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Agua de Oro, un rincón para redescubrir

Este pueblo gastronómico, cultural y religioso está enclavado en un paraíso natural a escasos kilómetros de la ciudad de Córdoba. Un combo que lo tiene todo.

"Si habré pasado lindos momentos en Agua de Oro…”. Es una de las frases que se escucha de aquellos a quienes se les pregunta sobre este pintoresco rincón de las Sierras Chicas. El destino no sólo se disfruta en verano, cuando es posible sumergirse en su río homónimo –también llamado Chavascate–, sino que basta que aparezca el frío para que el aroma de la calefacción a leña de los hogares y el de las tortas fritas y el pan casero que se venden por las calles recuerden lo acogedor que resulta este pequeño poblado cordobés.

Para conocerlo y sacarle el jugo, hay que trazar un plan que haga hincapié en los principales íconos históricos, religiosos y naturales que forman parte de los “imperdibles” de la localidad; una lista en la que no pueden faltar, por ejemplo, sus clásicos chacinados caseros.

Circuitos verdes

Por su ambiente tranquilo, Agua de Oro es ideal para pasar un fin de semana o unas vacaciones en familia. Todos los integrantes pueden emprender caminatas de baja dificultad sobre la costanera del río a través de senderos y desde los principales balnearios.

Comenzando en el límite con Villa Cerro Azul, y a medida que se avanza en el recorrido de sus márgenes, en el curso del río se ve cómo se forman pequeñas ollas de mediana profundidad, entre enormes bancos de piedra y depresiones de arena. Por aquí hay sectores de mucha sombra con especies exóticas que invitan al descanso y a la meditación. Asimismo, a unos siete kilómetros del área urbana se puede llegar hasta el Pozo de Cartagena, un balneario natural que invita a detenerse. La geografía del lugar es ideal también para trepadas panorámicas, cabalgatas y mountain bike.

Y para los fanáticos del avistaje de aves y el safari fotográfico hay dos sitios clave: el mirador natural del Paso Blanco, donde la panorámica de las Sierras es magnífica; y la reserva urbano ambiental, un pulmón verde de 22 hectáreas en el que confluyen fauna y flora autóctonas y donde realizan tareas de protección ambiental los grupos scouts de la región.

Patronos que marcan recorridos

Son dos. Ambos representan y engalanan a la localidad e integran postales religiosas e históricas que valen una visita. Por un lado, hay que destacar el paseo por la iglesia San Vicente Ferrer, que data del siglo XVIII y que fue declarada Patrimonio Histórico de la zona. Fue construida por la familia Carranza Pedraza, en la por entonces Estancia San Cristóbal. Aquí, cada 5 de abril se celebra el Día de San Vicente Ferrer, patrono histórico de Agua de Oro.

Otro punto representativo de la región es una de las grutas dedicadas a la Virgen de Lourdes, cuya imagen fue traída desde Francia hace más de sesenta años para convertirse, también, en patrona de la localidad.

Estilo vintage y sabores exquisitos

La visita a este rincón serrano se puede coronar en San Leonardo, un espacio que abarca museo, restaurante, tienda de antigüedades y hotel. La vieja casona, diseñada en los años ’30 por el arquitecto Augusto Ferrari –el autor de la Iglesia de los Capuchinos en la ciudad de Córdoba–, es un emblema turístico que este año fue incluido en la nómina de inmuebles de la Comisión Nacional de Monumentos de la Nación. Al ingresar, uno se asombra en pocos segundos, más si mira hacia techo y se encuentra con cientos de carteles de chapa enlozada ordenados de forma atractiva. Alrededor de 1.500 piezas de todos los tiempos protagonizan la sala de exposición, y según quién mire generan una sensación de descubrimiento frente a lo desconocido o de melancolía por los recuerdos que transmiten.

Se suma al recorrido la estancia Agua de Oro, una de las postas más importantes del antiguo Camino Real. Su arquitectura colonial rústica fue adaptada a un cálido hotel de campo y un rincón gastronómico de primera. En su restaurante, El Búho, se elabora jamón serrano de cura lenta y artesanal, bajo una receta tradicional de más de 60 años. Imposible que no se haga agua la boca.

Datos útiles

CÓMO LLEGAR: Agua de Oro está a 44 kilómetros de la ciudad de Córdoba por la ruta E53. En colectivo, con la empresa Fonobus se puede llegar aproximadamente en una hora y quince minutos. El pasaje está en 92 pesos.

PASEOS: la iglesia San Vicente Ferrer, la reserva ecológica, los morteros del río Chavascate y la gruta de Villa Cerro Azul desde donde se ve todo el corredor de las Sierras Chicas son puntos que se pueden conocer a través de una excursión con guía a un valor de 150 pesos por persona. Consultar con el prestador de turismo Paso Blanco (en Facebook: Paso Blanco Ecoturismo).

ALOJAMIENTO: para las familias, una buena opción es la posada Altos de Oro. La habitación para cuatro personas tiene un valor de 1.300 pesos con desayuno incluido. Para grupos y contingentes, el preferido es Albergue Serrano Río Chavascate, a 150 pesos por persona por día.

GASTRONOMÍA: el restaurante El Búho conjuga buenos precios y alta calidad: las tablas de jamón serrano para dos personas salen 215 pesos; los langostinos a la crema, 265 pesos y el lomo con salsa de hongos y champiñones, 295 pesos.

MÁS DATOS: aguadeoro.gob.ar

A todo ritmo

Una de las opciones que más se destacan entre los espectáculos culturales y musicales que permiten disfrutar de grandes artistas y cantautores reconocidos tanto a nivel local como internacional es Río Arriba. Este restó cultural es ideal para escaparse a escuchar música a escasos metros del río.