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Al rescate de las tradiciones

Este nuevo circuito recorrerá dos de las iglesias más emblemáticas de la ciudad, la Catedral y Santa Catalina, y repasará las costumbres vernáculas más arraigadas y el significado de signos y símbolos navideños.

La Dirección de Turismo de la Municipalidad de Córdoba propone para este mes   una visita guiada temática denominada “Córdoba te espera en Navidad”. La propuesta es rescatar a los verdaderos protagonistas: María, José y Jesús.

El recorrido comenzará con una introducción de las tradiciones cordobesas de antaño, el significado de signos y símbolos navideños tradicionales y los impuestos por la actual sociedad de consumo.

Luego se ingresará a la iglesia Catedral para visitar a   Nuestra Señora de la Asunción, patrona del templo y San José se hará presente a través de la obra de arte de Manuel Cardeñosa.

A continuación, el grupo se desplazará hacia el oratorio del Niño Milagroso, ubicado en el monasterio Santa Catalina. Se trata de una imagen encontrada por un leñador cordobés, engarzada en un tronco y hoy es venerada por numerosos fieles. En este capítulo se abordarán los relatos del nacimiento de Jesús.

La Catedral. Esta construcción, símbolo de la ciudad de Córdoba, comenzó con una rústica cruz de madera colocada en un espacio vacío, allá por 1577.

Parece imposible el esfuerzo y la voluntad de quienes participaron en su construcción en aquellos tiempos. En fecha reciente se realizó una importante restauración de la que resta aún la pintura del exterior.
derrotero secular: en el siglo XVII el común denominador era el problema económico que impedía un ritmo continúo en la construcción.

Dos importantes derrumbes con consecuencias drásticas y  falta de mano de obra especializada coadyuvaron a la demora en su finalización.

En el siglo XVIII con la llegada de los afamados arquitectos españoles González Merguette, Vicente Muñoz y el jesuita italiano Andrés Bianchi, se lograron adelantos que marcaron los lineamientos definitivos.

La Catedral fue consagrada en 1784, pero las obras todavía continuaron.

En el siglo 19 se colocaron dos de las campanas que conforman el campanario y el siglo 20 se abocó a la decoración interior que llegó de la mano del catamarqueño Emilio Caraffa quien dejó su sello indeleble sobre la bóveda principal, con la pintura oval denominada el “Triunfo de la Iglesia”.

En el actual siglo 21 andamios y media sombras desplegadas dentro y fuera de la iglesia auguran una completa restauración del templo mayor de la ciudad.

Monasterio Santa Catalina. El recorrido guiado más que describir las características de la fachada del monasterio Santa Catalina y el proceso de su construcción pondrá énfasis en la apasionante inauguración del recinto en 1613.

Es que detrás de esos sólidos muros, un grupo de religiosas consagraron sus existencias a la contemplación. Alejadas del mundo exterior, oran sin descanso por esta, cada vez más  convulsionada comunidad.

Las vidas de estas religiosas,  en la actualidad son 13, combinan espiritualidad y mucho trabajo diario.

En el interior del monasterio hay dos importantes talleres de restauración, de santos y de encuadernación de libros. Ambos  ocupan las jornadas de algunas de ellas.

El domicilio actual en la calle Trejo fue fruto de la donación de un familiar de Jerónimo Luis de Cabrera, fundador de la ciudad de Córdoba.

El actual edificio fue inaugurado en 1814 y se caracteriza por las líneas de estilo renacentista.

Desde aquel entonces muchas fueron las jóvenes consagradas a la clausura y algunas perduraron en el corazón de los cordobeses: tal el caso de sor Leonor de Santa María Ocampo, una joven de origen riojano que arribó a Córdoba a fines del siglo 19 para ingresar al convento donde desplegó una callada y humilde labor silenciosa.

Secretos por develar. La gente en general cree que el 8 de diciembre es la fecha marcada para armar el árbol de Navidad. Sin embargo, tanto el árbol como la corona de adviento   deben prepararse cuando el calendario litúrgico indica el comienzo del adviento. Este año fue el pasado 28 de noviembre.

La corona de adviento consta de una forma circular que simboliza a Dios; debe ser de color verde porque representa a la vida y requiere cuatro velas: tres de color lila, que aluden al camino que se prepara; una de color rosa que alude a la alegría y puede existir o no una quinta, de color blanca como luz de esperanza.

Esas velas se prenden por breves espacios noche a noche de acuerdo al siguiente orden: primero una lila, luego las dos restantes y la rosa. A partir de la Navidad y hasta Reyes se incluye la blanca.

Nuestra Señora de la Dulce Espera

La imagen que se conserva en la Capilla de Lourdes de la iglesia de la Compañía de Jesús es fruto de una donación anónima que se estima que fue en agradecimiento por la intercesión de la Virgen.

La advocación de Nuestra Señora de la Dulce Espera alude al tiempo en que María vivió su embarazo. También se la conoce como:  Virgen de la Esperanza, Virgen de la Expectación o de la “O”. En la basílica de Guadalupe en México, la imagen está embarazada. Antiguamente, mostrar el vientre durante el embarazo significaba una gran falta de respeto a la mujer y al bebé que estaba por nacer, es por eso que todavía no es común ver muchas imágenes de la Virgen María encinta.

En Argentina la difusión de esta advocación fue cuando una pareja de argentinos que visitó Santiago de Compostela, al observar una estatua de piedra de la virgen embarazada pidió para que su hija pudiera procrear y se vieron complacidos. En agradecimiento, hicieron los trámites y trajeron una imagen a Argentina. Está ubicada en la parroquia de Villa Devoto, Buenos Aires desde 1980 y su fiesta se celebra el 15 de mayo.

Lo que hay que saber

Cuándo. Martes 14 a las 11 y jueves 16 a las 17, en esa fecha con la variante variante de visitar la Virgen de la Dulce Espera, ubicada en la Iglesia de la Compañía de Jesús.

Partida. Oficina de informes del Cabildo de la Ciudad.

Duración: aproximadamente una hora.