido hacia allí, que parte desde el Valle de Ongamira y propone el encuentro con los antepasados comechingones.

"La experiencia invita a comprender la muerte en la historia y cosmogonía de los camiares (comechingones), que habitaron el Valle hasta la llegada de la colonización española en el siglo XVI. Para ello, ascenderemos a su cerro sagrado: el Cerro Charalqueta o Colchiqui de 1575 msnm. Hasta aquí, llegaban los comechingones en sus últimos instantes de paso de su vida física para fundirse con el todo, como era su creencia. Decididos y con ayuda de una poción que el chamiquero les preparaba, saltaban al vacío".

La cima del cerro Charalqueta. Foto: Agencia Córdoba Turismo
La cima del cerro Charalqueta. Foto: Agencia Córdoba Turismo

El recorrido se realiza con paradas para oxigenarse, hidratarse y descubrir lo que los antepasados vivían en este lugar sagrado, pero también para saber sobre las plantas nativas que utilizaban al momento de su muerte, usando al paisaje como una gran botica natural.

"Cada parada es una postal que pone de manifiesto el arte de la naturaleza, y tal vez, esta sensación de majestuosidad puede ser una respuesta al interrogante que muchos hacen: ¿Por qué eligieron este lugar para morir?".

Se puede recorrer el Cerro Charalqueta en cualquier momento del año, siempre que no haya lluvias o vientos fuertes, y requiere de un esfuerzo mínimo para llegar al final del camino.

También pueden verse en el camino cóndores en vuelo. En la cima, la vista panorámica permite observar el Valle de Ongamira por los cuatro puntos cardinales.

El punto de encuentro es la base del cerro, y el recorrido total dura entre tres y cuatro horas. Se recomienda para mayores de 12 años.