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A todo pedal por las alturas

Con la meta de alcanzar el cruce cordillerano en bicicleta desde Fiambalá y enfrentar obstáculos naturales como fuertes vientos, neblinas y alturas máximas de 4.726 metros. El éxito como resultado

El jueves de Semana Santa de madrugada salimos de Córdoba en camioneta hacia Fiambalá, distante 685 kilómetros. Fiambalá, poblado ya visitado en otras ocasiones para disfrutar de las termas y de pequeñas bodegas.

Distintas mejoras en los servicios y el lugar, nos reciben y estimamos que se deben al paso (dos veces), del Rally Dakar que demandó atender a multitudes de fanáticos del deporte motor.

La primera parada fue en el camping Don Chochita con dos enanos de yeso que franquean la entrada. En el terreno con enormes olivos instalamos la carpa. Hacia atrás, corrales con ovejas, hectáreas de viñedos y la cancha cubierta de uvas expuestas al sol para convertirlas en pasas y de telón de fondo, la cordillera.

En marcha. El viernes a las 4 nos levantamos para poder andar de noche en el primer tramo de la ruta que ya conocíamos luego del fallido intento del año anterior, cuando el viento nos impidió concretar el circuito.
Con un cielo estrellado, como sólo se observa en Catamarca ,nos pusimos en marcha. Primero, cruzamos el portal metálico que anuncia la ruta que lleva al Paso San Francisco y a unos kilómetros el cementerio.

La ruta nacional 60 hasta el paso avanza por el Valle de Chaschuil delimitado por montañas que superan los 5.000 metros sobre el nivel del mar.

Desde el comienzo el camino sube con continuidad, desde los 1.550 metros hasta los 4.726 metros, en 202 kilómetros de recorrido.

A la luz de la luna. A esa hora y de noche sólo escuchábamos el río Abaucan que acompaña el camino. Ayudados por la luna anduvimos algo más de 30 kilómetros pasando por Guanchin, pequeño y último caserío de piedra.

El amanecer comenzó a dibujar los contornos de las montañas; algunos badenes y pequeños bosques de algarrobos que anuncian los parajes El Chañaral y El Algarrobal, donde se puede acampar.
De a poco el río Guanchin y la ruta se encajonan entre laderas rocosas que brillan al sol y conforman la Quebrada Las Angosturas donde la pendiente se agudiza.

Las laderas de las montañas son casi verticales sobre la ruta con apenas un metro de banquina y una sucesión de curvas. Parte de las montañas son de  arenisca roja y otras, totalmente negras y brillantes, de magnetita oxidada. Luego se abren en un gran valle con la cordillera de San Buenaventura que cierra la vista sobre la derecha.

En el kilómetro 60 y a 2.960 metros sobre el nivel del mar, se presenta Gallina Muerta, el primer refugio de un total de seis.
Son casillas alpinas con hogar y radio que sirven de refugio. Sorprende encontrarlas en buen estado, limpias y siempre el usuario debe dejar leña, fideos, fósforos, velas, etcétera para el próximo ocupante.

Allí descansamos y aprovechamos a almorzar al reparo del viento.

Ficha técnica

Circuito: de Fiambalá al cruce cordillerano Paso San Francisco (Catamarca).
Regreso: en camioneta desde el Paso San Francisco.
Cuándo: Semana Santa 2010.
Recorrido total en bicicleta: 202 kilómetros.
Bicicletas: Marín Nail Trail (Cristina) y GT Avalanche 2.0 (Gustavo).
Alojamiento: camping Don Chochita $ 10/persona, refugio Las Losas (gratuito).