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Nueva Atlantis: uno de los secretos de la Costa Atlántica Argentina

Nueva Atlantis ( Foto : Maira Benito B Revollo)
Nueva Atlantis ( Foto : Maira Benito B Revollo)

Este destino es uno de los secretos mejores guardados a orillas del Mar Argentino donde reina la naturaleza y el silencio. De exponencial crecimiento en los últimos años, surfea una temporada “gasolera” aunque de continuos movimientos.

Lo que hace unas cuantas décadas era un paisaje predominantemente de árboles, bosque, arena y descampado hoy son casas de mar, cabañas, dúplex, edificaciones modernas y un creciente movimiento de negocios que se convirtió en uno de los secretos mejores guardados -y cada vez más visitados- de la costa atlántica.

“Nueva Atlantis no estaba ni siquiera en el mapa de la zona, ni figuraba en las opciones turísticas. El que venía a Mar de Ajó se pegaba una vuelta por acá pero no tenía ningún lugar para quedarse”, dice Berenice, la dueña del Bar Anto, ubicado en la peatonal Roldán. Allí, en la calle, funcionaba una feria artesanal que ahora está emplazada sobre un Vía Crucis, en Plaza del Calvario, cercana a las gradas repletas de una función de circo a la gorra que transcurre en una noche de enero.

Una suerte de playa oculta a orillas del Mar Argentino y en pleno océano Atlántico, envuelta en el mito del continente perdido que lleva su nombre. Todo en Nueva Atlantis resulta familiar, casi íntimo, de ritmo sosegado y amplios horizontes que caen en las aguas turbulentas como cualquier postal del Partido de la Costa pero cuya playa es tan vasta como silvestre, con médanos y un aire de descanso que se sale de la imagen televisiva del cuerpo a cuerpo, de la carpa a carpa característicos de otros balnearios populares.

Cerca de Mar de Ajó, con la cual se conecta por una larga avenida, y de Punta Médanos, donde se encuentra el faro que gobierna la zona, el destino explota en los fines de semana y en los feriados, con habitantes fijos que crecieron en la pandemia a más de mil doscientos pobladores durante el año. Esta temporada de verano, sin embargo, sufre la crisis inflacionaria y el encarecimiento de los últimos precios: en materia de cifras, bajó a un tres por ciento respecto al año pasado.

No todo es bullicio en la costa bonaerense el sosiego y la belleza de Nueva Atlantis invita a desconectar. (Foto: Maira Benito B Revollo)
No todo es bullicio en la costa bonaerense el sosiego y la belleza de Nueva Atlantis invita a desconectar. (Foto: Maira Benito B Revollo)

Así surge de una estimación oficial respecto a los arribos de este año, con una ocupación hotelera de poco más del cincuenta por ciento al igual que la ocupación de los balnearios. “El aumento de la nafta, el aumento de la comida y de los gastos en general, influyó en la entrada de la gente a la costa atlántica. También está la cuestión del clima, con un Niño que trae muchos días de lluvia y temporales intempestivos”, explica Gustavo Sosa, director de Turismo de La Costa, que de todos modos espera un paulatino repunte en lo que resta del ciclo.

Paseo: llegar hasta las casitas de colores características en la entrada de la comarca. (Foto: Maira Benito B Revollo)
Paseo: llegar hasta las casitas de colores características en la entrada de la comarca. (Foto: Maira Benito B Revollo)

Paseos

Las opciones de paseo en Nueva Atlantis, además de caminatas por la costa o de tirar la caña en la orilla, son alquilar algún bote para la pesca a mar abierto -salen preferentemente corvinas rubias y las famosas pescadillas y borriquetas-, andar en cuatriciclo o alquilar cabalgatas por sus arenosas calles y llegar a sus casitas de colores características en la entrada de la comarca.

Tour gastronómico

Sin la infraestructura de grandes balnearios a punto tal que todavía carece de servicios básicos como agua corriente y gas natural, la gastronomía en Nueva Atlantis se disfruta por la variedad de sus lugares, de sus menús y de sus servicios. Aunque escasos, cada uno concentra una identidad, una escenografía, una historia singular.

El común denominador de la familia que llegó de Buenos Aires, harta de la inseguridad y del estrés laboral, predomina en la creación de los negocios. Así es como lo cuenta Javier, propietario de Los Colos, un lugar estratégicamente ubicado en una de las diagonales concéntricas que derivan en uno de los balnearios más concurridos.

“Hace cerca de diez años vinimos del conurbano y apostamos a la gastronomía cuando era todo desértico. Creían que estábamos locos. Cuando lo abrimos, éramos sólo heladería y veíamos asombrados cómo la gente se apostaba con su numerito en la cola, esperando comprar su cucurucho. Fue entonces que ampliamos a tener una buena carta, para que la gente no se vaya a Mar de Ajó y aquí tenga varias opciones”, cuenta Javier, quien en esta, su novena temporada, dice que existe movimiento de gente -es el único lugar de la zona donde se puede desayunar, almorzar, merendar y cenar- aunque el consumo está acotado “a lo justo” y apenas extendido a los pequeños gustos.

¿Cuáles son las delicias que allí se pueden probar? Los Colos tiene una refinada pastelería y panadería, entre la que se cuentan tortas heladas artesanales como la de café y dulce de leche, o postres como su famosa copón de banana, caramelo, crema y helado. Su licuado con banana y leche junto a la calidad de sus tostados, como el de crudo y queso, están en la misma línea que sus pizzas caseras, su copa de calamares, gambas al ajillo y la refinada pasta, sobre todo los ravioles de cordero acompañados de un tinto sugerido de la casa. Ambiente cálido y abierto -se puede comer adentro del salón como afuera, bajo una sombrilla-, buena atención y un despacho de helado que nunca frena, son sus otras cualidades.

Tour gastronómico: la estrella principal de Honorato es la picada de mar: langostinos, calamar en escabeche, mejillones a la provenzal, kanikama, pescado al horno, cornalitos y papas fritas.r. (Foto: Maira Benito B Revollo)
Tour gastronómico: la estrella principal de Honorato es la picada de mar: langostinos, calamar en escabeche, mejillones a la provenzal, kanikama, pescado al horno, cornalitos y papas fritas.r. (Foto: Maira Benito B Revollo)

En Honorato prima la cerveza artesanal, los murales en las paredes y la comodidad de su moderno salón. Provisto de dos pisos, allí se puede probar una variedad de cervezas -todas de marcas costeras- que incluyen una de coco y las tradiciones rojas, negras y rubias, con una diversidad ideal para acompañar platos como una picada de mar. Es, sin dudas, su estrella principal: provista de rabas, langostinos, calamar en escabeche, mejillones a la provenzal, kanikama, pescado al horno, cornalitos y papas fritas, resulta una abundante y sabrosa opción en la que suelen comer cuatro personas. “Nosotros vinimos de Banfield hace cinco años y apostamos a ser la primera cervecería de la zona -enfatiza Marisa, una de las dueñas-. A eso le agregamos una gastronomía de nivel. En nuestra inauguración, quedó gente afuera y fue una señal de que la comunidad nos recibió con los brazos abiertos”.

Bar Anto es uno de los restaurantes con más antigüedad: ya cumplió treces años. Y es uno de los pocos abiertos durante todo el año. Con su rústica escenografía y llamativa iluminación, similar a la que se encuentran en las playas uruguayas de Rocha, hay que subir unas escaleras para apreciar su terraza, desde donde de día se puede observar el mar. Destaca por sus hamburguesas de carne y pan casero con unas papas, acompañada de una fresca limonada de la casa. A pocos metros, se encuentra localizado un local de ropa con el cual arma una cercanía de tienda al paso, a lo vintage.

Bajo una gastronomía costera y de precios viables para familias, para jóvenes, para parejas, para amigos o solteros, Nueva Atlantis asoma en la región con la particularidad de sus pequeños comercios, como su nueva heladería “Nueva Mar”, de los mejores productos artesanales y postres premium de la zona: otra historia de una pareja que llegó desde el sur bonaerense, encantado por la calma del lugar, y que ya atraviesa su tercera temporada siendo elegida por la comunidad.

De playa hippie a destino de miles

Playas anchas y lejanas a las multitudes, con calles sin asfalto -a excepción de la avenida Francisco de las Carreras, que está iluminada y une a Nueva Atlantis con Mar de Ajó-, con una agradable temperatura del agua para nadar, se cree que la playa surgió entre los ´70 y los ´80 alrededor de la creación de un camping, con seis hectáreas arboladas y parcelas grandes con parrilla. El mismo sigue siendo uno de los puntos tradicionales frente al mar para pernoctar en la intemperie.

Todo se potenció cuando una empresa loteó los primeros terrenos: todavía los compradores recuerdan un puestito a pocos metros de la playa donde se vendían a precios accesibles y en cómodas cuotas. Hay quienes hablan de que Nueva Atlantis era inicialmente el idilio de las casas rodantes y motor-homes que residían en sus casi vírgenes médanos. Lo cierto es que, con el correr del tiempo, esas visitas se multiplicaron. Hoy no se trata de los tradicionales balnearios rebosantes de servicios sino más bien una de las playitas alejadas del bullicio.

Tanto por el clima económico general como por las reservas confirmadas con anticipación, los precios, cuando no, son el tema de cada verano. Aun así, a medida que fue transcurriendo enero, se reactivó un pujante movimiento: es difícil conseguir alojamiento para lo que resta de la temporada. Quien se hospeda en Nueva Atlantis difícilmente escuche música a alto volumen de un vecino, salvo en algún fin de semana. Se duerme plácidamente y se camina con lentitud en las calles entre las dunas, que terminan en los caracoles y almejas que llevan y traen las mareas.

En Nueva Atlantis reina el silencio y la naturaleza. El gran protagonista, entonces, es el descanso en soledad que permite disfrutar de un fin de semana diferente, de relax y playa, lejos de las grandes conglomeraciones de la costa atlántica argentina. Las playas extensas, limpias y poco concurridas. Vegetación agreste con pinares y árboles altos, con viento y aire marino, seco.

Sin dejar de lado la esencia de villa balnearia, donde son posibles los paseos con chicos y la lectura orillera, se expande la seguridad, la tranquilidad y las dotes de belleza atlántica que miles de turistas eligen como destino para pasar toda la temporada de verano. Tal vez desconociendo el origen de su nombre, que se sumerge en el imaginario de La Nueva Atlántida, aquella novela escrita por Francis Bacon en 1626, donde se describe una tierra mítica, o en tiempos remotísimos cuando Platón había escrito acerca de un continente mítico llamado Atlántida. Aquellos atlantes que también los grandes escritores de fantasía rindieron su homenaje sin imaginar jamás que una ciudad cercana a la gran urbe de Buenos Aires nacería de las entrañas del mar, del inconmensurable mar.

¿Cómo llegar a Nueva Atlantis?

No existe micro de larga distancia hasta Nueva Atlantis, pero sí se puede tomar hasta Mar de Ajó saliendo desde la Terminal de Micros en Retiro, en CABA.

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