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Río Negro, desde el mar hasta las montañas

Ubicada en el norte patagónico, Río Negro es una de las provincias con mayor diversidad de postales del territorio nacional. Desde lagos   de heladas aguas y alturas cordilleranas con nieves eternas, hasta playas de suaves arenas sobre la costa marítima argentina. 

Lagos de aguas gélidas, cóndores planeando sobre alturas cordilleranas, nieves eternas, pistas de esquí, bosques de pehuenes, lobos marinos que vociferan al mar, playas de arenas suaves y trenes que atraviesan mesetas inhóspitas es la sucesión de postales que ofrece la provincia de Río Negro. Ubicada en el norte patagónico, es una de las provincias con mayor diversidad de postales del país.

Las razones de esta diversidad radican especialmente en su amplia disposición geográfica, que en la zona oriental orilla las costas del Mar Argentino y en su extremo occidental trepa hasta la mismísima Cordillera de los Andes.

En la zona del litoral marino se destaca la oferta de playas, que cuentan con aguas cálidas gracias al calentamiento que ofrecen las restingas cercanas a las orillas. Las Grutas, El Cóndor y Playas Doradas son los balnearios más concurridos, muy especialmente durante el mes de enero. Asimismo, en esta región costera habitan varias colonias de mamíferos marinos, entre ellos el asentamiento de Punta Bermeja que llega a contar con más de cinco mil lobos marinos entre noviembre y marzo.

San Carlos de Bariloche

Ubicada en la región cordillerana de Río Negro, la ciudad de Bariloche es uno de los símbolos inequívocos de nuestra Patagonia. Fue fundada en los comienzos del Siglo XX, exactamente un 3 de mayo de 1902, a orillas del lago Nahuel Huapi. Eran aquellas las épocas de la llegada del correo y el telégrafo, así como también de las andanzas en la zona de los famosos Sundance Kid y Butch Cassidy. A mediados del siglo, la ciudad ya estaba acostumbrada a recibir una gran cantidad de visitantes, más de 50 mil cada año según las estimaciones de entonces, y fue por eso que en esa época se llevó a cabo por primera vez la Fiesta de la Nieve.

Ya en ese entonces se instalaron las primeras escuelas de esquí, entre ellas la tradicional escuela de Catalina Reynal, quien financiara con sus propios medios a jóvenes barilochenses que no disponían de recursos para afrontar el equipamiento y la instrucción.

Ya en la década de 1960 la práctica del esquí en el cerro Catedral era un ritual de la temporada invernal para una enorme legión de visitantes. Por esos años, exactamente en 1965, se instaló la primera telesilla, la ya famosa silla Lynch. Luego llegó la multiplicación de las pistas de esquí y el crecimiento casi exponencial de la ciudad.

Cerro Catedral

Más que ningún otro lugar, el cerro Catedral es posiblemente el sitio más paradigmático de Bariloche. Situado a poco menos de 20 kilómetros del centro de la ciudad de Bariloche, al Catedral se accede por un camino totalmente pavimentado que recorre primero la avenida Bustillo, bordeando el lago Nahuel Huapi, para luego girar hacia la izquierda en una ruta que lleva directamente hasta el acceso a la Base del Centro de Esquí.

Sin dudas, el esquí y las pistas son el símbolo del cerro.

Pionero entre los centros invernales del continente sudamericano, el Catedral cuenta con más de 1.200 hectáreas de superficie esquiable divididas en 53 pistas bien señalizadas que recorren 120 kilómetros.

Muy cerca de Bariloche se encuentra Dina Huapi, una de las localidades más jóvenes y pujantes de la región occidental rionegrina. Su nombre es una extraña combinación de referencias a su origen y vocablos mapuches: el prefijo Dina alude los primeros inmigrantes de la zona, que eran dinamarqueses, mientras que Huapi es la palabra mapuche con la que se denomina a los lagos.

Este pequeño poblado es el lugar ideal para hacer excursiones al cerro Leones, un alto peñón rocoso que cuenta con varias cavernas que fueran habitadas por antiguas etnias locales hace 8000 años. La visita a esas magníficas cavernas resulta algo imperdible.

La enorme meseta Somuncurá

En el centro de la provincia se encuentra uno de los sitios más inhóspitos y cautivantes de la geografía rionegrina: la meseta de Somuncurá.

Se trata de una enorme altiplanicie basáltica de casi 25 mil kilómetros cuadrados salpicada por varios conos volcánicos y algunas sierras de alturas que ascienden hasta los 1.900 metros sobre el nivel del mar.

En medio de esa vasta geografía casi no hay poblaciones, más allá de algunos parajes pequeños y un número indefinido de puestos aislados que pertenecen a arrieros de la zona, gente de rostros curtidos y muy pocas palabras que apenas si tienen contacto con el mundo que vive más allá de la meseta.

En tren

Una forma de atravesar Río Negro de este a oeste, acaso diferente a las acostumbradas en los tiempos actuales y que conserva el encanto de otrora, es utilizar el Tren Patagónico que va desde Viedma hasta San Carlos de Bariloche.

Inaugurado en 1934, hoy en día el Patagónico corre solamente los viernes desde Viedma a Bariloche, y regresa los domingos en el sentido inverso.

En su itinerario de 826 kilómetros, la formación va dejando atrás viejas y pintorescas estaciones, como las de San Antonio Oeste, Valcheta, Sierra Colorada, Los Menucos, Maquinchao, Ingeniero Jacobacci, Clemente Onelli, Comallo y Pilcaniyeu.

Un maravilloso viaje entre paisajes de áridas estepas y húmedos bosques, que va y viene desde las costas de acantilados y lobos marinos que orillan el océano Atlántico hasta las fronteras mismas de las grandes alturas cordilleranas.

Lo que hay que saber

Meseta de Somuncurá. La inmensa Meseta de Somuncurá es un sitio en el que escasean los caminos y en el que es muy fácil perderse, debido a la ausencia de señalizaciones. Por ello, para visitarla, es necesario hacerlo con algún guía adecuado. Existen pocas agencias autorizadas para realizar excursiones en la meseta, de las cuales debe destacarse Rupestre Patagonia. Esta compañía, radicada en Río Negro, organiza interesantes travesías con posibilidad de pernoctar durante varias noches en lo alto de la meseta. Informes y reservas en la página de Internet: www.rupestrepatagonia.com.ar y al 02920-15515200.

Tren Patagónico. El convoy parte los días viernes de Viedma y recorre 826 kilómetros hasta San Carlos de Bariloche, arribando a destino al día siguiente. Los lunes, la misma formación emprende el regreso, en sentido contrario. Para reservas, enviar mail a ventas-tren@estepa-patagonica.com o ingresar al sitio www.trenpatagonico-sa.com.ar en el que se puede encontrar toda la información necesaria.

Informes. Sitios webs recomendados: www.rionegrotur.gob.ar y www.viajaportupais.gov.ar