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La Ruta Natural: en la inmensidad de los mares patagónicos

Foto: Gentileza Darío Podestá / MinTurDep / Inprotur
Foto: Gentileza Darío Podestá / MinTurDep / Inprotur

Comenzó la temporada de avistaje de ballenas, la gran estrella del turismo marítimo de la Patagonia. Además, es posible recorrer en Río Negro, Chubut y Santa Cruz innumerables áreas sobre el océano en las que la naturaleza deslumbra.

El paisaje se reitera a lo largo de cientos de kilómetros de costa: el sonido hipnótico de las olas del mar que rompen sobre las anchas playas patagónicas; la espuma que deja sobre la arena algunos rastros del fondo del océano; el viento que sopla con diferentes intensidades a lo largo del día, pero que está siempre presente; los barcos recostados sobre el horizonte; las aves en busca de alimento fresco; los pingüinos, los lobos marinos o las ballenas.

La Ruta Natural: Una invitación a enamorarnos de nuestro pais

Alternativas en los mares de Río Negro y Santa Cruz

El mar del sur argentino tiene una enorme variedad de encantos para disfrutar en cualquier época del año, pero a diferencia de otros destinos de playa, el invierno y la primavera se convierten en las estaciones ideales para descubrir esa fauna única, protegida del avance de las grandes urbes.

Foto: Gentileza Kevin Zaouali / MinTurDep / Inprotur
Foto: Gentileza Kevin Zaouali / MinTurDep / Inprotur

La naturaleza en todo su esplendor permite el contacto del viajero con espectáculos únicos y sorprendentes, como la temporada de avistaje de ballenas que acaba de comenzar, a pesar de que desde hace varias semanas se pueden apreciar ejemplares surcando las frías aguas de la Patagonia.

Aunque la ballena es la gran estrella de la región, el avistaje de esta especie no es lo único que podemos hacer en el mar patagónico: según la época del año, se puede realizar buceo, kayak, pesca de altura, pesca deportiva, trekking, caminatas, excursiones, mountain bike o sandboard en la arena, entre otras actividades.

Nadar con lobos, caminar entre pingüinos, recorrer las rutas semidesérticas –con guanacos y choiques (ñandúes patagónicos) a la vista–, o probar la mejor gastronomía marítima, completan el menú de un viaje para disfrutar en familia.

Dentro de la Ruta Natural del Mar Patagónico (una de las 17 rutas que definió el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación para un plan de acción y promoción), que recorre las provincias de Río Negro, Chubut y Santa Cruz, la diversidad paisajística y medioambiental es sorprendente.

Naturaleza pura

Foto: Gentileza Darío Podestá / MinTurDep / Inprotur
Foto: Gentileza Darío Podestá / MinTurDep / Inprotur

Mientras en verano los focos de atención están puestos en los populares balnearios rionegrinos de Las Grutas o Viedma, o más al sur en Puerto Madryn y la Península Valdés, en estos meses las áreas naturales y protegidas de Chubut son las que tienen actividad más intensa.

Cuando Unesco destacó a Península Valdés como Patrimonio de la Humanidad, en 1999, tuvo en cuenta que contiene “los hábitats naturales más importantes y significativos para la conservación in situ de la diversidad biológica, incluyendo aquellos que contienen especies amenazadas de valor excepcional universal desde el punto de vista de la ciencia o la conservación”.

Esa descripción puede repetirse en la mayor parte de los destinos turísticos chubutenses sobre el mar argentino.

Este viernes abrió la temporada de ballenas 2021, postergada en junio por la situación sanitaria, y después de un 2020 prácticamente sin actividad. La expectativa para lo que viene es grande, de acuerdo a los indicadores de reservas y consultas que reciben los prestadores turísticos, aunque no se espera recuperar la actividad previa a la pandemia.

La ausencia de visitantes extranjeros, que llegaban en cruceros para disfrutar principalmente del avistaje de ballenas, se sentirá al menos hasta el año próximo. De todos modos, el movimiento regional y nacional podrá poner a girar la rueda de la actividad.

Foto: Gentileza Kevin Zaouali / MinTurDep / Inprotur
Foto: Gentileza Kevin Zaouali / MinTurDep / Inprotur

La Península Valdés, Punta Loma, Punta León, o la pingüinera continental más grande de Sudamérica de Punta Tombo, son algunos de los destinos preferidos por los viajeros que llegan hasta Chubut para descubrir los encantos locales. “El foco de nuestra oferta turística de naturaleza, del lado del mar patagónico, está centrado en las áreas protegidas de la provincia”, dijo Natalia Leske a Voy de Viaje.

La subsecretaria de Turismo de Chubut destacó la importancia de estos lugares sobre el Atlántico, a la vez que celebró la apertura de la temporada invernal en la provincia, que abarca también los centros turísticos sobre la Cordillera de los Andes como Lago Puelo, el centro de esquí La Hoya (abre el 9 de julio) o el increíble Parque Nacional Los Alerces y los alrededores.

Turismo sustentable

El menú turístico de Chubut ofrece sitios que son Patrimonio de la Humanidad para la Unesco, parques nacionales, áreas protegidas provinciales o áreas interjurisdiccionales (con administración conjunta), con sus particularidades, pero el común denominador de la preservación de la naturaleza.

En el Golfo Nuevo, la ciudad de Puerto Madryn suele ser el punto de partida para la mayor cantidad de visitantes que llegan al mar patagónico en cualquier época del año. Es una ciudad de casas bajas y playas muy anchas; con una rambla de actividad intensa, si el clima acompaña, y nueve bajadas al mar; con sus dos muelles, y el puerto con paseo incluido.

Por la calle principal madrynense se llega a Punta Loma, la reserva natural más próxima, en la que viven cientos de lobos marinos de un solo pelo (y otras especies), a sólo 16 kilómetros del centro. Está pasando la playa Paraná, y antes de Cerro Avanzado, uno de los últimos puntos turísticos del golfo que termina en Punta Ninfas y su colonia de pingüinos.

Foto: Gentileza Kevin Zaouali / MinTurDep / Inprotur
Foto: Gentileza Kevin Zaouali / MinTurDep / Inprotur

Para ver ballenas en la Península Valdés, es posible hacerlo desde la costa (el área protegida El Doradillo, a 15 kilómetros de Madryn, es la recomendada) o en embarcaciones que parten únicamente desde Puerto Pirámides, a 100 kilómetros.

La península es un sitio de reproducción y cría de grandes mamíferos, como la ballena franca austral, que se observan desde mediados de junio hasta fines de noviembre en su ciclo reproductivo. Además de verlos con sus espectaculares saltos o interactuando con otras especies (orcas o delfines), también se puede disfrutar de elefantes marinos, lobos marinos de un pelo y los simpáticos pingüinos de Magallanes.

Foto: Gentileza Darío Podestá / MinTurDep / Inprotur
Foto: Gentileza Darío Podestá / MinTurDep / Inprotur

De todos modos, para apreciar a los pingüinos en acción, hay que viajar hasta el Área Natural Protegida Punta Tombo, la mayor colonia continental, con medio millón de ejemplares. Allí se trabaja para la protección de los ambientes terrestres, costeros y marinos, la conservación de la población y la protección de su hábitat de reproducción.

Además de propiciar el turismo responsable e incentivar la investigación, en el lugar se promueve el conocimiento: se recomienda recorrer el centro de interpretación, que propone un viaje que empieza en el fondo del mar y termina en la superficie, o caminar por el Sendero de la Pingüinera, con sus miradores para disfrutar del paisaje en general como de los pingüinos en plena etapa reproductiva.

Buen comienzo

Tras el lanzamiento de la temporada invernal, los prestadores de servicios turísticos manifestaron el buen número de consultas y reservas de todo el país para lo que viene. La provincia no tuvo el año pasado temporada de esquí, y prácticamente tampoco temporada de ballenas, las dos puntas de lanza de Chubut. Esta última abrió el 19 de noviembre y cerró el 23 de diciembre, con apenas ocho días en que se permitió el ingreso de turistas de otras provincias.

“En enero, la temporada se pudo dar, y recibimos visitas de todo el país. No fue como un verano normal, pero en algunos lugares tuvimos niveles de ocupación que nos permitieron respirar un poco”, destacó Natalia Leske.

Aunque la movilidad interna es importante, como también de las provincias vecinas, necesitan del turista argentino para que la actividad comience la recuperación más fuerte y sostenida, ya que los cruceros no volverían hasta el año próximo.

Para la funcionaria, muchos argentinos y argentinas que conocieron el país por la imposibilidad de viajar al exterior se sorprendieron con las bellezas naturales. “Sabemos que hay un mercado que viajaba afuera y que volverá a viajar, pero muchos de ellos pudieron descubrir nuestros destinos y quedaron fascinados. Esto generará un mayor movimiento a futuro”.

En esta temporada invernal, como en todos los destinos argentinos, el foco está puesto en los protocolos y los cuidados sanitarios. En Chubut no sólo participaron de los equipos de trabajo regionales y nacionales, sino que también fueron los encargados del desarrollo de protocolos especiales: “El avistaje de ballenas es único en el país, por lo que trabajamos junto a Prefectura o los prestadores locales en la elaboración conjunta de estas medidas de prevención”, destacó Natalia Leske.

También destacó el interés en trabajar junto a las provincias vecinas que integran la Ruta Natural del Mar Patagónico, en el marco del ente Patagonia Argentina. “La idea es convocar a todos los sectores, públicos y privados, para poder fortalecer nuestros destinos en forma regional, desde la competitividad y no desde la competencia”.

El litoral patagónico

Otras opciones destacadas de Chubut, a mitad de camino con Comodoro Rivadavia, sorprenden por su importancia natural. El Parque Interjurisdiccional Marino Costero abarca tanto la estepa patagónica, con sus pastizales y arbustales típicos habitados por guanacos, choiques y calandrias moras, como por la costa repleta de bahías y caletas que conforman este litoral patagónico con 40 islas e islotes.

La biodiversidad del mar atrae organismos planctónicos y animales de mayor tamaño, como peces, aves o grandes mamíferos (lobos marinos de dos pelos, delfines oscuros y australes, toninas overas y orcas). En la zona más elevada de la isla Leones (la más grande) se encuentra un faro centenario: tiene nueve metros de altura, fue construido en 1907 por la Armada Argentina y funcionó hasta 1968.

Por último, en el Área Natural Protegida Cabo Dos Bahías se pueden observar colonias de Pingüinos de Magallanes, lobos marinos de dos pelos, lobos marinos de un pelo y otras especies de mamíferos terrestres típicos.

Ruta del Mar Patagónico

En los 1500 kilómetros de costa desde Río Negro hasta Santa Cruz, se puede disfrutar de la diversidad del medioambiente y de la vida costera en pueblos y ciudades de la Patagonia. 

Es una de las 17 grandes rutas de la Argentina, que integra el programa del Ministerio de Turismo y Deportes La Ruta Natural, que nació para promover la naturaleza a lo largo y a lo ancho del territorio argentino.

Más información en: https://www.argentina.gob.ar/turismoydeportes/la-ruta-natural