Tributo a la naturaleza

El sanjuanino valle de Calingasta se encuentra entre dos colosales cerros: el Mercedario de 6.770 metros y el Aconcagua de 6.960 metros. Lo separan de la ciudad de San Juan 180 kilómetros.

Sus coordenadas están al sudoeste de la provincia de San Juan y en los últimos tiempos posicionó como principal centro turístico a El Barreal, un pintoresco poblado que goza de un clima excepcional.

El Barreal tiene tranquilas calles flanqueadas por doradas alamedas y acequias y está rodeada de campos cultivados con plantas aromáticas que envuelven en un hechizo de agradables aromas al visitante.

Sin perder su mansedumbre de localidad tranquila, El Barreal cuenta con una importante oferta de alojamiento que abarca desde hostels, hosterías, posadas y cabañas, hasta campings que aseguran una cómoda estancia en un lugar donde disfrutar de días inolvidables.

El Barreal tiene aceitados servicios turísticos de aventura como cabalgatas, carrovelismo, rafting y trekking.

Carrovelismo. En los alrededores de El Barreal se extiende una llanura reseca y resquebrajada muy amplia que, según dicen, obedece a una antigua laguna que con el tiempo se secó. Es como un inmenso salar donde no hay vegetación y ese es precisamente el lugar aprovechado para la práctica del carrovelismo.

El carrovela es un carro con dos ruedas por detrás y una moto delante con fuselale y mástil de liviano aluminio que el fuerte viento del lugar desplaza a gran velocidad pero sin ruidos.

Parque Nacional El Leoncito. El valle de Calingasta se erige en la base del cordón precordillerano Ansilta y a 40 kilómetros se encuentra la reserva natural El Leoncito, que depende de la Administración de Parques Nacionales.

El Parque Nacional El Leoncito fue creado en 1994 con el estatus de Reserva Natural Estricta y en 2002 se elevó su rango a Parque Nacional.

Está ubicado sobre los faldeos occidentales de las Sierras del Tontal (precordillera), en el Departamento de Calingasta y tiene 89.706 hectáreas donde se protege una muestra de las comunidades típicas de flora y fauna de la precordillera cuyana.

Del mismo modo, se protegen también sitios históricos, yacimientos paleontológicos y áreas de interés arqueológico que incluyen una parte del Camino del Inca.

El parque contiene asimismo, el casco de la antigua estancia El Leoncito. Realizado en adobe, esa construcción fue utilizada como puesto de avanzada militar entre 1814 y 1818 por el ejército de los Andes al mando del general José de San Martín.

El área de El Leoncito protege la vida silvestre regional, las especies endémicas y otras muy perseguidas fuera del parque. En la mitad oeste de ese espacio, está la entrada con especies típicas de la eco región del monte argentino como el arbusto de retamo y también jarillas.

A la vera del arroyo Leoncito se observan conjuntos del arbusto pájaro bobo y cortaderas. y sobre las pampas y lomadas, grandes jarillales que son el hábitat del tuco-tuco o tunduque, mamífero de hábitos subterráneos que construye galerías poco profundas, junto al conejito de los cercos o cuis chico, otro roedor. Por sobre los tres mil metros de altura se presentan coirones, arbustales puneños con tolilla, con ramas resinosas y también, ajenjo.

En estas áreas hay especies de flora y fauna endémica que están protegidas en el Parque Nacional El Leoncito.

En las caras rocosas montañosas vive el chinchillón, roedor corpulento entre los cactus que se prenden en ese terreno.

La presencia del agua en el parque la aportan arroyos y remansos donde se observan bandadas pequeñas de loicas o pecho colorado. En las zonas más altas hay tropas de guanacos y del suri cordillerano conocido localmente como avestruz o “churi”, un ícono del parque.

Completan la fauna del lugar el zorzal chiguanco, la palomita cordillerana y la bandurrita pico recto, pariente del hornero, y finalmente entre las rocas, hay varias especies de lagartijas, águila mora, aguiluchos y el halcón peregrino.