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Tierra del Fuego, fin de la aventura

Últimos tramos para lograr la meta de cruzar longitudinalmente el país.

A  las 5 de la mañana ya listos para partir hacia San Sebastián. Tomamos una ruta vecinal por recomendación de los lugareños porque el paisaje tiene más atractivos. No nos advirtieron que tiene trepadas muy bravas, una tras otra.

Ahí, también, la producción  combina  ganado y petróleo.

En un paisaje de ensueño llegamos a la ruta a Onaisin donde comenzó a llover. Cerca de la estancia Marujita se desató un temporal de viento y agua que nos obligó a buscar un refugio.

Retomamos la marcha y al mediodía habíamos hecho 80 kilómetros.

A las 15.30 llegamos a San Sebastián donde hay un puesto de  carabineros y al frente un casco de estancia donde la casa es hoy el hotel Tunkelén y la que fue casa de peones, oficia de albergue.

Almorzamos protegidos del viento y al sol. Nos albergamos  por $ 60, con baño compartido.

En el medio de la sala una salamandra prendida, dos dormitorios y un baño.
Se nos sumó David, un irlandés de viaje en moto. En su país es chofer de limusina y en uso de un año sabático recorre el mundo.

Más tarde llegó un camión  adaptado, con viajeros 25 alemanes de recorrida por América.

Partimos a las 8 del día siguiente. A 500 metros hicimos Aduana chilena y a 15 kilómetros llegamos a la Aduana argentina.

A poco de andar se divisó el mar en la Bahía San Sebastián y lo tuvimos de compañero hasta Río Grande, distante 77 kilómetros.

Río Grande. La ruta de ingreso se convierte en la avenida 20 de Junio. Paramos a preguntar por la Dirección de Turismo ocasión en la que José, un lugareño nos invitó a su casa.

Allí, su familia, acostumbrada a recibir viajeros, nos albergó desinteresadamente. Tanto el jefe de familia como uno de sus hijos, son corredores de mountain bike, integrantes del Club ciclista Los Lentos y activos animadores del deporte de Río Grande.

Además, tienen una bicicletería familiar.

Luego de recorrer los atractivos turísticos de la ciudad de Río Grande regresamos para retomar la marcha.

Con las bicicletas, renovadas por los servicios de José, y bien descansados nos dispusimos a  partir a la madrugada.

Hacia Tolhuin. El viento comenzó a soplar antes del amanecer. Nos levantamos todavía de noche y tuvimos la sorpresa de que José nos acompañaría en un tramo de la ruta. Con 5º partimos. Tras unos cuantos kilómetros nos despedimos de José, nuestro inolvidable anfitrión.

Más allá del kilómetro 30, aparecen los primeros árboles dispersos, o en pequeños monte,s en las montañas de fondo.

Los árboles “bandera” son la atracción, una estructura de troncos y las hojas con las ramas más jóvenes que desoyen la gravedad y se inclinan a favor del dominante viento. Ingresamos al monte de lengas que cubre completamente todas las laderas y pasamos por el camping donde hace dos años desapareció la pequeña Sofía Herrera. Sobre ese lamentable hecho, cada habitante tiene una versión.

Llegamos al cruce con la ruta H donde se encuentra la estancia María Cristina, allí los guanacos conforman grandes manadas.

Unas subidas bien empinadas capitulan en Tolhuin, donde llegamos al mediodía. Lo llaman “el corazón de Tierra del Fuego”.

Nos instalamos en una casa que nos consiguió un hijo de José. La nueva residencia resultó ser una hermosa construcción de madera con todas las comodidades. Recién instalados comenzó la clásica lluvia de todos los días, desde adentro con calefacción y muy cómodos observábamos, por la ventana de la cocina, el lago Fagnano y el bosque que rodea la ciudad

Cerca del medio día recibimos la visita de José y familia con quienes compartimos un asado. Parece increíble pero en el sur es común hacer 200 kilómetros para una salida dominguera.

Caminábamos disfrutando del sol sobre la banquina de la ruta que lleva a Ushuaia y nos reencontramos con Nino.

A la mañana siguiente partimos para rodar el tramo final con Nino, José y un amigo. Partimos a las 6 para recorrer los últimos 100 kilómetros hacia Ushuaia y cumplir el objetivo de cruzar longitudinalmente el país por la ruta 40.

Camino a Ushuaia. Desde el puesto de Prefectura y a unos 25 kilómetros de Tolhuin, la ruta cruza la cordillera y por ende a trepar. Paramos a descansar y unos sandwiches nos habilitaron para subir el Paso Garibaldi.

De nuevo en la ruta, trepamos siete kilómetros de pendiente constante y luego bajamos a un valle lleno de arroyos y vertientes que recorren la montaña; castoreras y turberas complementan al bosque.

Aquí sí, el grupo se dividió. Los que volvían a Río Grande en auto y nosotros que seguíamos hacia el centro. Fuertes abrazos y agradecimientos, todos quedamos a la espera de un nuevo encuentro.

En la capital de la isla. Buscamos el hostel Yakush en pleno centro para descansar cuatro días antes del regreso.

La calle muestra el perfil cosmopolita de la ciudad ya que cuenta con un 70 por ciento de extranjeros y el resto nativos o turistas argentinos.

Esto determina que los precios sean euros o dólares.

La principal calle es la San Martín donde se acomoda el centro comercial con dutty free, outlet, casas de ropa de cuero y  restaurantes para todos los gustos.

El sábado amaneció con sol y después de almuerzo fuimos con Nino en las bicicletas a finalizar la ruta 3 hasta bahía Lapataia en el Parque Nacional Tierra del Fuego, de 63 mil hectáreas de tierras protegidas. Un cartel indica que es el punto más austral de la Argentina. Allí cumplimos el objetivo de unir el punto más boreal y el más austral de Argentina.

Tramos

El Calafate - La Esperanza: 164 kilómetros.
La Esperanza - Río Gallegos:
145 kilómetros.
Río Gallegos - Cerro Sombrero:
165 kilómetros.
Cerro Sombrero - San Sebastián (Chile):
120 kilómetros.
San Sebastián - Río Grande:
96 kilómetros.
Río Grande - Tolhuin:
117 kilómetros.
Tolhuin - Ushuaia:
110 kilómetros.
Ushuaia - Bahía Lapataia:
52 kilómetros.