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Seis lagos y algo más, en la Ruta de los 7 Lagos

Los grandes espejos de Neuquén. Foto: Agus López
Los grandes espejos de Neuquén. Foto: Agus López

Una vez que terminamos nuestras noches y días en San Martín de los Andes, nos adentramos en los 108 kilómetros del Camino de los 7 Lagos por la ruta 40, que nos lleva hasta Villa la Angostura. No es una ruta que transitamos como cualquier otra, sino que recomendamos hacerla con tiempo para disfrutar cada centímetro. Miradores hay muchos, deténganse en todos. Un dato importante: no hay nada de señal en el camino, así que es recomendable marcar el mapa antes de salir.

Siete lagos, dos parques nacionales –Lanín y Nahuel Huapi–. Después del Lácar de San Martín, seguimos camino al inmenso Machónico, en idioma mapuche significa “agua con pancora”. La pancora es un cangrejo de agua dulce muy común en la zona. Después, nos encontramos con el lago Falkner, llamado así en memoria de un sacerdote jesuita misionero del siglo 18. Se destaca por su amplia playa de arena y un camping que aloja a turistas que se instalan a disfrutar de las orillas de un lago de aguas cristalinas rodeado de montañas y bosques. Conectado por un estrecho canal, llegamos al lago Villarino, nombrado en reconocimiento al marino y explorador español Basilio Villarino.

El cuarto lago en esta ruta de tupidos bosques patagónicos es el Escondido, que toma su nombre por su ubicación inaccesible y oculta, y sigue el Correntoso, cuyas aguas del lago Espejo Chico a través del transparente río Ruca Malén.

El lago Espejo es el penúltimo del camino. Sobre sus aguas se reflejan las imponentes montañas, y su paisaje es difícil de poner en palabras que le hagan honor a su belleza. Uno de los balnearios más lindos se encuentra en lago Espejo Grande, con aguas de color caribe patagónico, playa con estacionamiento, parador y alquiler de kayaks. Es ideal para pasar el día.

Los grandes espejos de Neuquén. Foto: Agus López
Los grandes espejos de Neuquén. Foto: Agus López

Hacia el final, nos encontramos con el primer mirador del imponente y famoso Nahuel Huapi: Mirador Inalco.

No todo en esta ruta es de inmensos cuerpos de agua dulce sino que también hay ríos que vale la pena conocer como Pil pil, Hermoso, Filuco y Pichi Traful y cascadas con prodigiosas caídas de agua como Quila Quina, del Río Hermoso, Vullignanco y Ñivinco (un sendero de 5 kilómetros de ida y vuelta, con cruce de río a pie).

Los desvíos siempre llevan a lugares recónditos. Salir de la ruta 40 para conocer Villa Traful, con su fenomenal lago homónimo, permite admirar el paisaje desde el mirador del viento. Y si el clima lo permite, realizar la excursión a Bosque Sumergido y comer en Peumawe sorrentinos de trucha. Y si vamos camino a Chile por la 231, el mirador Lago Espejo Grande, Senda Cohiue El Abuelo y Playa Brazo Última Esperanza, Lago Totoral, laguna Piré y el acceso a la cascada Dora y Santa Ana.

Datos útiles

¿Dónde dormir? Camping Lago Falkner: sin reserva previa y por orden de llegada, a orillas del lago se puede acampar rodeado de naturaleza. Cuenta con agua caliente, generador de electricidad, baños, duchas, quincho, fogones, kayaks. Es pet friendly y se reciben motorhomes (.000 por persona por noche). Paihuen Resort de Montaña: complejo vacacional de aparts y cabañas. Pileta externa climatizada, cancha de tenis, sala de juegos, recreación (una noche para dos personas, desde .000). Imperdible para comer y tomar algo en su Wine Bar.