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Al galope por la senda de don Ata

Cabalgata Yupanquiana. Travesía de 30 kilómetros con postas para saborear comidas típicas, bailes y anécdotas en patios de tierra.
Cabalgata Yupanquiana. Travesía de 30 kilómetros con postas para saborear comidas típicas, bailes y anécdotas en patios de tierra.

Este mes se hará la segunda edición de la cabalgata que recrea los senderos recorridos por Atahualpa Yupanqui en el norte cordobés. Partirá desde Cerro Colorado para atravesar sierras, ríos y montes, y conocer La Serranita, la pulpería que inmortalizó en una chacarera.

Todos tenemos nuestro lugar en el mundo, o al menos muchos sentimos haberlo encontrado. Se trata de ese sitio que funciona como “cable a tierra”, que nos conecta con su paisaje, nos inspira, trae amigos al encuentro y en sus despedidas, un pronto regreso siempre se añora.

El Cerro Colorado, en el norte provincial, fue el lugar en el mapa para Héctor Roberto Chavero, al que el mundo conoció como don Atahualpa Yupanqui, el cantor popular que llevó su cancionero folklórico por los continentes. Aquel recibió galardones en los escenarios más importantes y se consideró el cantautor más influyente de la cultura nacional.

Uno imagina que con tantos lugares que conoció se le haría difícil elegir uno, sin embargo el silencio y la vida simple del cerro fue siempre su remanso y fuente inagotable de coplas.

“Adiós Cerro Colorado, cerro de piedras pintadas. Algún día he de volver, por tu camino de cabras”, reza la chacarera Córdoba norte, una de los cientos que integran el legado sonoro de Atahualpa. El folklorista prometió volver aunque los baqueanos del cerro saben que don Ata, nunca partió.

Por senderos escarpados, abruptas quebradas y cursos de agua, una treintena de jinetes – hombres, mujeres y niños, tendrán la oportunidad de adentrarse por el bosque nativo que tapiza la región para evocar el sentido que Yupanqui le dio a ese pueblo. Por su huella, por llanos y sierras de baja altura, el camino rememora el valor de su obra, entre charlas y fogones compartidos.

Segunda edición

En 2013, por iniciativa del lugareño Roberto Argañaraz y familia, se llevó a cabo la Primera Cabalgata Yupanquiana y el sábado 22 y domingo 23 de este mes se hará la segunda edición, con miras a un lugar en el calendario anual.

Será la ocasión para que turistas de diferentes puntos del país trepen a caballos y mulas para recorrer los atajos que zigzaguean por las sierras de Ambargasta y la geografía de los departamentos Tulumba, Río Seco y Sobremonte.

Las letras de Yupanqui replican el paisaje y la brisa allí parece que susurra sus versos y el rasgueo de su inseparable guitarra aparece entre las aves, las pinturas rupestres y la sombra del bosque chaqueño.

Añosos algarrobos, molles, quebrachos, matos y talas se amontonan entre angostos y rojizos caminos de piedra.

El lugar, a menos de 170 kilómetros de la ciudad de Córdoba y con una población de alrededor 400 habitantes, fue declarado en 1992 Reserva Natural y Cultural.

El área, de unas 3.000 hectáreas está protegida por su vida silvestre y el valor arqueológico de morteros e innumerables pictografías que pueblos originarios plasmaron en paredes y aleros del cerro.

En 2008 fue elegido por los cordobeses en la iniciativa de La Voz del Interior como la cuarta maravilla natural de la provincia. La cabalgata completará un circuito de 30 kilómetros en dos jornadas con la asistencia de nobles caballos y mulas para revivir las costumbres criollas.

El periplo tendrá postas clave para detenerse y saborear comidas típicas, canto, baile e intercambio de anécdotas sobre patios de tierra.

Avanzar por el monte nativo traerá las postales del paisaje norteño que se pinta de atardeceres naranjas, arboledas ancestrales y aguadas cristalinas. Las sendas estrechas que el cantor recorrió a caballo durante varios años fueron sus pentagramas, su sensibilidad por la naturaleza y la realidad del hombre, se convirtieron en sus partituras.

Cuando la agenda de trotamundos de don Ata lo traía para alguna presentación artística a Córdoba, era imposible que no disfrutara de unos días en el norte provincial.

“Caminiaga, Santa Elena, El Churqui, Rayo Cortado. No hay pago como mi pago. Viva el Cerro Colorado”, así perpetuó su amor de chacarera por el paisaje serrano.

Algunos de sus amigos que aún viven en la zona cuentan que al llegar, el trovador de prestigio internacional se volvía un paisano más.

“Lindo Cerro Colorado si me habrás visto pasar en esas tardes de marzo, caminito del chañar”.

Don Ata pasó muchos veranos y otoños allí. El cerro lo cautivó en la década del ’40 cuando visitaba los pueblos de la región para ganarse la vida junto a su amigo Ernesto Gómez Molina, y en un intento de cine itinerante proyectaban películas. Al cierre de la función Yupanqui cantaba. Con los años eligió el Cerro Colorado como residencia, encontró refugio en tiempos de persecución política y el torrente de poesía se volvió zambas, gatos y chacareras.

A comienzos de la década del ’50 con Nenette, su esposa francesa, decidieron construir su hogar en el terreno que un criollo le regaló y cedió “de palabra”. Al pie de la montaña y junto a la curva del río, la sencilla vivienda se convirtió en Casa- Museo, lugar abierto al público y donde se le rinde merecido homenaje.

La Cabalgata Yupanquiana llegará a El Pantano, en el último cordón serrano de los comechingones y sanavirones, donde resisten las paredes de adobe y piedra donde funcionó “La Serranita”. Lo que hoy es una tapera derruida, en vida de Yupanqui fue una concurrida pulpería. El boliche, lugar de criollos y gauchos, era atendido por Rosario, doña Rocha. El humilde recinto fue testigo de largas noches de cantos y guitarra.

En 1955 escribió: “Sirva vino doña Rocha, sirva otra vuelta patrona, ya se siente el olorcito, del asau de cabrillona. Sirva vino doña Rocha, no me lo quiera cobrar, con gatos y chacareras, se lo hei saber pagar. Chacarera del pantano, que me despierta un querer, los paisanos zapateando, ¡mi caballo sin comer!”.

Lo que hay que saber

Dónde. En Cerro Colorado a 160 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Por ruta nacional 9 Norte hasta la localidad de Santa Elena y desde allí 12 kilómetros más hasta la Reserva Natural y Cultural.

Organización. La cabalgata es organizada por El Puesto Nuevo Casa de Campo (www.elpuestonuevo.com.ar), teléfonos (03522) 154-03300 y (0351) 154-594499.

E-mail: info@elpuestonuevo.com.ar

Tiene apoyo de la Comuna de Cerro Colorado, teléfono (03522) 42-2180.

Tarifa. Alojamiento, almuerzos, cena, desayuno, caballos, aperos y seguros $ 2.450.

Caballos. Los organizadores proveen de caballos, mulas y aperos. El guía de la tropilla es Roberto Argañaraz.

Arte rupestre. La zona del Cerro Colorado es uno de los lugares con mayor arte rupestre de América. Se identificaron más de 120 sitios con vestigios arqueológicos.

Museo Atahualpa Yupanqui. En Internet: www.atahualpayupanqui.org.ar